31 de diciembre de 2008

La pirámide de Ponzi



La pirámide de Ponzi es un tipo de estafa piramidal en la cual los beneficios de los antiguos inversores son pagados por el capital de los nuevos.

Como la economía mundial, se trata de un sistema que necesita para sobrevivir que haya un movimiento perpetuamente acelerado. Cuando el sistema se ralentiza, colapsa (no entran más capullos y por lo tanto no puedes pagar los intereses de los anteriores).

Un truco tan simple y tan viejo permitió a Bernard Madoff mantener durante 20 años su chiringuito financiero, batiendo la marca del mayor fraude de la Historia: los inversores que confiaron en el ex-presidente del NASDAQ para invertir su dinero, han visto como 50.000 millones de dólares se han evaporado.

Lo divertido del asunto es que, por una vez, los estafados son los grandes y poderosos. Los muy estúpidos, se creyeron que el dinero se puede crear de la nada, y cayeron en la trampa de toda estafa: la avaricia. Madoff se ha convertido, por derecho propio, en el rey de los trileros.



Los que de pequeños veíamos al mago Tamariz en la tele, sabemos algo que estos soplapollas encorbatados desconocen: lo que se crea de la nada, puede hacerse desaparecer con la misma facilidad.

En un mundo en el que el dinero no está referenciado a riqueza alguna, cuyo valor es un puro convencionalismo, es igual de fácil crear dinero de la nada, que ese dinero se volatilice como el humo. Y se queden los inversores con la misma cara de pasmado que se queda un niño cuando ve aparecer y desaparecer una naranja detrás de su oreja. ¿Se pensará el niño que su oreja produce de verdad naranjas? ¿Se creerá la ilusión?

La economía mundial es una gran mentira, un descomunal espectáculo de magia.


Me hizo gracia una frase que contó el Picapiedra, que a su vez aprendió de su abuelo.

A un cura, le quitas el latín, y es un capullo con sotana.


Le quitas la sotana, y no llega ni a medio capullo, añado. Pues lo mismo pasa con la nueva nobleza económica. Con su aspecto impoluto, su coche de lujo, su viaje en business class...todo el Universo está hecho para su disfrute.

Le quitas su jerga y el traje, y queda un soplapollas, un pringao, un tontol'haba.

Cualquiera de vosotros, queridos lectores, tiene más cultura e inteligencia que el más eminente de estos tiburones de las finanzas. Os hacen creer que es justa su retribución porque ellos conocen los engranajes del sistema, mientras que nosotros, pobres mileuristas, somos prescindibles, una tuerca de fácil recambio. Esto es falso. Lo que pasa es que ellos están en el lugar adecuado para medrar: en la arteria yugular del sistema, chupando como vampiros. Nosotros somos los imprescindibles, los que creamos riqueza, riqueza que ellos compran pagando con los billetitos que ellos mismos sacan de la chistera.

¿Exagero?

Pondré un ejemplo (recomiendo encarecidamente su lectura):
La segunda mayor colocadora de la basura de Madoff era Optimal, filial financiera del Banco Santander. Un mes antes de que se descubriera la trama enviaron a un equipo "muy senior" a auditar el chiringuito financiero de Madoff; miraron hasta debajo de las alfombras, y volvieron convencidos de que Madoff era un genio de las finanzas.

Un mes después, resultó que era el rey de los trileros.

XDDDDD

JOAS JOAS JOAS JOAS

¡Hay que ser subnormales!


Tal es la nobleza económica, quien dirige nuestras vidas, la clase de referencia que tantos quieren emular en su opulento tren de vida. Despojados del hábito y el breviario, un atajo de pijos ignorantes. Parásitos.




Y ahora, cambiamos de tema, para hablar de otros parásitos. Como Bisbal y compañía, recua de vagos, que quiere trabajar un día y vivir el resto de su vida de ese trabajo. El empeño es comparable a que el mismo Bisbal, cuando trabajaba de paleta (¿era ése el paleta, no?), una vez construida una casa, se echase a descansar, pretendiendo que cada día que su casa fuese habitada, los propietarios tendrían que pagarle un canon. Si al resto de los trabajadores no se nos permite vivir de nuestro trabajo de ayer...¿por qué a esta clase de parásitos sí?

Y recordemos que al fin y al cabo, estos pringaillos de los 40 subnormales no son más que la cara amable que pone la industria discográfica (para que se la partan). No olvidemos que la $GAE es la Suciedad General de Autores y EDITORES. Que son los que tienen la propiedad de los derechos, y quienes se llevan la inmensa mayoría del pastel, dejando para los saltimbanquis las migajas.

Pero claro, es más presentable que salga Aurorita Beltrán insultando a los emuleros, a que salga el presidente de EMI Records. La voz de su amo. Guau, guau.

Muchas gracias, señores de la industria del entretenimiento. Encantado de haberles conocido. Su modelo de negocio ha terminado. Liberen a sus rehenes; la música, el cine, la literatura; y les permitiremos huir con lo robado. No es que sean ya prescindibles, es que son un ESTORBO, una cortapisa para la libre difusión del arte y del conocimiento. Desaparezcan de una vez.


Por cierto, el otro día, leyendo el GurusBlog, me encontré con un artículo que aporta un punto de vista diferente:

¿Nos pagarán por consumir contenidos?

Pues mucho me van a tener que pagar, para que yo pierda el tiempo y la armonía escuchando la bazofia de Alejandro Sanz, El Canto del Loco o demás rebuznos de las radiofórmulas.

En serio. ¿Cuánto me tendrían que pagar para que perdiese tres cuartos de hora, poniéndome de mala ostia escuchando los grititos de maricona del grupito de moda? Yo lo pienso seriamente. Quizá por 40, 50€ estaría dispuesto a ensuciar mi mente con ese concentrado de estupidez, tocado por niñatos ataviados con ropa casual.

Desde el artículo anterior, se llega a otros enlaces que desarrollan la idea. Estos sí que merece la pena perder un ratito leyéndolos, en mi nada modesta opinión. Al menos, aportan una visión novedosa de la cuestión. Si el análisis es certero, lo dirá el tiempo.

Sobrecapacidad en la industrial del Ocio ¿Dónde esta mi dinero?

Los contenidos son gratis

El valor de los contenidos tiende a cero

¿Y el continente? El continente es plástico. Que se metan por el culo su CD, las discográficas. Y mejor aún si es un vinilo.


Señoras, señores, señoritos y señoritas, animalitos en general...

¡Que tengáis un próspero y venturoso 2010!

29 de diciembre de 2008

Estado Gitano



Desde estas páginas, y haciendo un paralelismo con la historia del Estado de Israel, proponemos la creación del Estado Romaní, en una región del Punjab (entre la India y Pakistán), de la cual proviene la diáspora del pueblo gitano, la cual tuvo lugar hace tan sólo 900 años (por 1938 años del pueblo judío).

Como el pueblo judío, los gitanos fueron perseguidos, exterminados durante siglos. En las cámaras de gas nazis, compartieron suerte con eslavos, judíos, comunistas, homosexuales...

Incluso hoy en día, el pueblo gitano padece la discriminación y exclusión social en muchos de los países donde viven (el caso más llamativo es Italia); lo que no se puede decir del pueblo judío, que incluso cuenta entre sus miembros a algunos de los ciudadanos más acaudalados de sus países (particularmente en EEUU, donde forman la minoría étnica más poderosa e influyente).

Así pues, la necesidad de crear un estado para el pueblo gitano es aún más poderosa que para el pueblo judío.

Para ello, se partirá el Punjab en dos mitades, una de las cuales será el territorio concedido al nuevo Estado Romaní. Los actuales moradores de esa mitad, tendrán que salir del territorio obligados por las armas y sin recibir compensación alguna. Serán realojados sine die en tierra de nadie por las organizaciones de derechos humanos, en campamentos de refugiados.

Una vez establecido el primer contingente de gitanos, harán un llamamiento para que los varios millones de gitanos que habitan en todos los países del mundo vengan a reunirse con sus hermanos. Para soportar este aumento demográfico, el Ejército Gitano presionará las fronteras de la otra mitad del Punjab, hasta ocuparla por completo.

Como ya hay poca tensión en la zona fronteriza entre India y Pakistán, entre hindúes y musulmanes, meteremos con calzador una nueva potencia militar expansionista, y la comunidad internacional la armará hasta los dientes, también con arsenal nuclear.

Aquellos ciudadanos indios y pakistaníes que no estuvieran de acuerdo con ser expulsados de sus tierras y luchasen contra el invasor gitano, serán considerados fanáticos terroristas.


¿Absurdo, lo que propone el Mendiguiño? ¿Una verdadera locura, la creación del Estado Romaní?

Pues ese absurdo, esa locura, se llama Estado de Israel.

Terrorismo




11 de Marzo de 2004
10 mochilas-bomba en cuatro trenes de cercanías en Madrid
191 muertos










27, 28, 29... de Diciembre de 2008
Lanzamiento masivo de misiles aire-tierra en una de las zonas más densamente pobladas del mundo
1414 muertos




Ayer lloramos por Madrid.
Hoy lloramos por Gaza. (غزة)

NO AL TERRORISMO, NI ISLAMISTA, NI SIONISTA.

28 de diciembre de 2008

David contra Goliat



El derecho a la legítima defensa exige una proporcionalidad en la respuesta.

Los cohetes artesanales que milicianos de Hamas lanzan no tienen ningún tipo de sistema de guía. Tanto su carga bélica como su capacidad ofensiva es muy limitada.

