26 de abril de 2006

El negocio de la guerra


Muy interesante lo que estaba leyendo en esta noticia.

Cuando prepararon la guerra los halcones de la Casa Blanca, hicieron sus cuentas. Con una inversión de tantos millones de dólares, conseguimos contratos de reconstrucción de infraestructuras. Infraestructuras que las USAF habían bombardeado, pagadas a precio de oro y firmadas por Paul Bremer en nombre del pueblo iraquí, y a cuenta de su subsuelo.

Asímismo, también conseguían ventajosos contratos de explotación para petroleras estadounidenses. Antes, Sadam Hussein había negociado esos contratos con empresas de Rusia, Francia y Alemania (curiosamente las palomitas pacifistas que se oponían a la ocupación).

Lo que realmente mantiene a los marines en Iraq es el miedo de la Casa Blanca a que un gobierno de cléricos en Iraq considere como papel mojado todos los contratos firmados durante la ocupación, y se niegue a seguir pagando la enorme factura de la deuda y a renegociar todos los contratos de nuevo.

Esa es la democracia que quieren proteger: un gobierno títere deudor de los USA que los necesita para gobernar. A cambio: mantener la estabilidad...contractual. Unos cuantos atentados de más o de menos es algo que en Washington importa poco.

El analista que comentaba la anterior noticia habla de los gastos como algo fuera del plan, como una contrariedad para el ejecutivo de Bush. En mi opinión, siempre formó parte del plan.

En su análisis, constata que se disparan los costes militares, tanto que los beneficios del crudo iraquí no bastan para cubrirlos. Sugiere por tanto que ha sido un mal negocio la invasión de Iraq (a estas alturas, el que piense que esta guerra no es más que un negocio...es que ve demasiadas películas de Bruce Willis).

El error está en considerar: Gastos de EEUU de Iraq - Ingresos de EEUU en Iraq = Pérdidas de EEUU en Iraq.

Falso. Los sujetos no son los mismos.

Los gastos de la guerra (intervención militar, como decía el miserable bigotudo) corren a cargo del erario estadounidense, esto es, de los contribuyentes norteamericanos. Evidentemente, esta ingente salida de dinero es a costa de otras partidas presupuestarias (fundamentalmente sociales) que el miserable de Bush ha considerado como prescindibles y demasiado onerosas (el desayuno en las escuelas, for example).

Sin embargo, los beneficios de la guerra corresponden a las empresas estadounidenses. Confundir el interés de los estadounidenses con el interés de las empresas es lo que me lleva a darle una colleja al periodista éste.

Petroleras como la Chevron-Texaco, o conglomerados empresariales como la todopoderosa Halliburton, han obtenido más que ventajosos negocios firmados, de nuevo lo repetimos, en nombre del pueblo iraquí por la administración estadounidense.

Creo que a estas alturas ya todo el mundo conoce el nombre del antiguo presidente de Halliburton: Dick Cheney (principal impulsor de la guerra).

Y por último, falta mencionar la tercera pata del negocio: la industria del armamento, y en general, las empresas que dan servicio al ejército de los EEUU.

Me hizo gracia el comentario de W.H.Hartung, especialista en armamento: "La industria del armamento no tiene necesidad de grupos de presión en la administración Bush. En un alto grado, ellos son la administración Bush".

Releed las cifras que os presenta el artículo y llegad a vuestra propia conclusión. Cotejad si tenéis tiempo las cotizaciones en bolsa de las empresas implicadas con el desarrollo de la ocupación.

La guerra supuso un tremendo negocio para las dos primeras patas. Pero es de remarcar la industria armamentística. Para ellos, cuanto peor, mejor.

En este negocio el dinero sale de los bolsillos del puto pueblo: del pueblo iraquí hipotecando su subsuelo durante lustros, del pueblo estadounidense que con sus impuestos (y su voto) sostiene la ocupación (a costa del deterioro de su propio país).

Y ese dinero va a...las empresas que están tratando Iraq como harían unos buitres con un trozo de carroña.

Son esos holdings los verdaderas instigadores de la guerra. Son quienes verdaderamente dirigen EEUU y el mundo. A ellos sirve el cretino de Bush.

El enemigo no es EEUU. Un pueblo de palurdos adinerados, embrutecidos de propaganda nazional-capitalista.

El enemigo es el Capital.

Está en su esencia, el buscar nuevas riquezas sin reparar en costes humanos. El dinero ama a su semejante, el dinero. No ama personas.

Las personas, en vez de amar a nuestro semejante, amamos al dinero.

Siempre encontrará hombres que se rindan a su aureo brillo y vendan su conciencia.

Bush es un títere. Los consejos de administración de las grandes multinacionales no son más que títeres. Hombres que más pronto que tarde regresarán a la tierra.

Son los siervos que dotan de inteligencia y voluntad al CAPITAL. Sufrimos su tendencia centrípeta, de acumulación de capitales convergiendo en unos pocos nucleos de poder a modo de agujeros negros, no dejando que ni la luz escape a su voracidad.

La Ley de la Gravitación Universal, aplicada al capital. Sustituímos masa por dinero, y listo.

Cuanto más masa absorven, más grande es su poder, y con mayor gravedad ejercen su influjo a distancias cada vez superiores.

Hoy día todo el mundo, u orbita en torno a esos grandes agujeros negros de la riqueza, o está ya inmerso en ellos.

¿Qué pasará cuando sólo existan unos pocos agujeros negros, inmensas acumulaciones de Capital en el mundo, y NADA exista fuera de ellos?

¿Colisionarán? ¿Se alcanzará un equilibrio estable? ¿Se fagocitarán hasta quedar sólo uno?

¿Cuál es nuestro papel, pobres mortales en este juego? ¿somos las fichas?

¿Resistirá el planeta?

¿Cuánta gente habrá de morir?

23 de abril de 2006

La III República


Bueno, me perdí el cumpleaños pero no la ocasión de celebrarlo.

La república, por sí misma, no soluciona nada. La república es sólo una forma de construir un Estado sin mancillar la dignidad de un pueblo.

Elegir a sus representantes no es la única condición de la democracia, pero si una condición fundamental. Si la Jefatura de Estado la ocupa un monarca, de forma vitalicia y hereditaria, ese Estado no puede llevar en buena lógica el nombre de democrático. Un rey tiene súbditos. Un presidente: votantes.

Para asentar un nuevo Estado español en bases firmes de libertad, justicia y democracia, es necesario:

1.- Desaparición del Cuerpo de la Guardia Civil. La seguridad de un pueblo libre no puede ser vigilada por cuerpos paramilitares, y menos con el historial de crímenes de ese cuerpo. Petición al ejército de disculpas históricas por la colaboración con la represión fascista y la dictadura y condena expresa del alzamiento militar del 36. Respeto a los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales, que deberán cumplir la ley como cualquier otro ciudadano, sin atajos ni protecciones de su amo el Estado y sus cuidadores: los Delegados del Gobierno.