El ataque de ayer, en el que intervinieron 60 cazabombarderos F-15 Strike Eagle, no se puede considerar una respuesta proporcionada a la agresión. Asistimos a la escalada bélica de la Intifada, pero manteniendo la misma desigualdad que antaño: balas contra piedras.

David contra Goliat.

Esta matanza, brutal e indiscriminada, sólo traerá más violencia y muerte, también en el bando israelí.

Detención sin cargos, torturas, ocupación del territorio, usurpación de los recursos naturales, muy en concreto el agua, incursiones militares, asesinatos selectivos, millones de personas condenadas a vivir en campamentos de refugiados, en tierra de nadie, y sin ningún atisbo de que su suerte cambie, la estrangulación económica de una nación, a manos de un vecino más poderoso...

Pero esto ya es demasiado.

Israel es un Estado terrorista, racista y genocida. Esto no es una actuación de un grupo radical, esto es una acción tomada por el gobierno en funciones israelí, y por lo tanto su responsabilidad recae sobre todo el Estado de Israel.

Como en la Sudáfrica del Apartheid, se debe someter al estado teocrático de Israel a un aislamiento internacional y bloqueo económico hasta que no respete los derechos del pueblo palestino a existir, se retire a las fronteras que les fueron concedidas por la resolución 181 para fundar el Estado de Israel, e indemnice a aquellos que fueron desahuciados de su tierra así como a sus herederos.

Y, por supuesto, que los criminales responsables de los últimos atentados, desde Sabbra y Shatila hasta el de ayer, sean puestos a disposición de la Corte Penal Internacional. Independientemente de que Israel no haya aceptado a este tribunal. ¿Desde cuando el tribunal a aceptado ser juzgado? Tampoco los criminales nazis reconocían al tribunal de Nüremberg, los presos de ETA los tribunales españoles o Milósevic el TPI.

Los responsables de esta matanza deben acabar en la cárcel.

Sin justicia, tampoco habrá paz.

26 de diciembre de 2008

Ciudadanía y nacionalidad

La precisión en el lenguaje es muy importante. Tanto más cuanto tratamos temas complejos en los que existe una acendrada controversia.

En todas las disciplinas del saber existe un caudal léxico propio, de términos de significado unívoco, necesarios para transmitir y avanzar en el conocimiento sin caer en equívocos que empantanen el discurso.

Por poner un ejemplo, el término tensión tiene múltiples significados. Sin embargo, si estamos en el ámbito de la mecánica, la tensión se define como el cociente de la fuerza con la que resiste la estructura interna de un material a un esfuerzo entre la unidad de superficie. Su unidad en el SI es N/m2 o, más frecuentemente, N/cm2.

Si nos vamos al campo de la electricidad, tensión eléctrica es algo completamente distinto, y se define con la misma precisión (diferencia de energía potencial eléctrica entre dos puntos).

Sin embargo, al tratar de política, todo vale. La política es también una ciencia, una de las ciencias sociales que versa sobre las relaciones sociales que permiten el gobierno de una comunidad.

Para empezar a debatir sobre ello, deberían clarificarse los términos que le son propios, para poder usarlos sin ambivalencias. Lejos de ello, y con el concurso de la RAE, existe una enorme confusión entre los significados de estado, nación, patria, país...

Unos dicen que España es una nación. Otros, que Galicia es una nación. Hay quien, templando gaitas, admite las dos posibilidades, mientras que la mayoría cree que son excluyentes.

Bien. Pero...¿Qué es una nación? Necesitamos una definición comunmente aceptada del significado del término "nación". Entonces y sólo entonces podremos debatir si tal o cual entidad política responde a esa definición, sin caer en el absurdo.

Ese consenso, a día de hoy, no existe.

Para no caer en ese error de principio, he intentado al hablar del tema empezar con algo parecido a lo que hacíamos en los problemas de matemáticas: Sea X tal y cual. Defino gamma como esto y lo otro. Llamo Z(x) a tal función... Y a partir de ahí desarrollabas el problema.

Ahora voy a hacer lo mismo con dos términos que a menudo se confunden: ciudadanía y nacionalidad.

Hay que tener en cuenta que este no es un problema baladí. Las confusiones, en política, son utilizadas por políticos (que no hacen política, es decir, ciencia; sólo son charlatanes sin cultura) para defender aquellas posiciones que les convienen, apelando a visceralidades en vez de construir un discurso lógico coherente.

Será por ello que ahora escribo en el teclado de un ordenador, mientras que padecemos un sistema político vetusto y mal equilibrado. No se puede progresar en una disciplina científica si no tenemos las herramientas. Y la principal, es el lenguaje. Es como el bisturí del cirujano: tiene que estar afilado, o hacemos una carnicería.

Tampoco se puede progresar, cuando el interés de los profesionales de la política es que no se progrese.

Pues bien, vamos allá. Defino ciudadanía como la condición de ciudadano. Esto es, ciudadanía se define como la posibilidad del individuo de participar en el gobierno de una sociedad. Para mí, ciudadano es todo aquel que habita de forma estable en una sociedad.

Ha de notarse que si no existe democracia, no existen ciudadanos, pues nadie tiene derechos políticos. Existen súbditos, metecos, esclavos, vasallos o como queramos llamarles, pero no ciudadanos.


Si yo voy de visita unos días a, pongamos por ejemplo, León; no por ello soy ciudadano leonés. Mi presencia en León es ocasional. Si hubiera, el día que estoy visitando León, elecciones municipales, no se me debería permitir votar, ya que ni conozco ni comparto las circunstancias de la vida pública leonesa. Yo no soy ciudadano leonés.

La ciudadanía leonesa la tendrá, por lo tanto, aquellos vecinos que residan habitualmente en León, que paseen por sus calles, compren en sus comercios, trabajen en sus empresas. Aquellos que vivan, en resumen, en León. Esos serán los que tendrán los derechos de ciudadanía leonesa (que en nuestra democracia representativa, se ven limitados a elegir cada cuatro años los miembros del consistorio, pero en una Democracia, significaría implicarse en el gobierno del municipio, aprobar o vetar ordenanzas, cuentas públicas o cargos).

Parece evidente que, para ser ciudadano leonés, no tiene nada que ver el hecho de haber nacido en León. Yo he nacido en Madriz, vivido en la capital casi toda mi vida, pero desde hace ya varios años he escogido tener mi residencia fuera de la contaminación y las aglomeraciones. Yo ya no soy ciudadano madrileño. No participo de la sociedad madrileña, no convivo con los madrileños. Y sin embargo, sigo pudiendo votar en las elecciones municipales y autonómicas de Madriz. Absurdo.

Por el contrario, existen inmigrantes que, de forma estable en el tiempo, viven en Madriz y no tienen derecho a elegir sus representantes en el gobierno de su ciudad. Habitantes que no tienen la condición de ciudadanos, que se ven privados de sus derechos políticos: otra forma de explotación.

Yo no puedo votar en Pontemierda, villa donde resido. Sin embargo, las personas con las que convivo no son madrileños, sino pontevedreses. La cartera, el pescadero, el compañero del gimnasio, la vecina cotilla del 5º, la preciosa china del bazar de la esquina...vivo en una una sociedad concreta, pero no puedo participar en su gobierno. Lo mío no es grave, ya que es por desidia que no quiero cambiar el empadronamiento. Sin embargo, en el caso de la carita de porcelana y pelo negro, no podría aunque quisiera. Al menos, los cinco primeros años. Esto es una injusticia.

Pero bueno, al menos, queda bastante claro que ciudadanía es una propiedad legal, por la cual el habitante de una determinada demarcación administrativa (municipio, comunidad autónoma, estado o supra-estado) adquiere derechos políticos.

En ello nada tiene que ver el lugar de nacimiento, ni mucho menos la cultura de la que participe, etnia a la que pertenezca o color de la piel del sujeto. Sino sólo el hecho de residir habitualmente en un territorio (así como Fernando Alondo o Dani Pedrosa son ingleses, ya que tienen la residencia habitual en ese país, no tanto por disfrutar de los derechos políticos que ser ciudadano inglés confiere, sino más bien por disfrutar de aquellas obligaciones administrativas que lleva parejas: una menor presión fiscal).


Ahora vamos con el segundo concepto: la nacionalidad.

Con este término se define la pertenencia a una nación. Y estamos en las mismas ¿qué es nación? Yo defino nación como una sociedad, con un patrimonio natural determinado y diferenciado, que se reconoce como tal.

De tal forma, Galicia sí que sería una nación, ya que cumpliría la definición, mientras que España no es una nación, ni un país, sino un estado.

Puede haber haber estados que sean coincidentes con un país, como por ejemplo Portugal. Estados que comprendan dos naciones, como valones y flamencos en el Estado Belga. Por supuesto, puede haber naciones sin estado, como el pueblo kurdo. Y estados que han nacido de arracimar naciones mediante guerras y tratados: la inmensa mayoría de los europeos. En algunos casos, la política homogeneizadora del estado ha logrado difuminar esas diferencias culturales, forzando al resto de países bajo su ley a aceptar una aculturación, más o menos forzada o aceptada.

Normalmente, se impone la cultura del centro de poder. En el caso de francia, se impuso la variante dialectal de la Lengua de Oïl que se hablaba en la región de Île-de-France (Paris), que con el tiempo fue conocido como francés, o lengua de todo el Estado francés. Este proceso de aniquilación cultural (una lengua es parte esencial de una identidad cultural, es el vehículo que sirve para transmitir los conocimientos y que muestra una forma particular de percibir el mundo) de lenguas que, aunque mayoritarias (como el occitano), no coincidían con la lengua del poder, está en el caso francés casi consumado. Occitano, gascón, bretón, sardo, vasco...son prácticamente lenguas muertas, reliquias que ahora que ya no presentan amenaza ninguna para la hegemonía del francés, son puestas en las vitrinas de un museo a mayor gloria de la "riqueza cultural" de la France.

En el Estado Español, "gracias" a que la universalidad de la educación no fue considerada como un objetivo importante hasta tiempos recientes, el proceso de uniformización en torno a la cultura del poder no está tan avanzado como en el país vecino. La lengua que se ha impuesto como lengua de todo el Estado es la lengua propia de la corte, de la Capital: el castellano. El castellano se ha impuesto como la medida de todas las cosas, mientras que el resto de lenguas han ido desapareciendo o viéndose relegadas a una situación de diglosia que amenaza su continuidad.

Sólo aquellas sociedades que se han reconocido a sí mismas como diferenciadas, con una cultura propia que debía ser perpetuada, han podido preservar su lengua.

Pero quizá me he adelantado. Retrocedamos unos pasos. Hablaba de nacionalidad, que es la propiedad de pertenencia a una nación. Si ciudadanía era la pertenencia a un Estado, un concepto político-legal, la nacionalidad es un concepto sociocultural, de pertenencia a una determinada etnia o cultura.

Así como ciudadano de la CAV es todo aquel que fije su residencia dentro de los límites administrativos de las provincias de Araba, Bizkaia y Guipuzkoa...la nacionalidad vasca la tendrá aquel que participe del acervo cultural vasco.

Una cultura es aquel conjunto de ideas que un grupo de personas tienen en común. Por ejemplo, la lengua. Por poner otro ejemplo, la gastronomía. La idiosincrasia de una sociedad, la forma de relacionarse, los gustos estéticos, la cultura musical... Luego, todo ese conjunto de conocimientos compartidos son individualizados por cada persona.

Siguiendo con el ejemplo: si yo como madrileño cambio mi residencia y me empadrono en Galicia, soy ciudadano gallego, y puedo votar en las elecciones municipales y autonómicas gallegas. Es justo, ya que participo en esa sociedad. Pero en otro orden de cosas, nada más llegar a Galicia, e independientemente de mi certificado de empadronamiento, si no soy capaz de hablar en gallego, si no he oído hablar de la Santa Compaña, ni atino a tararear una alborada, ni sé qué coño es un magosto, ni qué carallo se perdió a la gente en San Andrés de Teixido...es decir, si no participo de ese cúmulo de conocimiientos comunes que es la cultura gallega, no puedo decir que mi nacionalidad sea gallega.

No formo parte de la comunidad cultural gallega, a pesar de que formo parte, con todo derecho, de la división administrativa llamada Galicia.

Aquí compre hacer algunas precisiones.

De nuevo, igual que en el caso anterior, no tiene nada que ver el lugar de nacimiento. Yo tengo un par de amigos que nacieron en Alemania y que no tienen ni puta idea de alemán: hijos de emigrantes, volvieron a Galicia con pocos años, alguno meses.

¿La vaca es de donde nace, o de donde pace? Pues tampoco de donde pace, ya que no somos plantas que dependamos de las condiciones edafológicas para desarrollarnos. Por poner un ejemplo más claro. En algunas ciudades de Galicia: El Ferrol del Caudillo, (L)a Coruña, Pontemierda...puedes escuchar a ciertas personas hablar con un acento castellano más puro que pudiera tenerlo yo. Ni atisbo, ni el menor resquicio de galleguidad que les pudiera delatar.

Nacer en un territorio no implica, ni mucho menos, participar de la cultura que teóricamente es mayoritaria de ese territorio.

Para ejemplificar este tema cogeré dos pueblos nómadas: los gitanos y los hebreos. Israel ha estado donde había un grupo de judíos, así como los gitanos han preservado su especifidad cultural independientemente del territorio por el que transitaran en ese momento.

Asturias, y ya me acerco más al origen de este ladrillo, no es tal pedazo de tierra, delimitado por unas fronteras más o menos arbitrarias. Asturias es la tierra de los asturianos, de la gente que posee, que participa, que vive inmersa en la cultura asturiana. Allá donde la cultura preponderante sea la asturiana, llegarán los límites de Asturias.

Como las culturas son permeables, y muestran gradaciones y matices con las culturas vecinas, es absurdo pretender establecer fronteras definidas a las naciones. Puedes trazar una línea en el mapa como mero convencionalismo con fines administrativos, pero no puedes pretender que esa línea sea razón ninguna de nada, ni muro de contención para un fluido tan sutil como la cultura, el mundo de las ideas.

Efectivamente, el medio natural influye en el modelado de una cultura. De las brumas de los bosques galaicos surgió una religiosidad popular plagada de ánimas, trasnos, fadas y aparecidos. De las alucinaciones provocadas por el ardiente sol del desierto sirio, nació el monoteísmo semita

La religión es, con la lengua, uno de los rasgos étnicos más importantes, y que aportan más información sobre el carácter de la sociedad (construimos nuestros Dioses a nuestra imagen y semejanza).

Pero esta cultura, que se ve influenciada en su nacimiento por su entorno, se expande y ocupa otras tierras; pues la cultura no es de las piedras, sino de las personas. Un árbol, un risco, un río, un animal...no pueden ser asturianos. Asturianos sólo pueden ser las personas, que participan de esa cultura.


Eso sí, como hemos dicho la cultura es individualizada por cada persona (no somos sólo producto de una cultura, hijos de una patria). En toda persona conviven varias culturas, varios conjuntos de saberes que, participados en mayor o menor medida por el individuo, son el tamiz por el cual percibe el mundo.

Por ejemplo, mi cultura predominante es la castellana, variedad bicho de ciudad. Sin embargo, también participo de la cultura propia de la sociedad que me alberga, la gallega. La manchega, por influencia materna, tampoco me es ajena. Soy portugués cuando saco fotos de las azinheiras del Alentejo. También soy algo francés cuando veo una película de Toornier en versión original, participo del alma rusa por mi pasión por su literatura, un poco turco cuando cocino unas berenjenas rebozadas, y mi corazón se vuelve negro cuando escucho a Ismael Lö o Touré Kunda.

No existe, por poner un ejemplo, un vasco puro de boina atornillada. En puridad, no existen vascos, gallegos, andaluces...sino personas que participan, en mayor o menor medida, de esas culturas.

Lo que seguro que no existen son españoles, pues no hay una cultura que sea común a todo el Estado español.

Que una persona participe de varias culturas permite que su pensamiento sea más rico, más complejo y completo. Permite pensar en absoluto y no quedarse limitado, determinado, por la visión del mundo de una tribu en particular.

El enorme tesoro que supone participar de varias culturas, es diametralmente opuesto a la dilución de esas culturas en una amalgama informe y gris. El triunfo del imperialismo capitalista y su "revolución cultural" amenaza con destruir las particularidades culturales de todas las sociedades, poniendo en su lugar una sub-cultura de plástico, promovida por la industria del entretenimiento.

No habrá muchos niños asturianos que no sepan quien es Harry Potter. Sin embargo, ya pocos sabrán quién es el Nuberu.

¿Qué diferencia cultural existe ya entre un niño gallego y valenciano, ucraniano o brasileño? Todos rechazan su cultura para abrazar la sub-cultura pop. Estamos creando una única nación de frikis.

Friki = persona que sitúa su referente cultural en la realidad ficticia creada por la industria del ocio (discográficas, estudios de cine, videojuegos). Se puede considerar a estas personas un subproducto, un residuo de la sociedad de consumo. Sin. Gilipollas, pringao.

Todos iguales, adoctrinados por la televisión, nuestra niñera. Adorando al supremo Dios, el Dinero. Gracias a él, tenemos acceso a nuestra dosis de placer en forma de películas o videojuegos. Lo que el Ministrillo viene en llamar "cultura".

El planeta soñado por el capitalismo, donde la cultura universal sea la de Shakira, Papa Noël y Star Wars. Donde no haya más diferencias que entre los que prefieren Bones u Hospital Central. Todos hermanados en la estupidez.


¿Y a qué venía todo esto? Tengo en el coche una cinta de Gatos del Fornu, y según la escuchaba me daba cuenta que, dentro de unos años, ya no habrá quien comprenda su letra.



La sociedad asturiana es, en su conjunto, resueltamente españolista. Si visitas Asturias no puedes dejar de toparte con cajas de "Letizias", pero sólo algún viejo escucharás hablar en bable.



El asturiano medio lucha por desembarazarse de su patrimonio cultural para asimilarse a la cultura castellana. Hablar en castellano es el progreso, mejor aún el inglés. El bable es el atraso, cosa del pasado, algo de los viejos y los pueblos. Está muy bien, para guardarlo tras las vitrinas de un museo etnográfico; una curiosidad cultural.

Mientras los padres vascos se esfuerzan en hablar a sus hijos en vasco, en asturias se esfuerzan en "hablarles bien", en castellano. Curiosamente, las personas que más se esfuerzan en enterrar su cultura, adoptando la mayoritaria, ajena, son los que no dominan ni una ni otra.

En Pontemierda el ejemplo es frecuente: evitan emplear el gallego, pero no son capaces de hablar correctamente el castellano. Del inglés, mejor ni hablar.