2.- Ratificación expresa por todos los pueblos que conforman el Estado español de su voluntad de querer pertenecer al mismo. Redacción de una Constitución en la que conste expresamente que España es una comunidad de pueblos libres, que deciden voluntariamente organizarse en un Estado Español. En cualquier momento este compromiso podrá ser rescindido por cualquiera de los pueblos integrantes si así lo deciden la mayoría de sus ciudadanos. En democracia no hay patrias sagradas e inmortales. Lo único sagrado es la libre voluntad de los ciudadanos de organizarse de la forma que les parezca conveniente en cada momento. Otra cosa podrá ser constitucional, pero no democrática.

3.- Compromiso del Estado que todos los españoles nacemos iguales, y por lo tanto la abolición de los títulos nobiliarios. Si ya a estas alturas de la película, todos podemos desconfiar de un título que teóricamente reconoce la grandeza de una persona (y que en la práctica, sólo reconoce su afección al poder)...que ese galardón sea hereditario y considerar que el hijo del "bueno" sea "bueno", y a su vez su primogénito... El absurdo, por mucho que se le recubra de tradición histórica, es un absurdo, una mentira, y una falacia.

4.- Y, por supuesto, y como necesario corolario de lo anterior...abolición de la monarquía. El pueblo debe elegir, democrática y periódicamente, a su Jefe de Estado. No se puede dejar ni a la Gracia de Dios, ni a la genética, esa tarea.


Sin república, no hay democracia (aunque puede haber república y tampoco haber democracia, cosa de lo más común).

7 de abril de 2006

tierra

Fue hace unos años, cuando subí con un amigo a ver cómo habían quedado mis castaños después del último incendio.

Eran una poco más de una docena de plantas, la mitad de ellas brotadas del anterior incendio, haría unos seis o siete años, las otras, las más bajitas, plantadas por mí hacía tres.

Además de los castaños, había dos cerezos que me llegaban por la cintura, que eran mis predilectos. Lo cierto es que (de ilusiones también se vive) no era totalmente altruísta mi amor por esos árboles, y se me hacía la boca agua fantaseando con el día en que empezasen a dar fruto. No se porqué me figuraba que esos dos arbolitos tan graciosos tenían que dar forzosamente las mejores cerezas del mundo.

Uno de los días más penosos de mi vida, estar en medio de la tierra chamuscada, contemplando el plástico de la tela que protegía los jóvenes tronquitos de los jabalíes, derretida y pegada al tronco renegrido.

Por si a alguien le interesa, aún lo volví a intentar una vez más. Luego vino otro incendio y mande mi ilusión de ver crecer árboles en esa leiriña a la puta que la parió.

Mi colega me debía ver de muy mala ostia, y me hizo saber que entendía mi enfado, porque al fin y al cabo “esa era mi tierra”.

La verdad es que nunca lo había pensado. Luego, ya en casa, respondí en soledad a lo que me había dicho: No, no es mía. No me duele porque sea mía. La tierra no es mía, la tierra es de la tierra. Míos eran los árboles, que había plantado, limpiando el lugar de xestas y zarzas. Que había regado el primer año, trayendo agua en bidones para que no se secaran en ese verano tan seco, el primero de vida para ellos fuera del invernadero. Eran mis árboles porque eran sujeto de mis ilusiones. Eran tan míos como mi madre o mi compañera. No eran míos porque los poseyera, eran míos porque los amaba.

Lo cierto es que desde ese momento que lo pensé por primera vez, la idea de que yo, alguien, pudiera poseer un pedazo de tierra se me antojaba absurda. ¿Cómo voy a poseer yo la tierra? La tierra es...de la tierra. ¿Acaso puedo guardármela en el bolsillo? Aunque tuviera un bolsillo tan grande como la parcela. ¿Podría? Y llevármela consigo dejando...¿el qué? ¿un pozo al centro del planeta? ¿una ventana a los infiernos? ¿un agujero negro?

Yo puedo tener el usufructo de la tierra. Puedo decidir qué árboles planto para que sean pasto de la llamas. Tengo derecho a recoger su fruto, siquiera en sueños. He adquirido el derecho a usar la tierra, ese pedazo de tierra. Pero la tierra no es mía.

Más bien yo soy de ella, ya que ella está ahí antes que yo.

Nosotros la parcelamos y la aprovechamos, de forma más o menos justa, y decimos: ésta es mía y ésa es tuya. Pero no es así. Ni ésta, ni ésa ni aquella son diferentes, son partes de la misma tierra. ¿Pudiera yo quedarme con toda la lluvia, con todo el rocío, con todo el sol? ¿De dónde me viene el agua del torrente sino del de la finca de al lado? ¿Acaso respetan mis lindes las mariposas, las avispas, los moscardones golosos de polen, y se detienen respetando mi propiedad privada? ¿Acaso lo hace el viento, o la noche, o la helada?

Yo entiendo la tierra como una máquina perfecta. Nosotros fuimos expulsados del paraíso por morder el fruto del conocimiento. Desde entonces, vagamos por ella como extraños en el seno de nuestra madre, que nos repudió cuando abrazamos la luz de la razón.

Ahora, podemos usar la tierra. Podemos incluso destruirla. Pero no podemos poseerla. Tan sutil como una pompa de jabón, cuando la apretamos en la mano para conservarla, la destruímos. Es lo que hacen los bebés (supremos egoístas) cuando un bichito les gusta, lo espachurran con su manita hasta quedar sólo una masa informe. Al querer poseerlo, lo matan. Igual pasa con las personas.

Antes, la tierra nos tenía a nosotros. En cierta forma, seguimos perteneciendo a ella y a ella volvemos. Pero nosotros, nosotros no podemos tener la tierra.

La tierra, o se tiene toda, o no se tiene. Era más lógica aquella época de los faraones, en que todo el reino era suyo. La tierra, con todo lo que volaba, corría o se reptaba, echase raíces o anduviese sobre dos pies, era propiedad del faraón. Y el faraón era dios, y la vida dependía de él. El resto de naciones también le pertenecían, sólo que aún no se habían enterado.

Filosóficamente, mucho más coherente que el mundo actual.

A quien dijera que: tal pedazo de tierra es mío, habría que coger una excavadora, cargar una bañera y llevársela hasta su casa. Descargar la tierra en la puerta de entrada, encima de su tejado, meterla por la chimenea. “Aquí tiene, su tierra, ¿me firma el albarán?”

La tierra estaba ahí. Luego llegamos nosotros y sobre ella habitamos. Nos organizamos en sociedades, tribus, confederaciones, pueblos, países, estados...y todo ello lo hicimos sobre una tierra. La tierra sobre la que vivíamos en ese momento era nuestra tierra. Grandes migraciones se han producido buscando una tierra sobre la que poder decir: ésta es mi tierra.

Y verdaderamente es suya, como suyos son sus amigos o sus hijos. No suyos porque los pueda vender y recibir oro a cambio. Suyos precisamente porque no los puede vender, suyos porque son, forman parte, de su mismo ser.