Una lástima. Cuando un niño escuche esa canción y no sea capaz de saber lo que dice, habrá perdido el derecho a llamarse asturiano. Como si su madre lo ha parido en la misma ermita de Covadonga. Cuando la cultura asturiana sea sólo una anécdota, un tipismo en los libros, podremos decir que Asturias ha muerto. Seguirá habiendo una división administrativa que se llamará "Principado de Asturias", pero ya no habrá Asturias, la tierra de los asturianos. Serán castellanos, por cuanto emplean su idioma. Serán españoles, que es lo mismo que decir no ser nada, pues no es una nacionalidad ya que no tiene cultura asociada (es una ciudadanía). Para rellenar ese vacío, adoptarán la cultura de la hamburguesa. Como aquí, como en todo el mundo.

Un saludo a todos los asturianos que luchan porque su cultura se perpetúe. Mi desprecio a la clase política asturiana, que hacen todo lo posible para que el bable se convierta, en unas pocas generaciones, en una lengua muerta. Con su "apoyo" a la lengua asturiana, ya queda poco para que logren su objetivo.

25 de diciembre de 2008

Vehículos híbridos

Un vehículo híbrido es aquel que es movido mediante dos propulsores. Normalmente, se trata de un motor de combustión interna y uno eléctrico.

Hablar de vehículos híbridos en España equivale a hablar del Toyota Prius, aunque también Honda vende en nuestro mercado una versión híbrida del Civic. Otras marcas han anunciado que en un breve plazo de tiempo, pondrán en el mercado (con mayor o menor convencimiento) alternativas híbridas.

Este tipo de coches son propulsados por un motor eléctrico. Este motor eléctrico es alimentado por unas baterías de Níquel e hidruro metálico (como las pilas recargables), las cuales son recargadas constantemente por un motor de gasolina que trabaja según el ciclo de Atkinson. El ciclo de Atkinson es una variación del ciclo de Otto que, reduciendo las pérdidas por bombeo, logra obtener un mayor rendimiento energético a costa de una pérdida de potencia. Al trabajar en regímenes estacionarios, se puede optimizar su funcionamiento (sintonizar conductos de admisión y escape, ley de las levas, etc) a esas velocidades de giro, creando así un motor con un consumo muy bajo y muy bajas emisiones contaminantes (no sólo el machaconamente repetido CO2, sino también de CO, NOX, partículas...).

Hasta ahí las ventajas de este tipo de vehículos.

Los inconvenientes son obvios:

Existen pérdidas de rendimiento en toda la cadena energética que va desde la gasolina, motor térmico que mueve un generador, carga las baterías, que se descargan para mover el motor eléctrico. Cada paso de este sistema conlleva una caída de rendimiento respecto del esquema tradicional de gasolina-motor.

Comparándolo con el vehículo eléctrico a baterías, añade al ciclo de carga y descarga de la batería, y el rendimiento del motor eléctrico, las pérdidas de energía en el motor térmico y en el generador.

La otra gran desventaja de concepto en los vehículos híbridos viene del hecho de tener que cargar con dos depósitos de energía, de gasolina y baterías; y dos motores, el térmico y el eléctrico.

¿Hasta qué punto el lastre en peso y rendimientos de ser un vehículo híbrido, esto es, con dos propulsores, enjugan el mejor rendimiento del motor? En otras palabras: ¿Merece la pena?

En una agria discusión, yo defendí firmemente que no, hace un tiempo. Los consumos homologados me suponía que serían difícilmente reproducibles en la práctica, ya que los ciclos de homologación beneficiaban a este tipo de propulsores (cosa con la que cuentan las marcas).

Para engañar a los propietarios, además de una fuerte campaña publicitaria, recurrieron a una variante del viejo truco de la industria del motor: montar un velocímetro que marca de más, para hacerte creer que conduces un motor más potente. Siempre es más sencillo trucar un cuentakilómetros que montar realmente un motor más potente. Pues de igual forma, Toyota montó en sus Prius un ordenador de consumo que miente más que habla. En general, las cifras de consumo de los ordenadores de a bordo son bastante optimistas (lo cual es inadmisible, pues la centralita sabe con absoluta precisión cuanto combustible estamos inyectando); pero en el caso del Prius el error ya no se puede tildar de exceso de optimismo sino exageración y bravata.

El caso es que, igual que con lo que marca el cuentakilómetros, el usuario se lo cree y queda satisfecho, confiando en las bondades del coche que se acaba de comprar. Objetivo cumplido para la marca, a costo más que razonable.


Bueno, antes de esta digresión sobre las cifras de consumos que ofrece la vistosa pantallita del Prius, había propuesto una pregunta: ¿Compensa el concepto de vehículo híbrido? ¿El mejor rendimiento del motor de gasolina de ciclo Atkinson compensa el peso y pérdida de rendimiento de llevar dos propulsores embarcados?

Mi respuesta fue que no. Y la conclusión a la que han llegado en Autopista (la revista más importante del sector) es la misma: un Toyota Prius sólo consume menos que un vehículo equivalente, en unas condiciones muy concretas de funcionamiento: ciudad con grandes atascos, donde es absurdo usar el vehículo privado, sea híbrido o convencional.


En el número 2543 de Autopista hacen un análisis del Prius, comparándolo con otros coches Diesel de su segmento. Las cifras de consumo obtenidas son plenamente fiables, ya que son obtenidas con un caudalímetro de precisión, no con el ordenador de viaje de los coches.

Transcribo un párrafo del artículo:

[...]hemos realizado el mismo recorrido con los dos coches, midiendo el gasto exacto de cada uno, caudalímetro y cronómetro en mano. Nada de miniconsumos o de velocidades irreales, sino conducción normal, respetando los límites legales.


Consumo Toyota Prius: 7,4 / 5,0 / 6,2 l/100Km
Consumo Ford Focus 1.6 TDCI Econetic: 7,0 / 4,8 / 5,8 l/100Km

Las emisiones de CO2 son proporcionales a los consumos, a mismo combustible (que no es el caso).

En las mediciones de aceleración, los resultados son favorables al vehículo convencional, a pesar de que el Prius cuenta con una clara desventaja: según se fueran descargando sus baterías, perdería prestaciones. A diferencia del Focus, que es capaz de repetir la misma aceleración una y otra vez.

Los datos:
0-100Km/h Prius: 11,24s
0-100Km/h Focus: 10,42s

1000m Prius: 32,87s
1000m Focus: 32,49s

El dato de velocidad máxima, útil para conocer la potencia total de un motor, así como la eficacia aerodinámica, también es favorable, por una abultada ventaja, al coche convencional:


Prius: 170 Km/h
Focus: 190 Km/h

A lo que hay que añadir, de nuevo, que el Focus puede mantener indefinidamente esa entrega de potencia, mientras que el Prius no.

Continúo copiando del artículo de Autopista:
Para que la balanza se inclinase a favor el Prius serían necesarias unas condiciones muy concretas y un tráfico muy saturado con constantes paradas; de lo contrario, incluso el Focus gasta menos en ciudad según nuestras mediciones.


De hecho, la gran ventaja diferencial respecto a vehículos convencionales no viene de la recuperación de energía en las frenadas (una pequeña parte) sino en la automatización del proceso de apagado del motor térmico en un embotellamiento. Esta ventaja está siendo implementada en vehículos convencionales, que apagan el motor y lo vuelven a encender automáticamente en atascos. Es decir, quedarse con las ventajas, sin cargar con los inconvenientes.

Por lo tanto, parece del todo absurdo el coste medioambiental que supone fabricar un vehículo con dos motores (y las tremendamente contaminantes baterías de Níquel-MH) para que, a la postre, no obtener beneficio alguno.

Por no hablar del coste económico:
Prius: 26.000€
Focus: 18.555€

Con un nivel de acabados semejante, y una habitabilidad pareja, algo superior en el Focus, con un maletero bastante más grande (430 litros, por 300 del Prius...las baterías ocupan su espacio); tenemos que pagar un sobrecoste de 3.500€ por un coche que consume ligeramente más.

En las cualidades dinámicas del coche, no hay punto de comparación, pues precisamente el Focus tiene el bastidor más efectivo de su clase, con una suspensión trasera multibrazo que deja en evidencia en apoyos a la simple (y barata) de eje torsional del Prius.

En otro artículo del mismo número de Autopista, titulado "No todo es brillo. Híbridos generación 2.0" podemos leer:
Lo hemos intentado numerosas veces y siempre hemos fracasado. No podía ser: El Prius era el que más gastaba en una ronda puramente urbana con cuatro coches Eco. [...] No llegamos a publicar otro "fracaso", con aquel Prius que gastaba más que el entonces novedoso Avensis 2.2 Diesel de 177CV. Repetimos, haciendo más kilómetros, y tampoco.



La evolución lógica del Prius es hacia el aumento de la capacidad eléctrica, usando baterías de ión de Litio (las actuales sólo permiten recorrer 2 Km a una velocidad máxima de 50Km/h). Lo malo es que su aparición ha sido reiteradamente pospuesta, al menos hasta el año 2011. Con ellas, el Prius se volverá un vehículo híbrido enchufable, es decir, podrá recibir energía de la red eléctrica, y no sólo del depósito de combustible. Cuanto más tienda hacia el vehículo eléctrico, mayor será su eficiencia. Pero siempre será una rémora el hecho mismo de ser híbrido, es decir, de cargar con dos motores y depósitos. Por ello, considero preferible la alternativa eléctrica "pura".


En todo caso, tampoco el Prius es tan mal coche: al fin y al cabo tiene unos consumos y emisiones muy bajos, al nivel de otros coches de su categoría. Lo único es que para obtenerlos, se complica mucho la vida. Digamos que es una estrategia de marketing para limpiar la imagen de una compañía, pagada con el dinero de sus compradores.

Lo que más me molesta del concepto híbrido es la máxima que subyace detrás de él: se puede seguir usando el vehículo privado en circunstancias absurdas (atascos en ciudad) ya que, como tengo un "vehículo ecológico", mi conciencia queda tranquila pues no contamino. Pues es falso, contaminas por partida doble: tanto como un vehículo convencional y, además, un sobrecoste debido a la mayor complejidad.

Este lavado de conciencia, absurdo, ineficiente y antiecológico tiene su máximo exponente, claro está, en la sociedad más absurda del mundo: los EEUU. Allí están apareciendo camionetas y todoterrenos híbridos, que quieren así maquillar el tremendo despilfarro de combustible que supone su uso.

Por poner unos ejemplos:

Ford Scape Hybrid.
Consumo: 6,9 l/100 Km





Toyota Highlander Hybrid
Consumo: 9 l/100Km




Chevrolet Tahoe Hybrid
Consumo: 12 l/100Km




Esto viene a ser el equivalente en automoción a las colectas que las señoronas hacen, huchita en mano, con motivo de cualquier causa benéfica: un repugnante e inútil intento de tranquilizar conciencias, haciendo ver que eres la solución, y no parte sustancial del problema.

Un coche no es ecológico, punto. La etiqueta de "vehículo ecológico" ha sido creada por los departamentos de publicidad de la industria para crearnos la necesidad de comprar productos más caros. Coches, los habrá más o menos lesivos, en su fabricación, uso y desguace, con el medio natural; desde luego el vehículo híbrido es, cuando menos, igual de dañino.

El único medio de transporte que no contamina es la bicicleta. Y para recorrer grandes distancias, el transporte público. Estos engendros de dos toneladas y pico que mostraba antes no serán ecológicos se muevan por gasolina, diesel, GLP (la gran alternativa, curiosamente ignorada en nuestro Estado). Tengan motores eléctricos o térmicos, alimentados por combustibles, por hidrógeno, recargados en la red, aire comprimido o por arte de ensalmo. Esas tanquetas despilfarran energía para mover sus miles de kilos de imbecilidad con pintura metalizada e impotente al volante (¡hasta pensaron en hacer un Hummer híbrido!).

La solución al problema derivado de la voracidad energética en el uso del vehículo privado es, precisamente, limitar su uso:
Impedir su entrada a las ciudades, con el uso de aparcamientos en la entrada vigilados y gratuitos conectados por transporte público con el centro.
Planificación y ordenación del territorio, creando aglomeraciones urbanas de tamaño medio (<250.000hab) y alta densidad, en la que los desplazamientos cotidianos puedan hacerse a pie (al trabajo, hacer la compra, llevar los niños al colegio, salir de copas...).
Fomento del teletrabajo y la jornada continua.

Esto es, relegar el uso del transporte privado para desplazamientos esporádicos.

Y este vehículo privado habrá de cumplir con un mínimo de racionalidad: un peso máximo de 500Kg parece una buena medida.

Pero desgraciadamente, vehículos ligeros, espartanos, frugales, van en contra de los intereses de los fabricantes de vehículos. Y por lo tanto, los departamentos de publicidad seguirán haciéndonos desear vehículos grandes, con capacidades todoterreno (cuando cada vez se vive más de espaldas a la naturaleza, y se asfaltan todos los caminos), con muchos asientos (cuando las familias cuentan con cada vez menos mienbros, y la ocupación media de un vehículo es de 1,2 plazas), mucha potencia (a pesar de los límites legales de velocidad)...

Todoterrenos, monovolúmenes, SUV...pura basura.

Y cuando a un fabricante le da por proponer un nuevo concepto, no puede homologarlo por problemas legales. Por ejemplo, el esperanzador Volkswagen SX3, que se quedó en la fase de concepto. Sólo pesaba 570Kg (el Prius pesa 1350 Kg).



Con las normativas europeas de homologación, sólo se pueden vender cachos de hierro con ruedas. Hoy en día, es la legislación, junto con la necedad de la gente que desde siempre ha preferido el burro grande, el principal inconveniente para la necesaria revolución en la industria de la automoción hacia vehículos más pequeños y livianos.

21 de diciembre de 2008

Cormorán

El otro día estuvimos sacándoles fotos a unos cormoranes, aquí en la ría. No salió gran cosa, por eso no las subo, prefiero enlazar la foto subsiguiente, pero me hizo acordarme de una anécdota.



En regiones costeras de China y Japón, los pescadores usan cormoranes en una técnica de pesca milenaria (parece que todo lo que tenga que ver con esa gente ha de ser, a la fuerza, milenario).

El ardid es simple: atan una cuerda al cuello del cormorán, lo suficientemente apretada para que no pueda engullir el pez que haya pescado, pero no tanto como para estrangularlo. De tal forma, así ensogados, el pescador los hace saltar de la barca y ponerse a bucear para atrapar unos peces que nunca podrán llegar a comer, pues son para el pescador que les espera arriba.

El pájaro recibirá, como recompensa por el trabajo efectuado, una mínima porción de lo pescado, además de los peces más pequeños que pueda hacer pasar por la garganta anudada. Lo justo para asegurar su subsistencia y poder seguir disfrutando de sus servicios.


La asociación de ideas es evidente: pescador...cormoranes...¡igual que un empresario con sus obreros!

No debo ser muy original al percatarme de la semejanza; el término japonés para la pesca con cormoranes, ukai (鵜飼), también se usa para referirse a la explotación de los trabajadores.


En la naturaleza, existen relaciones simbióticas, en la que dos formas de vida se relacionan para provecho mutuo. Un ejemplo de simbiosis casi perfecta es el liquen, formado por la asociación interdependiente de un alga y un hongo. El alga puede realizar la fotosíntesis y por lo tanto fabricar azúcares a partir de los nutrientes, mientras que el hongo aporta una estructura que retenga la humedad que necesita el alga para vivir.

Sin embargo, el hombre usa a los cormoranes en una relación parasitaria, en la cual una de las especies obtiene beneficio de la otra, comprometiendo la supervivencia de ésta. No como el alga y el hongo, sino más bien como la sanguijuela en la vaca. Los cormoranes son muy capaces de pescar sin necesidad de que el pescador les ponga la soga al cuello. Es una relación desigual, de la cual el pescador obtiene peces, y el cormorán sólo hambre y trabajo (y algún despojo para mantenerlo con vida).


Interesante artículo el de la Wikipedia sobre el parasitismo:

Parasitismo es una interacción biológica entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, por usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos que viven dentro del organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado parasitoide. Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.

El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales...



Este tipo de relación parásita presenta una particularidad cuando se aplica a las relaciones sociales. El pescador depende para su subsistencia de los cormoranes, es gracias a ellos que puede comer. Los cormoranes no necesitan del pescador para nada, sin él comerían mejor con menos esfuerzo. Sin embargo, paradógicamente, es el organismo en principio más débil, dependiente del trabajo de otros, el que aparece como superior jerárquico y dispone en sus manos de la vida de aquellos que, a la postre, son los que le dan de comer.

Si al fin y al cabo, es desde siempre la misma lucha. El noble no es necesario, el terrateniente sólo es una carga, el empresario no aporta valor al producto y su codicia y despilfarro sólo son una rémora para el desarrollo de una empresa.

La tierra, para el que la trabaja. Para los que la trabajan. El camino es desarrollar relaciones simbióticas entre nosotros, en vez de cargar con parásitos (¿saprofíticos?).


Por cierto, las sanguijuelas tienen, en su saliva, un anestésico y un anticoagulante, para así poderle chupar la sangre a su víctima sin que ésta (mucho más fuerte) muestre oposición. ¿Qué hace de saliva de sanguijuela, en nuestro mundo? ¿La sociedad de consumo? ¿La socialdemocracia? El fútbol, la televisión, la farlopa... ¿El miedo? ¿La codicia? ¿La necedad?

17 de diciembre de 2008

Esto es muy serio

Me ha parecido especialmente curioso el cálculo ofrecido en GurusBlog, poniendo en relación el dinero que el gobierno de EEUU ha comprometido para reflotar su sistema financiero (y ahora también productivo, con las ayudas a la industria de la automoción) con otras inversiones cuantiosas como pudo ser el esfuerzo de guerra en la Segunda Guerra Mundial, el New Deal (referente directo del plan que están llevando a cabo los gobiernos), o la carrera espacial.

A mi, y supongo que a vosotros, estas cifras me superan y hay que ponerlas en relación al PIB del país (GDP, gross domestic product en inglés) para saber cuál es el esfuerzo de un país en esa actuación.



Esa es la respuesta: el gobierno de los EEUU está echando el resto, para evitar hundirse en un agujero sin fondo. En términos absolutos, y en moneda constante (compensando el efecto de la inflación, en la segunda columna), este plan supone una inversión superior a la que hizo en la SGM. De hecho, supone la mayor movilización de capital público jamás realizada en la historia de ese gobierno.

Si lo ponemos en relación con el peso del PIB en cada momento, nos damos cuenta que sólo la Segunda Guerra Mundial y las inversiones que se produjeron tras el crack del 29 supusieron un esfuerzo mayor para la economía estadounidense. El esfuerzo económico es, en relación al PIB, diez veces superior que el programa para llevar a Amstrong a la Luna, que ya en su día fue muy contestado por ser un agujero negro de proporciones colosales.