Así, la tierra era de todos, incluso del esclavo. El esclavo no amaba menos la tierra en la que nacía, aunque no tuviera derecho a beneficiarse de ella y sí sólo a dejar en ella su sudor. Pero era suya. Toda.

Con el devenir de los tiempos, el disfrute de esas tierras fue pasando de unas manos a otras. Pero la tierra seguía ahí. Cambiaban los pueblos que la consideraban como suya, pero ella permanecía íntegra, aunque la parcelasen. La tierra no sufría porque moviesen los marcos, sufrían los hombres, y por ello se mataban.

Esa idea, de que la tierra es...de la tierra, y que a todos nos pertenece. Que no existen parcelas estancas porque si hacemos daño en un sitio otro lo padece (los incendios, la pérdida de suelos, la contaminación del aire o de las aguas...). Esa idea es la que pondría como piedra sobre la que construir otro mundo.

Echando un vistazo a los campos, las tierras son de todos, de la sociedad. Es nuestra tierra.

Luego podemos llegar a algunas conveniencias, creando la propiedad privada para que tal o cual persona o familia se aprovechen de cada cacho. No parece que sea esa una forma muy justa de repartir los beneficios de la tierra. Al fin y al cabo, la propiedad privada es sólo una de las posibles formas de repartir el gobierno y disfrute de una tierra.

La tierra, léase Galicia, léase el Concello de Noia, léase la Bretaña, o la Francia entera...al fin partes en que mentalmente dividimos lo que es la tierra toda, una sola. De esta tierra que consideramos nuestra por en ella haber criado nuestros hijos, de esta tierra que es la que nos ha visto crecer, aceptamos no se porqué argumento de razón, que nos digan que tiene dueño.

Por razones que anteceden en mucho a nuestros padres y nuestros abuelos, se nos dice que pertenece a tal persona. Y nosotros aceptamos ese convencionalismo que es la propiedad privada de la tierra, del disfrute de la tierra. ¿y porqué le pertenece? Porque su padre y el padre de su padre y...Generalmente, al final de la madeja que se nos presenta como argumento de autoridad, desarrollándola, no se ve ninguna acción buena.

¿No parece más justo que el pueblo, de común acuerdo, dejase de respetar lo que se forjó, de mejor o peor arte, tras siglos de historia y, de un plumazo, creásemos leyes más sabias y justas?

La tierra, para el que la trabaja.

Qué fácil es decirlo. Y cuánta sangre derramada en los campos para impedir que, lo que parece de justicia, se lleve a cabo.

Ahora el problema es el suelo. El de las ciudades, el urbanizable, que ya el otro no vale nada. Bueno, también es importante otro tipo de suelo, el recalificable. Ése si que es buen suelo del que se obtiene abundante cosecha.

Los que tienen, acumulan suelo. Se dice que ya, las provincias de Mallorca, Alicante y todas las Canarias son de mayoritaria propiedad germana e inglesa. Y sin embargo, cuando paseo por Alicante, me sigue pareciendo la misma tierra, continuación de la que los hombres llaman Albacete. ¿Acaso ha dejado ahora Canarias de ser la tierra de sus gentes?

No, han perdido la titularidad de su suelo, que ahora sirve de disfrute para los guiris. Pero sigue siendo su tierra.

De la misma forma que los campos, las ciudades son de los que las habitan. Se puede aceptar la propiedad privada, y así que cada uno tenga su dinero, su coche o su piso. Ésta es tu casa y en ella no puede entrar nadie.

Sin embargo, lo que no puedes pretender es poseer la tierra. Porque la tierra, el suelo, como se llama en las ciudades...es de todos. Teruel es de los turolenses, Huelva de los onubenses y Badajoz de los pacenses (se nota que he buscado gentilicios curiosos, ¿eh?). ¿Y quienes son los Turolenses? Pues está claro: aquellos que viven en Teruel.

Así Galicia es de los gallegos, España, de los españoles y el mundo...de todos.

¿Consecuencias prácticas de este principio? Ni más ni menos que se puede tener el uso de una parcela, pero su posesión pertenece al Estado, es decir, a los habitantes de ese territorio, que son los que deciden cómo administrarla.

Así, el Estado puede ceder a un constructor una parcela para que en ella edifique un edificio de viviendas. Las viviendas son del constructor, que es quien ha pagado su construcción, y tiene derecho a venderlas y obtener lucro por ello. Entonces pasarán a ser propiedad de una familia que podrá disfrutar de su piso, ojalá que por muchos años si es que el constructor no era un delincuente y sisó en los materiales.

Probablemente el inmueble dure más que esa familia que lo compra, sobrevivirá incluso a sus hijos. Éstos, si desean cambiar de ciudad, podrán venderlo, ya que el piso es suyo, con ello comprarse otro piso en el lugar de destino. Pero lo que se compra o se vende es el piso, más nuevo o más viejo. Pero nunca suelo. Porque el suelo es de todos.

Con esto no quiero derogar la propiedad privada. Ni quiero ni dejo de querer, vamos. Sólo niego la idea de que nadie pueda poseer la tierra, una parte de la tierra.

La tierra, el suelo (solar hispánico que decían nuestros abuelos) no puede pertenecer a nadie y, por lo tanto, todos tenemos el mismo derecho sobre ella.

Nadie puede poseerla, sino sólo ser dueño de lo que de ella obtengamos (oro, fresas o ladrillos). Por lo tanto, parece justo que si la posesión no puede corresponder a nadie, su uso y su gobierno debiera corresponder a todos.

Sería pues la sociedad la que distribuiría, según criterios de justicia y no de privilegios basados en una propiedad privada, que no significa nada, y por lo tanto que nada justifica, la tierra y el suelo.

Para trabajar en ella y para vivir en ella y de ella.

No, no es la sociedad comunista. No tendría porqué. Con ello no cierro la puerta capitalismo. Aún no. Cada cual puede seguir teniendo dinero, joyas, acciones en empresas...incluso casas y chalets.

Pero no tierra.

La tierra es de los que vivimos en ella.

Y ella, nuestro honor y nuestras vidas, eso, no ha de ser posesión, herencia ni patrimonio de nadie.


5 de abril de 2006

El timo del ladrillo


Zarco, podría suscribir lo que escribes punto por punto.

Exceeeepto...lo del alquiler de VPO. No es que sea una mala idea, que no lo es. Los alquileres están carísimos y eso hace que meterte en una hipoteca sea una opción a considerar.

Pero dije: "tampoco he visto que IU plantease una solución (más allá de las recetas liberales que plantea el gobierno, vaya)."

Lo de las VPO en alquiler, especialmente para jóvenes...¿hace cuánto lo llevamos oyendo? Todos los partidos lo prometen, y luego se quedan en migajas...(amén del negocio sucio que se mueve en torno a ellas).