Esto es muy gordo. Verdaderamente vivimos circunstancias excepcionales, y no sé hasta qué punto la gente se da cuenta de que estamos caminando al borde del precipicio. Por lo pronto, tras esa brutal inversión y de bajar el precio del dinero al 0% (es decir, regalarlo), al gobierno de los EEUU ya no le queda un cartucho más en la canana. Ni una sola paletada más de carbón que echar a la caldera. Si ni con esto se salva la situación, estamos abocados al desastre.

¿Que por qué hablo en plural?

El siguiente gráfico pone en referencia el esfuerzo de cada gobierno inyectando dinero público en la economía, en relación a su propio PIB. Y resulta que el esfuerzo que está haciendo EEUU, brutal si lo comparamos desde una perspectiva histórica, es pequeño en comparación con lo que el esfuerzo que estamos haciendo a este lado del Atlántico.



En números redondos: si el PIB español ronda el billón de ouros, y el gobierno compromete préstamos sector bancario de 100.000 millones de ouros, eso supone el 10% del PIB. Más la compra de activos por 30.000 millones, ya estamos en el 13% del PIB. Por ahora, en EEUU sólo han metido el 5% de su PIB para taponar el agujero, y ya están con la lengua fuera...

Yo no sé hasta qué punto nos damos cuenta de la trascendencia de estas cifras, porque son bestiales. La décima parte de la riqueza que produce España en un año, se está gastando en concederle préstamos a los bancos a un tipo de interés del 4%, para que luego si queremos pedir un crédito para comprarnos un coche es difícil que nos pidan menos del 10%.

No entiendo como no hay más voces que se alcen contra la barbaridad, el latrocinio que supone esto para el conjunto de la sociedad. El Estado, es decir, todos...prestamos dinero barato a los bancos, y ellos a su vez, nos lo siguen prestando caro. ¡Joder! ¡Pues vaya negocio ruinoso! Este...¿nos hemos vuelto todos gilipollas?

Porque salvo el chiste de Vergara y poco más, no veo que nadie esté armando la de San Quintín por esto. Ya sabíamos que el capitalismo es privatizar las ganancias y socializar las pérdidas ¿pero somos conscientes de hasta qué punto esto se está llevando a cabo? Al fin y al cabo, es nuestro dinero, el de todos los españoles. ¿Estamos de acuerdo en usarlo para salvar a una banca privada que no ha hecho nada por nosotros? Y sin pedir nada a cambio. Al menos en USA o UK, el Estado está entrando en el accionariado de los bancos. Pero aquí, sólo les regalamos dinero barato. ¡ESTO ES UN PUTO TIMO!



Con esa brutalidad de dinero, el gobierno podría haber promovido la creación de una banca pública que solucionase la necesidad de crédito de las empresas y los ciudadanos. Pero eso no se le puede ocurrir a un "socialista" presidente del gobierno ni a un "socialista" ministro de economía.

Económicamente, el camino que está tomando la administración Bush es más respetuoso con los intereses del ciudadano y menos servil con el aparato económico que la administración Zapatero.

Económicamente, Zapatero está a la derecha keynesiana de Bush, y Solbes a la derecha neoliberal de Paulson.

14 de diciembre de 2008

La propiedad privada




Existen circunstancias en las que dos derechos fundamentales entran en conflicto. En tal caso, se establece una jerarquía entre ellos, prevaleciendo el de mayor rango. En general, el derecho a la vida, a la integridad física y a la libertad del ser humano es de orden superior a cualquier otro derecho. La libertad humana sí que es un bien absoluto, al cual deben supeditarse el resto de considerandos.

Entre otros, el legítimo derecho a la propiedad privada, reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 17.
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

Derecho que yo defiendo a ultranza, y que se ve conculcado en todo el mundo en personas a las cuales el sistema les condena a no poseer nada. Nada, ni tan siquiera el mínimo que les permita la subsistencia.

La propiedad privada no es un bien absoluto, sino que es un medio para lograr el bienestar del ser humano. Defender la legitimidad de la acumulación de capital en unas pocas manos de unos pocos países, lleva indefectiblemente a asumir que miles de millones de personas no tengan derecho a poseer nada. Si el derecho a la propiedad privada es absoluto, lleva a una contradicción, pues el ejercicio de ese derecho sin límite llevaría a transgredir necesariamente ese mismo derecho.

El derecho a la propiedad privada, pues, tiene que estar sometido al bien común. Pues como narra la Declaración en su primer artículo:
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

Continuando en el segundo:
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de [...] origen nacional o social, posición económica [...].

Esto es, todos tenemos derecho a todos los derechos, incluído el de la propiedad privada. No sólo unos pocos. Todos.

Después de dejar claros que esta Declaración de Derechos es inherente a cualquier ser humano, llega el tercer artículo:
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

A este derecho superior quedan sometidos el resto de derechos, el recogido en el título decimoséptimo inclusive.

Antes que el derecho a la propiedad privada, está el artículo cuarto:
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Por cierto, el quinto, para los que creen que todo vale en la lucha contra ETA:
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.


Por el contrario, en el sistema capitalista, el derecho a la propiedad privada de unos pocos, o más exactamente, la acumulación de capital, es no sólo un derecho absoluto, sino el objetivo último del sistema.

Puede que todo esto suene a muy revolucionario, y que la alternativa que propongo segan los koljós. Nos hemos acostumbrado a la idea de que la propiedad es un fin, no un medio. Pero incluso en un sistema liberal de mercado como el de nuestro moderno mundo, también existen límites a la propiedad privada.

Por ejemplo, si alguien en sus tierras se encuentra, arando, una sepultura celtíbera con un rico ajuar de piezas en oro, el Estado reclama su pertenencia. Por mucho que esa tierra sea del paisano, el patrimonio arqueológico es de todos, y en vez de ir a parar a las manos del paisano (que seguramente las fundiría, como se ha hecho a lo largo de la historia destruyendo las trazas de nuestro pasado) quedarían en depósito en un museo tras su estudio y acondicionamiento, para el conocimiento y disfrute de todos.

La propiedad de la tierra es del paisano, pero tiene sus límites.

De igual forma, vemos incongruente que un ciudadano acaudalado reúna una serie de soldados (soldado es aquel que recibe la soldada, venga de quien venga) y forme un ejército particular, con sus armas de asalto, carros o incluso helicópteros si el rico se los puede costear. Esto puede ocurrir en Colombia, con sus escuadrones de la muerte, pero no en países avanzados.

Por mucho que defendamos el derecho a la propiedad privada, parece que todos estamos conformes en que sólo puede haber un ejército, a la órdenes de las autoridades políticas (otra cosa es que el heredero del dictador sea el jefe del ejército, pero bueno). Por mucho que el hipotético ciudadano acaudalado pagase a los soldados y los armaría con su propio dinero, parece de todos asumido que hay funciones que corresponden en exclusiva al Estado.

Por poner otro ejemplo, también nos parece lógico que el trazado de una autopista o vía férrea no tenga que ser modificado para rodear la propiedad de un propietario terco que se niegue a vender, y que, pare evitar el perjuicio al bien común que supondría millones de euros en gastos así como alargar el recorrido del trazado, el Estado ejerza su prerrogativa a la expropiación, compensando justamente al propietario (en ocasiones con largueza, menudo negocio hicieron los que compraron tierras, justo por donde iba a pasar la A-52, justo unas semanas antes de hacerse público el trazado).

Nada de ello nos parece extraño, ni vivimos en la Rusia stalinista por que existan unos límites a la propiedad privada, para adecuar su ejercicio con el bien común (sin ir más lejos, los impuestos).

Vemos que, ni tan siquiera en nuestras sociedades capitalistas, hemos caído en el sinsentido de considerar el derecho a la propiedad privada un bien absoluto.

Bien. Seguimos.



Supongo que conoceréis la historia de Caín y Abel. Hay quien ha dicho que narra la eterna rivalidad entre agricultores y ganaderos (utus y tutsis). Otros, el conflicto entre sociedades productoras y los antiguos cazadores-recolectores.

Tonterías, yo os contaré la verdadera historia.

Caín era un agricultor, allá por los tiempos de Maricastaña. Caín cultivaba trigo, cebada y, para la siega, usaba las hoces de Abel. Abel era un hacendoso artesano que vendía a Caín las herramientas que necesitaba en su trabajo, el cual le pagaba con los beneficios que obtenía en el mercado vendiendo su excedente. El sistema estaba equilibrado, y todos vivían en paz y concordia.

Pero Abel, de natural codicioso como todos los siervos de Dios, quiso aprovecharse de la situación y torcerla para su beneficio. Le dijo un día a Caín que ya que él necesitaba para ganarse la vida las herramientas que él fabricaba, sin las cuales sería incapaz de trabajar la tierra, a partir de entonces él, Caín, debía trabajar para él. Abel le suministraría las herramientas, y a cambio, recibiría todo el fruto de la tierra y del trabajo de Caín. De ese total, que sería Abel quien lo llevaría al mercado, Caín recibiría unas monedas, en pago por su esfuerzo.

Ahora ya sabéis porque Caín mató a Abel, el primer capitalista.


Corrieron los siglos y los hijos de Abel se hicieron fuertes. Crearon Estados, y religiones, que promovían sus intereses. Así la historia, rodando, rodando, llego al feudalismo. El feudalismo nace a finales del imperio romano, cuando los terratenientes del Bajo Imperio concedían tierras a personas libres, que en adelante serían sus vasallos, a cambio de una contrapartida (trabajo en las tierras del señor, participación en las levas, dejar que se follase a tu mujer cuando le pluguiere...). Este pacto o contrato de esclavitud vitalicio y, con el tiempo, hereditario, recibía el nombre de foedus.