A mi, antes que proponer soluciones (yo tampoco las tengo, aún no me he comprado la chistera), me gustaría analizar la raíz del problema. Nuestra bendita sociedad se basa en la ley del libre mercado, cuyo primer mandamiendo es que el omnisciente mercado se autoregula por la ley de la oferta y la demanda.

¡Y un cojón!

Cualquiera con dos dedos de frente sabe que hay mil formas de actuar sobre el mercado para distorsionar esa relación (la publicidad, p.ej.). Y eso es lo que ha pasado en la última década. No ha habido sensiblemente más demanda real (la población española apenas crece, inmigración incluída). La oferta se ha disparado. Siguiendo la lógica del mercado, los precios de los pisos se tendrían que haber desplomado. Lejos de eso, se han multiplicado por 4.

Si las leyes del mercado fueran inmutables, a ese encarecimiento de los pisos, debiera haber reaccionado la gente retrayendo su intención de compra, provocando una bajada de los precios hasta volver a reequilibrar la balanza.

Pero no ha sido así, cuanto más subían los precios, más compraba la gente. Lo que fuera. En cualquier estado y a cualquier precio.

Afirmo por lo tanto que la economía de libre mercado (según la puta Constitución Europea recaba, base de la Unión Europea) tiene profundos errores. Si el sistema económico liberal fuera un programa informático, diríamos que tiene un ciento de bugs y de backdoors mediante los cuales un usuario malintencionado puede modificar las condiciones en las que se ejecuta el programa para su conveniencia.

Eso es lo que tenemos hoy día.

Las casas cuesta construirlas lo mismo que hace diez años (haciendo cálculo en moneda constante). Sin embargo, su precio se ha disparado. ¿Porqué? Por el precio del suelo, dicen.

¿Y porqué el suelo cuesta más? ¿Acaso se ha encontrado oro o petroleo debajo de él? ¿Qué ha cambiado?

La respuesta de los especuladores y sus acólitos es que falta suelo. La intención es clara: que los Ayuntamientos sigan liberando suelo, con la excusa de que así bajan los precios. Pero paradojas del libre mercado: se construyen más casas, los precios suben, y se venden.

Eso es la panacea. Vender más cantidad y más caro.

Negocio redondo.

No sólo sobra suelo urbanizable (el mismo para la misma población, posibles incrementos de población se ven de sobra compensados por el incremento de alturas y por lo tanto el mayor aprovechamiento por m2), sino que sobran pisos. Se calcula que en Madriz hay del orden de los 300.000 deshabitados.

Así pues, creo necesaria una intervención del Estado para corregir este estado de cosas, que está arruinando la vida de muchas familias. Existe un desequilibrio que debe ser corregido. Pero claro, eso sería tanto como arruinar a un buen puñado de gente, y entre ellos, algunas de las empresas más poderosas de España, que tienen fuertes inversiones en ladrillo (Acciona...).

Zarco, ¿tú crees que tu partido tiene la suficiente independencia (entre otras cosas, económica) para subvertir este orden de cosas?

Imagínate, el piso que hace diez años costaba 20 kilos, y que ahora cuesta 80...que pasara a costar 30. Es decir, sólo se hubiera encarecido la inflación. ¿Te imaginas? No tener que hipotecarte de por vida, poder ahorrar, dedicar ese dinero a abrir tu propio negocio, a viajar, a tener algunos ahorros por si vienen mal dadas... ¿sería una gran cosa, verdad?

¿No crees que a la ejecutiva de IU (personas al fin y al cabo) le temblaría la mano si algún día estuviera en su poder devolver las cosas a la normalidad? Sea con amenazas (incluso de muerte), sea con sobornos...no habría nadie con el coraje de hacerle tamaño favor a la sociedad.

Hay intereses demasiado poderosos en juego.

Si el poder de las discográficas y de las sociedades de gestión de los derechos de autor ya ha conseguido torcer el sentido de voto de IU, contraviniendo el contrato programático que tenía con los ciudadanos...qué no serían capaces de hacer si en vez de a los autores y a las discográficas tuvieran delante a las CONSTRUCTORAS.

No Zarco, no creo que esté dentro de las posibilidades de IU cambiar en lo sustancial la burbuja inmobiliaria. Lo digo con tristeza, y seguiré votando a IU. Estoy seguro que lo harían mejor que otros pero...en lo esencial, no son diferentes al resto de partidos. Defienden el mismo sistema de privilegios.

Y sí, quizá hecho de menos un Julio Anguita en la organización. Una persona con una fuerte preparación ideológica, que le permitía hacer análisis certeros de la realidad. Quizá la potencia del marxismo no sea tanto para cambiar la realidad, como para explicarla. Un análisis lúcido es premisa para adoptar soluciones adecuadas. El marxismo es una herramienta de análisis, luego las soluciones hemos de ponerlas nosotros.

Por ejemplo, otro hombre a quien admiro es al bastardo de Ratzinger. Es una persona con una gran formación, que analiza de forma muy rigurosa la realidad según la doctrina de la Iglesia Católica. Luego podrás estar de acuerdo con él o no, pero no cabe duda de la coherencia de sus tesis con los postulados de su organización. Eso da una gran seguridad a su pensamiento.

Eso echo en falta entre la ejecutiva de IU, unas bases ideológicas sólidas que les permitan interpretar la realidad.

Eso mismo es de lo que adolecen en absoluto la gente del PSOE, toda vez que en Suresnes dieron por enterrado el marxismo. Desde entonces andan poniéndole paños calientes al liberalismo, poniéndolo en remojo para así resultar más tragable para el pueblo, untándolo de vaselina para que no nos acabe de romper el esfínter.

Unos u otros, estoy harto de progres bienintencionados (en el mejor de los casos) sin una preparación política seria, demasiados atentos a lo políticamente correcto y con ninguna conciencia de que otro mundo debe ser posible.

3 de abril de 2006

A Cidade da Cultura

brevedad.

(Del lat. brevĭtas, -ātis).

1. f. Corta extensión o duración de una cosa, acción o suceso.


A ver si por una vez, lo cumplo.

Colin Powell presenta ante las Naciones Unidades fotos de la Cidade da Cultura de Santiago (sableado de va-ca.org):


En Santiago hace años que se está construyendo la Ciudad de la Cultura. Una inversión de una burrada de millones, con edificios de estilo rompedor del arquitecto Peter Eisenman, con dos objetivos:

1.- Que el político ignorante de turno vea asociado su nombre al término cultura. A ver si por ósmosis, se le pega algo. Ciudad de la cultura...lo cierto es que suena bien. (lo malo es que la ciudad de la cultura ya existe: es Santiago).

2.- Tener contentos a sus amigos constructores, dándoles una obra faraónica donde llenar sus bolsillos (y los de los demás). Como dije por ahí...en este país gobiernan las constructoras. (reitero el dato que España gasta tanto cemento como el resto de la UE junta).