Este sistema de relaciones humanas ha estado vigente desde las postrimerías del Imperio de Occidente, allá por los siglos IV-V, hasta nuestros días. Se basa en el reconocimiento de la legitimidad del terrateniente a poseer grandes extensiones de terreno, que cede a otros a cambio de que trabajen para él. Como toda la tierra era de uno u otro noble, había de someterse a este abuso, si no querías que morir de hambre.


El engaño consistía en que hubiera una persona que poseyera extensiones muy superiores a las que podía trabajar por su cuenta. Alguien podría pensar que esta situación era injusta, y que haber nacido de un coño noble no daba derecho a vivir del trabajo de los demás toda tu vida. Pero para desactivar esa pregunta, estaba la religión (la cristiana, pero también la musulmana o la hindú), para justificar y legitimar como designio divino esta situación de desequilibrio e injusticia que conducía, indefectiblemente, a la explotación de la mayoría del pueblo por una pequeña minoría (a decir verdad, esto ya llevaba siglos practicándose, pero es en el feudalismo cuando la explotación se situó en el centro del sistema ideológico).

Lo curioso de este asunto es que todos cuando leemos sobre aquella época, comprendemos que era un abuso de los nobles sobre la mayoría, que vivía esclavizada para sostener económicamente al noble y su ejército, que utilizaba precisamente para aumentar su presión sobre ese mismo pueblo.

Con los años, claro, la clase privilegiada medró y el puto pueblo de siempre tenía que hacer frente a los gastos que originaba una corte con un estilo de vida despilfarrador. La mayoría, que pertenecía a la clase productiva, vivía subyugada para mantener la opulencia de una minoría no productiva integrada de nobles, militares y clérigos, los órdenes superiores.

A todos nos merece repulsa este mecanismo de explotación institucionalizado por el Estado y sacralizado por la Iglesia (a cambio de sus servicios de cobertura ideológica, recibía prebendas y canonjías). Sin embargo, curiosamente, nos parece de lo más natural ese mismo orden de cosas cuando opera, exactamente la misma forma, en nuestros días.

Los absurdos de nuestra mente primate son verdaderamente sorprendentes.

La mayoría del capital está en unas pocas manos. Y nosotros hemos de emplearnos en sus fábricas, en sus negocios, pagar nuestras hipotecas que hemos pedido para poder trabajar en algo, dormir bajo techo o incluso ¡poder acceder a la universidad!. Exactamente la misma situación.

¿Por qué esta situación nos parece asumible, cuando nos parecía injusto el sistema en la Edad Media? El avance de la ciencia y la técnica ha permitido un desarrollo en el nivel de vida, pero seguimos trabajando para otros, para unos pocos que son los que poseen las herramientas que necesitamos para el trabajo, la tierra, los yacimientos, el capital. Ellos lo poseen TODO, y a nosotros sólo nos queda, si no queremos morir de hambre, trabajar para ellos.

Esto es, en rigor, feudalismo. Sistema que, insisto, comenzó en el siglo V y sigue aún vigente.


Retrocedamos de nuevo en el tiempo, ahora a la Edad Media en Europa. Un noble, con los beneficios que obtiene explotando al campesinado, emprende la construcción de un puente. Este puente, en principio, es una magnífica aportación para la comunidad, pues permite que las personas y mercancías no tengan que dar un rodeo para salvar el río, aguas abajo, en un vado o con una barcaza; ahorrando de esta manera muchas molestias y esfuerzos y mejorando la productividad de la economía local.

Ello está muy bien, pero el noble, como era su dinero, quiere algo a cambio. Todo aquel que hiciere uso del puente, había de pagar un canon: el portazgo. Desde la lejanía que nos concede la perspectiva histórica, podemos argumentar ¿hasta qué punto el dinero invertido en la construcción era SU dinero, y no el dinero de toda la comunidad que acabó en sus manos debido al sistema económico/político establecido? Si dudamos de la legitimidad de ese dinero, también ponemos en cuestión el derecho que tiene el noble de cobrar por cruzar un puente que fue pagado, en último término, por el trabajo de los campesinos y artesanos, es decir los vasallos de su señor y única clase productiva.

Bien. ¿Me queréis explicar cuál es la diferencia sustancial, entre la tasa de portazgo y el peaje que tengo que pagar para transitar por una autopista? No es una pregunta retórica, espero respuestas.

Por cierto, para vuestra información, ni siquiera, a diferencia de la Edad Media, el dinero lo pone sólo el que luego va a tener el derecho de cobrar por su uso. Por poner un ejemplo cercano, la autopista Santiago-Ourense fue sufragada a partes iguales con dinero público y privado. Es decir, que la mitad del dinero lo pagamos TODOS. Sin embargo, el cobro es patrimonio exclusivo de una empresa privada. Y es uno de los peajes más caros de España.

Nosotros ponemos el trabajo y, en ocasiones como ésta, buena parte del capital. Pero ellos ponen el cazo.

Eso es feudalismo, que, con el paso de los años, se ha perfeccionado. A la perfección del feudalismo se la conoce como capitalismo.

El feudalismo, en esencia, es una mala broma que permite que unos pocos puedan vivir del esfuerzo de la inmensa mayoría. Las leyes, la economía, la religión, estaban montados de tal forma que una clase minoritaria pudiera imponerse a la mayoría y perpetuar su explotación. Ello se basaba en la defensa como principio absoluto de la legítima propiedad que el noble en cuestión detentaba sobre los medios de producción de su territorio (empezando por el más básico, la tierra, pero también sobre el molino, el mercado, los talleres, el horno...). A quienes pertenecían al pueblo llano, no les quedaba más remedio para subsistir que emplearse como mano de obra semi-esclava, con ciertos derechos legales pero ninguno real frente a los abusos del noble, ya que no tenían independencia económica.

¿Podría alguien explicarme qué diferencia hay entre el feudalismo y el sistema actual? ¿No es éste, acaso, el mismo sistema de siempre?

Y, por favor, la mejor pregunta: ¿Por qué aquel es comunmente reprobado mientras que éste es considerado la base de la democracia? ¿Es necesaria la propiedad privada de los medios de producción, y lo que ello implica, el trabajo asalariado, para que exista la democracia? ¿Hemos de ser esclavos, para poder liberarnos? Esto parece ilógico, sólo al alcance de mentes perturbadas como la de Sor Maravillas de Bono.

"Déjate mandar. Déjate sujetar y despreciar. Y serás perfecta"

Para que exista Democracia, tiene que crearse una clase de pequeños artesanos en los burgos, los cuales con el tiempo logran la independencia económica y exigen para sí los mismos derechos que tienen los ricos. Así sucedió en la Atenas clásica, así sucedió en Inglaterra en el siglo XVII, cuando se le obligó al Rey a aceptar una monarquía parlamentaria. Tenemos la madre de todas las revoluciones burguesas, la Revolución Francesa, que uso como ariete la sansculotterie depauperada pero cuya dirección recayó en las clases medias.

Para que exista Democracia tiene que existir ciudadanía. Hombre y mujeres libres. Cada vez más endeudado, y por lo tanto menos dueño de su destino, el pueblo es menos libre. De esta forma, con una sociedad de semi-esclavos, nos alejamos del ideal democrático para volver a un feudalismo del cual jamás llegamos a salir.

¿Qué fue el franquismo sino un retorno al feudalismo, a un orden basado en los privilegios?

¿Qué diferencia hay entre trabajar las tierras de la Condesa de Murillo, o en la empresa de los Gil de Biedma? Si en los dos casos, estás trabajando para otros. Y en los dos casos, para la misma persona.

Volviendo al origen del artículo, es perfectamente legítimo el derecho a la propiedad privada. Ni siquiera en la Unión Soviética se negaba este derecho, pues sería absurdo. ¿Qué van, a colectivizar tus calzoncillos? Seamos serios.

Toda persona tiene derecho a la propiedad privada. Puede tener un coche, y ser sólo suyo, comprando con el fruto de su trabajo. Puede tener una televisión, un DVD, una colección de sellos o un armario lleno de ropa. Puede tener un piso, y ser de su propiedad.

Lo que no puede es poseer la tierra sobre la que se asienta el piso, como han entendido en Marinaleda, o poseer 10 pisos para alquilarlos y vivir del trabajo de otros.

El límite de la propiedad privada es cuando se acaparan los medios de producción, es decir, los medios materiales para que una persona pueda ganarse la vida con su trabajo. Pues entonces, estamos viviendo del trabajo de otros, y esto es intrínsecamente inmoral.


Corolario:

Para terminar, respondo a mi propia pregunta. ¿Cual es la diferencia entre el sistema feudal y el capitalismo actual? Son lo mismo, se basan en la explotación de la mano de obra asalariada, legitimando la propiedad privada de los medios de producción. ¿Entonces? ¿Cuál es la diferencia?

Para explicar este último punto, os propongo un nuevo viaje. Vamos a quedarnos en nuestra época, hace tan sólo unos pocos años (antes de se comenzara a fraguar la tormenta perfecta) pero cogemos un avión al Japón deflacionario. Allí, pedimos un crédito de chorrocientos millones de yenes, a un tipo de interés del 1%. Cogemos ese dinero prestado y tomamos el avión a Islandia, donde compramos deuda a un tipo del 15%. Al cabo de un año, nos pasamos por Islandia y retiramos nuestro dinero más los intereses. Vamos a Japón, y devolvemos el dinero que pedimos prestado, más el 1% que acordamos. Y de regreso a casa, vuelvo con el 14% de chorrocientos millones de yenes que pedí prestado. De hecho, el viaje es solamente virtual, pues todo este dinero jamás ha llegado ha hacerse físico en papel moneda, y todo lo he hecho cómodamente sentado delante de un ordenador.