Como todos los gallegos sabemos, ahora el gobierno gallego le ha dado por preguntarse...Cidade da Cultura...¿y qué coño es eso? ¿para qué carallo sirve? Y ha ordenado paralizar las obras (dos de los tres edificios) hasta que se sepa qué hacer con ese complejo.

Es decir...que se pusieron a construir algo antes de saber, no sólo si se necesitaba, sino sin ni tan siquiera haber pensado de qué carallo iba a servir. Evidentemente, aquí la cultura sólo forma parte del nombre, está claro que los objetivos, cualesquieran que fuesen, eran otros.

Una burrada de millones gastados en un edificio que va a estar vacío la mayor parte del año. A veces me parece que los políticos se llegan a creer que las obras las pagan ellos de su bolsillo. Por lo orgullosos que se les ve cortando cintas (otro ejemplo de millones tirados a la basura: el multiusos de San Lázaro).

Me recuerdan a eso de que "Franco construyó muchos embalses". Como si el dictador hubiera cargado con alguna piedra, como si hubiera diseñado algún plano, como si tuviera putísima idea de la necesidad de construir presas.

Los políticos gastan NUESTRO dinero en hacer obras para SU gloria.

Ciudad de la cultura...os collón de María Pita.

Y luego, tenemos que estar en la Escuela Oficial de Idiomas masificados. Tienen que sortear las plazas porque no hay para todos. Y si una clase tiene algún sitio vacío, el bastardo del inspector de turno pone el grito en el cielo porque: "NO HAY DINERO. NO ESTAMOS PARA DERROCHAR". Y de fondos para una biblioteca escuálida, y sin bibliotecario...mejor ni hablar. ¡Esos son lujos persas!

¿Para pagar un profesor más no hay dinero y para construir un engendro sin sentido sí? ¿Sobra el dinero para veleidades arquitectónicas y falta para lo esencial?

Me acaba de contar mi madre un chiste que me ha recordado todo este asunto:

Un político va un pueblo, prometiendo el oro y el moro:
-...y os construiremos una biblioteca, y un nuevo ayuntamiento, y un puente...
- pero mire usted que en este pueblo no tenemos río
- eso no es problema, también os traeremos uno.

:p

El servilismo de Izquierda Unida


La noticia ya ha sido comentada por otros más autorizados, así que seré breve.

Resulta que los de IU de un pueblecito de Salamanca, no tienen mejor cosa que hacer que denunciar a un empleado del ayuntamiento, porque en el trabajo tiene instalado un eMule.

Y los chavalines, que oyen campanas pero no saben por dónde, afirman que es un programa ilegal y perseguido penalmente. Digo yo que antes de escribir sandeces, podían informarse antes.

Para el que aún no lo sepa, o no se quiera enterar:
El eMule es un programa legal, descargarse canciones, películas, libros...mediante programas p2p (la mulita, Bit Torrent, etc) es absolutamente legal por el momento (y digo por el momento, porque los putos políticos andan tramando una reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual). Siempre habrá un periodista que como los palurdos esos se empeñe en llamarnos "piratas" y que bajarse pelis es un delito. Pos no. Léase la ley, mientras no exista lucro no hay delito. Tampoco en este caso hay perjuicio de tercero, pues la inmensa mayoría de cosas que nos bajamos, no las compraríamos en original (muchos, porque no tienen dinero para ello; y otros muchos, aunque lo tuviéramos, no lo compraríamos por principio: no voy a dar un duro a los que me insultan y criminalizan). No vuelvo a comprar un CD original en mi puta vida.

Pero al margen de la legalidad. El acusar a un ciudadano a una empresa de gestión de derechos de autor, que mueve cifras astronómicas con métodos que como comenté en otro sitio, son calificadas por muchos de chantajistas y mafiosas.

El conchabeo de Izquierda Unida con la $GAE ya viene de lejos, con la intervención de la Diputada Isaura Navarro para endurecer aún más la Ley de Propiedad Intelectual.

Esta ley de Propiedad Intelectual que está por venir, parece que acabará por subir aún más el canon de los CDS y DVDs vírgenes, así como ampliar su imposición a los discos duros, ordenadores portátiles, grabadoras de CDs y DVDs, lectores de mp3...

Y todo ello con el voto favorable de todos los grupos parlamentarios. Todos.

Y no es que a mi me resulte especialmente preocupante. Para el que no lo sepa el canon no es un impuesto estatal, es una "cosa rara" nacida de una sentencia, que cobran los DISTRIBUIDORES españoles y que luego ceden a la $GAE.

Los minoristas lo único que hacen es trasladar ese canon al precio final del CD o DVD para que lo paguemos de nuestro bolsillo. Pero la trampa es fácil: con que el minorista no compre a distribuidores españoles (cosa evidentemente legal), basta para que eluda el canon y pueda ofrecernos los CDs y DVDs a mitad de precio.

Así, el problema es tan fácil como buscar pequeñas tiendas de informática, librerías, papelerías...etc para comprar CDs a precio normal, sin pagar el "impuesto revolucionario" a la $GAE.

La otra forma también es sencilla: comprar directamente al extranjero (vía internet, p.ej).

Si el canon acaban por aplicarlo a los reproductores de mp3...etc, pues será cosa de buscarse la vida y comprarlos fuera.

Al final, sólo los pringaillos acaban pagando la inocentada, subvencionando a la $GAE al comprar sus DVDs vírgenes en El Corte Inglés o Carrefour al doble de precio por el mismo producto.

Por lo tanto, no es que el endurecimiento del canon me afecte directamente, pues no pienso pagar más caro para que un niñato se empolve la nariz a mi costa. Pero sí que me da lástima por las distribuidoras españolas, que las va a colocar en una posición competitiva evidentemente desfavorable ante un mercado globalizado. La última empresa manufactoradora de CDs vírgenes ya echó el cierre hace unos meses para satisfacer las ansias recaudatorias de la $GAE (y hermanas).

Es increíble el servilismo de los políticos, que condenan al estancamiento a medio sector tecnológico español, obligando a los detallistas a comprar directamente en el extranjero, y todo para contentar al mundo de la farándula.

Incluso el comprometido y payasete Bono (el de U2, no os equivoqueis :p ) se une al carro del capitalismo cuando se amenaza su lucrado bolsillo. ¡Les parecen pocos 50 años de Derechos de autor! Eso si que es desprendimiento, 50 años cobrando por una canción, y quiere cobrar otros 50 más.

Lo peor, es que quienes más abren la bocaza, es quien más debiera cerrarla. En la cultura, nadie crea nada, todo es transformación, reelaboración más o menos original de la cultura que el individuo ha ido recibiendo en su vida.

La sociedad les podemos permitir que durante un tiempo limitado se lucren de su idea...para luego devolverla a la sociedad y que puede seguir dando sus frutos en forma de nuevas creaciones-reelaboraciones.

El futuro pienso que debiera pasar por la limitación de los Derechos de Autor, así como del copyright y de las patentes. Siempre son muy interesantes los artículos de Jorge Cortell y del Movimiento por la Devolución.

Haría bien la izquierda en interesarse en estos temas que pueden señalar un empujón para la libre circulación de la información, de la cultura. Para la investigación sería un alivio el librarse de tanta burocratización, y así se podría investigar sin tener un abogado al lado. Por un pelo nos libramos de las Patentes de Software en Europa (los traidores de la derecha nos vendían al monstruo gringo). Ahora sería cuestión de poner coto al resto de forma de propiedad intelectual, para que la justa compensación al autor no impide el superior interés de una sociedad por desarrollarse.

El interés de Bisbal de comprarse un chaletazo es legítimo. Pero el de la sociedad por poder tener acceso libre a la cultura es, sin duda, superior.

El acceso libre y universal a la cultura es un principio de la izquierda desde que ésta existe.

Izquieda Unida prefiere ignorar todo esto, en su giro derechista para ocupar el espacio socialdemócrata que abandona el PSOE para unirse a las filas del liberalismo (Tercera Vía, que le llaman).

Ellos defienden a la $GAE castigando mi bolsillo con el puto canon. Priorizan la exacción de los más para el lucro de los menos. Pues bien, en las próximas elecciones, que les voten los de la $GAE, porque este menda defiende, también muy legítimamente, su interés.

La mulita, ofreciendo a la sociedad un universo de creaciones a coste asumible (el de la conexión y el de los CDs vírgenes), a modo de gran biblioteca de Alejandría confeccionada entre todos...ha hecho más por el libre acceso de todas las capas sociales al arte y la cultura, ese ideal de la izquierda revolucionaria simbolizado en la rosa del conocimiento...que todos los políticos mercachifles y traidores juntos.

El miedo que las discográficas le tienen a la mulita no es porque les dejemos de comprar CDs, es porque pierden el control de dictarnos lo que tenemos que escuchar (qué remedio, cómo escuchar algo que no existe en los anaqueles de las tiendas de discos).

La sucia industria discográfica (por no mencionar la editorial, o la estúpida propaganda imperialista de Hollywood) han ultrajado el arte con su simonía en los últimos 50 años. Este sistema de mercachifles no sólo no ha promovido el arte y la cultura, sino que lo ha degradado a producto de consumo rápido.

Yo, por mi parte, pienso seguir descargándome con mi mulita películas de cine mudo, música del otro lado del mundo...o de mi vecino de abajo, libros de autores de los que no queda más que el polvo de sus huesos....

No quiero su repugnante cultura pop ni aunque me pagasen por cada CD que escuchase. Que no digan que les robo esos bastardos, porque es falso. No quiero nada de ellos. Me da asco lo que escriben, lo que tocan, lo que filman.

Y va a comprar cosas con canon su putiiiiiiiiisima madre.

:p


Edito:
Por si a alguien le interesa comprar bobinas de 25 DVDs sin canon, por menos de 10€ (comprad para todo el año, para amortizar los portes):
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Soporte óptico.com
Tinta y discos.com

CDs y DVDs recién venidos de Taiwan, China, Corea. Sin ningún intermediario. ;)

Bendito canon por copia privada, cuanto más lo suben, más barato consigo los DVDs!

Nota: Una bobina de 25 DVDs, en El Corte Inglés, la venden por 43€.
Y en el Carrefour, por 10€, no te compras ni 5 DVDs...

Ya que la $GAE y el Gobierno se han empeñado en joder la industria y la distribución españolas, no vamos a dejarles con las ganas.

Ojalá que salga el canon de los mp3, que tengo ganas de pillarme uno recién traído de Japón a mitad de precio... ;)

Referendos en Europa

Hablo mucho y no digo nada. Por esta vez me callaré y sugiero a mi exigua parroquia la lectura de este texto del sociólogo James Petras, una de las grandes personalidades de la izquierda anticapitalista.

En él se analiza el NO francés y holandés a la Constitución Europea neoliberal que Blair confeccionó a medida de las multinacionales, con ayuda de Berlusconi o el innombrable bigotudo.

La diferencia con el solar hispánico es que hubo división en las propias filas del PS francés a la hora de pedir el voto. Aquí en España, el partido traidor a la clase obrera, que se llama sin vergüenza socialista, pidió el voto como si fuese una cuestión de doctrina, como si votáramos sobre la integridad del himen de María de Magdala.

Esperemos que de una vez por todas el PSOE se quite su careta y pase a llamarse partido liberal. Pues liberal es su política en lo económico y en lo social.
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Articulo de James Petras sobre el no a la constitución europea.

Una vez más, los trabajadores franceses han demostrado que el poder organizado de clase puede derrotar hasta a las mejor organizadas maquinarias de riqueza y propaganda
Mayo: el pueblo francés se rebela, repudia la propuesta de Constitución de la Unión Europea, y con ella, toda una panoplia de decretos neoliberales y legislación pasada, presente y futura que da marcha atrás a 60 años de avance social.

Junio: casi dos terceras partes de los holandeses acuden a las urnas y casi el mismo porcentaje dice no a la propuesta de Constitución.

En los días anteriores a los referendos (e inmediatamente después), expertos, políticos y periodistas inventaron toda una serie de calumnias para desacreditar el no, entre las cuales citaron la xenofobia de extrema derecha, el miedo a que nuevos países entren en la UE, la "rapidez del cambio" y, según Tony Blair, las "dificultades de lidiar con la globalización y la nueva tecnología".

Lo que estos comentaristas no logran analizar (o se cuidan bien de mencionar) son los profundos cambios estructurales que han perjudicado a la vasta mayoría de trabajadores, agricultores, profesionales asalariados y pensionados europeos, sin respetar fronteras geográficas y políticas, edades o nacionalidades.

El voto por el no fue un rechazo a las privatizaciones, la subcontratación de trabajo en el extranjero, las reubicaciones de fábricas y la legislación social regresiva que se han implantado en consonancia con lo que se denomina "integración", "competitividad" y "engrandecimiento" de la UE. El negativo pasado y la promesa de un futuro aún peor pesaron con fuerza en la decisión de los electores.

El no en Francia y Holanda fue una afirmación y defensa de su sector público de servicio social, su legislación laboral, su protección de salarios y empleos, que se ven amenazados por la nueva concentración de poder en Bruselas.

La Constitución creaba el mecanismo institucional para arrancar las decisiones socioeconómicas cruciales de manos de las legislaturas y autoridades locales, las cuales están sujetas a presiones populares (huelgas generales, protestas en masa), y llevarlas a Bruselas, donde el bloque reaccionario de los países de nuevo ingreso a la UE, aliado con la derecha de Europa occidental, tendría la última palabra sobre políticas.

La Constitución, como aseguran sus defensores, no hacía explícita la agenda de "libre mercado" de la derecha, pero industriales, grandes inversionistas, banqueros y economistas liberales daban por sentado que el cambio institucional consistía en crear condiciones óptimas para una nueva y más profunda ola de medidas de liberalización.