Este es sólo uno de los múltiples mecanismos financieros, que tratamos en el mendiguito hace tiempo: el efecto Islandia.

Al cabo de un año, se han creado 0,14*chorrocientos millones de yenes, que antes no existían. Se han creado de la nada. No he asumido ningún riesgo, ni he invertido en ninguna actividad productiva. No hay más riqueza en el mundo que respalde o justifique la creación de mis millones. Pero el caso es que ahí están, mis millones existen y cada euro tiene tanto valor como el euro de aquel trabajador que, ignorante de este mecanismo, ha tenido que ganarlo con el sudor de su frente.

El problema es que este trabajador, nominémosle con un genérico Juan, tiene que competir en la cola del pan, en la frutería, al comprarse un coche o un piso, con mis millones virtuales, además de con los millones de su jefe. Si el pobre Juan viviera en un sistema feudal, sólo tendría que competir en el mercado con su jefe, el noble. Eso es lo que sale perdiendo con el capitalismo, tiene un nuevo nivel de explotación sobre él, una nueva clase improductiva a la cual mantener.

En esencia, pues, el capitalismo no es más que una vuelta de tuerca más en el sistema de explotación llamado feudalismo, en la que a las tradicionales formas de acumulación de capital basadas en la explotación del trabajo asalariado, se une la creación del dinero de sí mismo, por un absurdo proceso de generación espontánea.

Ya para terminar. Juan ignora los mecanismos que permiten acumular millones sin trabajar (y de que no lo aprendan sus hijos se encargan los responsables autonómicos de la educación pública). Pero aunque lo supiese, de nada le serviría: el banco japonés jamás le prestaría a Juan los chorrocientos millones de yenes que necesita para iniciar el juego. Para poder pedir un préstamo de chorrocientos millones, tienes que tener chorrocientos millones.

Al juego del capitalismo, sólo pueden jugar los ricos.

Es evidente, si no, no habría juego.




Como regalo para el valiente que haya aguantado todo el tostón, una de las mejores piezas del rock en nuestro país:

Llión












































































En la puta calle

Hace unos días, leía en Im-Pulso que puede haber medio millón de familias españolas amenazadas con el desalojo.

De hecho, los desahucios express ha sido una de las medidas más publicitadas por este gobierno que se dice de izquierdas, pero que cada vez hace una política más favorable a los que tienen (en este caso, a los propietarios de viviendas que las arriendan) frente a los que no tienen (vivienda en propiedad). Por supuesto, siempre hay quien aún pida más.

Pedro Zerolo es una de los pocos dirigentes del P$O€ que aún guarda algo de dignidad. Hace poco, con objeto de la expulsión de una veintena de indigentes que se refugiaban del frío en el subterráneo de la Plaza de España, dijo:

La presencia de personas sin hogar en nuestras calles no es un problema estético, sino de derechos humanos.


No tengo nada más inteligente que decir, dicho esto. A no ser que el Señor Zerolo podría convencer de ello a los alcaldes socialistas (y nacionalistas gallegos) que también azuzan a las fuerzas pitufales contra los más ciudadanos más indefensos de la sociedad. Es triste que ese hostigamiento que sufren los mendigos no los sufran los promotores inmobiliarios y ediles corruptos que han destruido el paisaje natural y rural español. Son los sin hogar, los que afean el paisaje.

A los policías, les llega la hombría para meterse con los desarrapados y perroflautas. ¡Cuánta cobardía!

Mal de muchos, consuelo de imbéciles:

Sarkozy deja en la calle a los sin techo franceses. Los excluidos sufren como nunca dos años después de las promesas electorales.


Quizá el que esté leyendo esto estará pensando: "¿Y a mí qué, si esto no me afecta? ¿Se han quedado sin casa? Que se jodan".

Arrieritos somos, y esta vida da muchas vueltas...

12 de diciembre de 2008

Индустар-22

¿Qué pensaríais si alguien os preguntara si se puede usar un objetivo soviético de la Segunda Guerra Mundial en una SLR digital de última hornada? Así, a bote pronto, uno se imagina un engendro similar a poner las ruedas de un dos caballos a un Citroën actual. Vamos, que eso no puede ir bien, y probablemente ni vaya.

Más exactamente, sería como ponerle las ruedas de un Ural de la postguerra a un Honda Accord del año pasado. Me explico: Mi cámara nueva es una Olympus descatalogada, el modelo del año pasado; es decir, japo. Y el objetivo de mis amores, un precioso Industar-22 del año 1948. El diseño es del año 45, basado en un objetivo alemán de entreguerras (un Carl Zeiss Tessar).

Se trata de un 52mm 1:3,5, que con el factor de ampliación x2 de las Oly digitales, nos da un tele medio no especialmente luminoso pero sí extraordinariamente compacto (que no ligero, que antes hacían los objetivos blindados como tanques, para durar, no los cachos de plástico de ahora).


Bueno, pues con un poco de investigación por la red y un otro poco de bricolaje, la cosa ha quedado tal que así:





El símbolo del prisma atravesado por el rayo que veis en la foto indica que fue fabricado en la planta de KMZ, esto es, la Красногорский Механический Завод, o Planta Mecánica de Krasnogorsk, la mayor fábrica de lentes soviética (luego se llevaron la producción a Kiev, con una pérdida de calidad).


Los franceses, para calificar este injerto, dirían que es bizarre. Aquí, que no somos tan finos, estaréis pensando que estoy totalmente gilipollas, y que ese apaño no va a funcionar ni de coña.

Pues sí, lo reconozco, soy gilipollas. Pero démosle una oportunidad al invento; vamos a encender la cámara y ver cómo hace su trabajo el abuelete.

La primera foto que saqué con él, es este autorretrato:



¿A que luce bien, el cosaco, en el morro de la superchachi japo penúltimo modelo?


Lo malo es que hasta hoy, entre puentes, historias y que no había dejado de llover, no había podido probarlo adecuadamente. Esta mañana se abrieron durante un rato las nubes, así que monté el engendro y me escapé a una playa aquí al lado para ver si encontraba alguna florcita interesante (ya que insectos imposible).

Bueno, aquí está el resultado, a ver qué opináis del matrimonio contranatura entre la jovencita japo y el ancianete ruso. Yo creo que no hacen tan mala pareja.
























































Serán mejores o peores estas fotos, eso ya según gustos; pero lo que he aprendido buscándolo y montándolo, y el placer de manejar un aparato con sesenta años a cuestas, enfocar, cerrar el diafragma...es una satisfacción impagable.

Asuntos y cuestiones



Por artículos como el siguiente, entra el muy bastardo del Wyoming en la lista de enlaces selectos del mendiguiño.


La furia de los cobardes

George Bush ha cumplido con todos los requisitos para ser considerado, siendo benevolentes, una rata miserable. Al despedirse, concede una entrevista para hacer balance de su gestión y echa la culpa de sus fechorías y crímenes a sus colaboradores, en un acto de cobardía característico de los que demuestran una crueldad implacable cuando ejercen el poder.

Cuando llegó a la Casa Blanca ya tenía el récord de ejecuciones de la historia de los EEUU. Ahora dice que le engañaron los servicios de inteligencia. Atrás quedan los días en los que anunciaba con descaro la aprobación de un presupuesto millonario destinado a comprar periodistas de todo el mundo para que mintieran a su servicio. Atrás, la concesión de contratos de avituallamiento y reconstrucción de Irak a sus más íntimos colaboradores, haciendo de la sangre de los inocentes un negocio abominable.

Su hermano vino a despertarnos de la siesta progre para ilustrarnos sobre los increíbles beneficios que reportaba sumarse a la matanza, invitado por el Gobierno de entonces. Atrás, cuando legitimó el secuestro y la tortura de personas sin acusación ni cargo alguno. Atrás, cuando implantó la doctrina neocon con fe integrista negando la más mínima intervención del Estado en el control de la voracidad de los buitres de la economía especulativa, que ha derivado en esta crisis internacional. Atrás, cuando se fumaba un puro en compañía de su colega Ansar con los pies encima de la mesa, mientras Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, situaba, ya en 2006, la cifra de muertos en Irak en 650.000. Miente otra vez, mientras todos heredamos una parte de su culpa y nos convertimos en el blanco de la ira de los que lo han perdido todo.


Lo de bastardo es porque por su culpa he roto la racha que llevaba desde principio de verano, de no ver ningún programa de televisión (excepto alguna que otra carrera). Sólo vale el primer cuarto de hora, y eso cuando vale algo. Pero al menos... Tiene muy mala ostia, y un punto de surrealismo verdaderamente agradable.

Eso sí, como vuelva a poner al puto crío diciendo lo del semen español, se lo traga. Niño, semen, y mando a distancia que me sirve para callar la caja tonta cuando al ceporro éste le da por poner refritos.

Lo peor son los lunes, porque ya que estoy emburriciado, acabo viendo CQC. A este paso, en unos pocos meses acabo viendo Corazón, Corazón. Lo mejor sería tirar la jodida tele directamente por la ventana...

P.S: Incluso al Wyoming, incluso a El Jueves, les faltan cojones para burlarse de Mahoma. Tienen miedo, y ese miedo no avergüenza a quien lo padece, sino a los creyentes que lo infunden. Que no podamos hacer gracias con el islam es una vergüenza para esa (repugnante) religión.