Ernest-Antoine Seilliere, presidente de la Federación Francesa de Empleados (Medef, por su nombre en francés), señaló que la derrota de la Constitución haría más difícil la realización de la "agenda de Lisboa" de la UE (Financial Times, 31/5/05, pág. 2). Dicha agenda promueve la privatización de servicios sociales, y concede mayores facultades a los empleadores para cambiar unilateralmente las condiciones de trabajo, rebajar salarios y contratar y despedir trabajadores.

En toda Europa occidental la clase capitalista y sus economistas domesticados tronaron contra el no porque fue un golpe a su poder, a sus prerrogativas y sus planes de incrementar la explotación de los asalariados y acabar con las regulaciones sociales, y porque fue un estímulo potencial para la acción de los trabajadores.

Jurgen Thumann, presidente de la Federación de la Industria Alemana, al rechazar el resultado del referendo francés sin aludir a la decadencia social que lo motivó, aconsejó a los políticos "dar pasos rápidos y convincentes" para instaurar la agenda privatizadora. "Terminar de integrar un solo mercado, en beneficio de todos los ciudadanos europeos (sic), debe seguir siendo prioritario. Esto se refiere sobre todo a abrir el mercado de los servicios (íbid., pág. 4)."

Otros líderes empresariales germanos se mostraron menos optimistas sobre los prospectos de su clase después de la derrota en el referendo: "Las decisiones, por ejemplo, relativas al financiamiento a largo plazo del presupuesto de la UE, y en particular al dominio de la liberalización y el empleo, deben volverse aún más difíciles" (cursivas mías).

La victoria de los trabajadores, agricultores, profesionales asalariados y pequeños empresarios franceses ha demostrado que existe una mayoría capaz de derrotar a los grandes consorcios, los medios masivos, los líderes políticos y los partidos conservadores y socialdemócratas. La afirmación del poder popular es un gran levantón moral y de seguro encenderá mayor activismo y mayor rechazo a la Constitución en los sectores perjudicados por las políticas neoliberales.

Es un hecho que la política de clase está en el centro de la confrontación política sobre el referendo. El analista francés Olivier Duhamel destaca que, después de 20 años de privatizaciones, reubicaciones hacia nuevos sitios de mano de obra barata en estados clientes de Europa oriental y recortes en el gasto social, "la tercera parte de los franceses están afectados por el desempleo, ya sea porque están desempleados o porque tienen miedo de estarlo, o porque sus esposos, esposas, hijos o hijas lo están" (íd.).

Asimismo, el carácter clasista del no, por lo menos en Francia, queda de manifiesto en que la campaña de rechazo fue encabezada por las principales organizaciones sindicales (la CGT izquierdista y la Fuerza Obrera, de centroizquierda); por la gran mayoría de los activistas del Partido Social y por los dos principales partidos trotskistas (que cuentan con 10 por ciento del voto electoral). El Frente Nacional, de extrema derecha, fue factor, pero sólo en la medida en que apeló al mismo descontento de la izquierda.

Como ocurre normalmente cuando los burgueses pierden una elección democrática en un asunto de clase revestido de importancia estratégica, de inmediato se movilizan para circunvalar el resultado, con una variedad de mecanismos. Algunos comisionados europeos sugieren una serie de "revisiones de minitratados", que centralizarían la toma de decisiones sin que sea necesario un referendo. Javier Solana, representante de política exterior de la Unión, advirtió que seguirían adelante los planes de instaurar un nuevo servicio diplomático, pese a que éste era una de las principales disposiciones de la constitución rechazada por los votantes franceses y holandeses.

Otros defensores del neoliberalismo proponen que los países "pro reformistas" impulsen el cambio sin Francia y Holanda. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ferviente partidario del libre mercado, se comprometió a implantar la agenda neoliberal citando como fundamento la aprobación del Consejo Europeo (que representa a los gobiernos), lo cual equivale a repudiar el masivo voto popular en Francia y Holanda.

Atemorizados por la victoria del pueblo francés, la mayoría de los líderes políticos de la UE dan pasos para acabar con los referendos. Guiada por la filosofía de "si no puedes ganar las elecciones, suprímelas", la estrategia pretende que todas las decisiones se tomen en el parlamento.

Por último, ahora que Tony Blair volverá a la presidencia de la Unión, en julio próximo, ha anunciado una guerra total contra "la Europa social". Sin tomar en cuenta las preocupaciones de los trabajadores asalariados y jornaleros franceses, alemanes, españoles, belgas y luxemburgueses, quiere liberalizar y privatizar servicios (70 por ciento de la economía europea), apoyar los planes de la Comisión Europea de acabar con la ayuda gubernamental a empresas en dificultades (garantías) e impulsar una agenda de libre comercio. En una palabra, se dispone a arrasar con el sistema de atención universal a la salud de alta calidad, como hizo en Gran Bretaña. Elevaría de manera sustancial los costos de la educación superior y promovería la privatización de ferrocarriles, para convertirlos en el mismo sistema inseguro, caro y deteriorado que ha producido en Inglaterra.

Estos esfuerzos de desdeñar el no y proseguir con la agenda neoliberal encontrarán resistencia a partir del ejemplo francés y por la presión masiva sobre el gobierno de Francia para que se oponga a la liberalización. Es muy probable que la clase trabajadora europea bloquee la estrategia derechista de "engrandecimiento", orientada a incorporar estados clientes de libre mercado, dominados por la derecha. Las razones son claras: Europa oriental, Ucrania y los Balcanes son enormes reservas de mano de obra barata y no sindicalizada (o con sindicatos controlados por el "Estado").

El "engrandecimiento" de la Unión Europea significa engrandecimiento por y para la clase capitalista como mecanismo orientado a reubicar fábricas y valerse de amenazas para reducir salarios, vacaciones y prestaciones sociales, y forzar a los trabajadores de Europa occidental a competir con los de la oriental. Además, la "integración" significa importación y contratación en gran escala de trabajadores y profesionales calificados de bajos salarios y no sindicalizados para minar los centros de trabajo sindicalizados y reducir salarios y prestaciones sociales. La lucha no es sobre la "integración" o el "engrandecimiento" por sí mismos, sino sobre el designio capitalista de cada uno, dirigido a aplastar el poder sindical, incrementar el desempleo y reducir los niveles de vida.

Los trabajadores y agricultores de Europa occidental dotados de conciencia de clase y sus sindicatos tienen pocos interlocutores dentro de la clase trabajadora de Europa oriental, donde los sindicatos son prácticamente cautivos de sus patrones neoliberales y sus elites políticas. Sin contrapartes para proponer una agenda común conjunta o interregional, el movimiento de los trabajadores debe basarse en fortalecer su poder y posición dentro del Estado nación, mientras permanece abierto y alerta a cualquier oportunidad en el este.

Conclusión

Las victorias de las clases trabajadoras y asalariadas en los referendos de Francia y Holanda abren nuevas posibilidades para contener y revertir la escalada de libre mercado de los decenios pasados. Estimula e impulsa con claridad a los trabajadores de toda la Unión Europea a imitar el ejemplo, y en ese sentido tiene implicaciones internacionalistas.

Sin embargo, si no hay movilizaciones sostenidas, la clase capitalista europea tratará de meter pasajes claves de la constitución por la puerta trasera, valiéndose de decretos elitistas y de la adopción gradual de medidas.

Una vez más, los trabajadores franceses han demostrado que el poder organizado de clase puede derrotar hasta a las mejor organizadas maquinarias de riqueza y propaganda. A diferencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, los trabajadores franceses no están sujetos a partidos reaccionarios (como los demócratas y laboristas): son movimientos sociales libres e independientes, en los cuales el debate abierto y la competencia entre tendencias revolucionarias y reformistas educan a sus miembros sobre los temas importantes del día, y en los que el descontento privado se vincula al debate público y el sufrimiento individual se liga con la acción colectiva.

2 de abril de 2006

El carnaval de los políticos


Leo en la prensa gallega que el Estado va a reembolsar a los partidos políticos gallegos 3 millones de ouros en concepto de gastos de la última campaña electoral (las autonómicas). Es decir, una cantidad añadida al montante que el Estado les da regularmente a los partidos políticos para que sigan encarnando la libertad y la democracia.

Es decir, que les pagamos a estos desgraciados 500 millones de pesetas para que nos mientan, nos traten de imbéciles en sus mítines, nos conduzcan como borregos al colegio electoral para legitimar su inmoralidad.

Pero lo peor es que esos 3 millones de ouros no les bastan, porque resulta que ellos se han gastado 7! Es decir, que el resto lo adeudan. Y no dudeis de qué bolsillos saldran esos otros 4 millones de ouros. De los suyos no, que no producen. Efectivamente: de los nuestros. Si pagan: de los nuestros. Y si los bancos se lo perdonan (o mejoran las condiciones), a cambio de ventajas inconfesables...¿de dónde lo van a volver a recuperar los bancos? Obviamente: de nuestros bolsillos.

Haciendo cuentas a lo bruto, se han gastado casi tres ouros por presunto votante, unas quinientas pelas, en convencernos de perder una mañana de Domingo en hacerles el favor de depositar su logo en una urna. La verdad, a mi me convencerían antes si me dicen: mira, te doy estas quinientas pesetas si me votas. ¡Hecho! Con 3 euretes aún se pueden tomar unas cervecitas en algún local de los que NO está de moda, ni nunca lo estará (no lo quiera Dios).

Pero en vez de dárnoslo en mano...¿en qué se han gastado estos desgraciados ese dinero? Contando que la publicidad en la televisión y radio públicas les sale gratis...

1.-en el maldito buzoneo masivo, con trípticos que casi nadie lee resumen de un programa que no se lo conocen ni aquellos cuyo nombre figura debajo del logo en el bendito papelito. ¡Cuantos árboles tumbados para imprimir tanta chorrada! Un compendio de generalidades que a nada obligan y que nadie se acordará al final de la legislatura de hacer cómputo del grado de cumplimiento. Los programas electorales están llenos de afirmaciones como: "Hay que mejorar la sanidad y reducir las listas de espera". ¡Como no estar de acuerdo con ello! Lees un programa electoral, y estás de acuerdo. Lees el del partido que se sienta enfrente en la cámara y...también estás de acuerdo! Y el otro...coño! Si también está muy bien lo que dice! Claro: Porque se escriben para que todo el mundo esté de acuerdo. Si bajasen a explicar los "cómos" y a los "porqués", tendrían que tomar parte en conflictos de intereses, creándose enemigos y no es así como se ganan las elecciones.

2.-en enmarranar las calles con sus repugnantes rostros. Ya hay que ser imbécil para creer que la cara de uno de estos mendrugos puede ser un argumento de voto. ¡Se creeran guapos y todo los muy mentecatos! Es increíble con qué cara dura abominan de los rapaces que hacen pintadas en los muros (algunos resultan francamente mejorados), mandando a los perros-pitufo en su persecución y tachándolos de vándalos (sin tener ni puta idea de quiénes eran ese pueblo germánico, si algo caracteriza a los políticos es su absoluta carencia de cultura). Sin embargo, ellos mandan empapelar las calles con sus rostros, repetidos hasta la hartura como si fuera un aberrante caleidoscopio. Carteles que luego tardan en ser eliminados semanas, meses...torturando con su sonrisa de vendedor de neveras nuestra sensibilidad y amargándonos el paseo por las calles. Sólo una alegría: cuando te encuentras un cartel con el perdedor de las elecciones (aunque al final, nadie pierde, cada uno gana en su universo para-real). Su mueca de media sonrisa es entonces la definición de lo que es quedársele a uno cara de gilipollas.

Por favor, señores políticos...dejen tranquilos a los críos con sus sprays y sus tackers. Los que verdaderamente estropean la belleza de la ciudad son ustedes. Alcaldes, concejales...métanse por el orto sus esculturas post-modernas de gusto deplorable, sus armatostes publicitarios en medio de la acera, y sobre todo y ante todo, sus carteles electorales. ¡La ciudad era bonita hasta que ustedes llegaron!

3.- En bocadillos rancios para los jubilados y pringadillos que van a los mítines a rellenar asientos. Un meeting en que uno habla y mil escuchan no es un encuentro, es una liturgia, una soflama, una arenga. ¿Quienes van a la Iglesia? ¡Pues los fieles! ¿Y para qué se enardece a unos fieles que son precisamente los más convencidos? Si total, esos gilipollas seguro que te van a votar. Digas lo que digas, hagas lo que hagas, seguro que arrancas aplausos. En sus discursos, ninguna idea razonada, nada que pueda ser rebatido desde la razón. Sólo una enorme sarta de vaguedades, de palabras-fuerza, de afirmaciones sin su correspondiente demostración. Verdadera basura intelectual.

Y la chusma aplaude. Palabras bonitas, altisonantes, grandilocuentes. El mamarracho ha gesticulado mucho, no ha dicho nada, pero ha sonado muy bien. Es un gran homber de estado. ¡Aplaudamos a nuestro leader!

Beeeee.

Auditorios así de receptivos querrían muchos sacerdotes desde sus púlpitos. También es verdad que en misa no se reparten bocadillos, sino ostias. Deberían los curas repartir banderitas a la entrada de la iglesia, y permitir un cierto alborozo. Cuando dijera: "Palabra de Dios", que sonase una música triunfal, y se levantasen toda la grey agitando las banderitas blancas y amarillas mientras el altar mayor se llenaba de confetti y globos.

Es lo que le pasa a la Iglesia, que no sabe vender. Les dijeron un día que para ganar adeptos había que besuquear niños...y se pasaron tres pueblos.

La parafernalia lo es todo. La de la Iglesia desde luego es cuidada, pero ya está muy manida y, además, es muy poco participativa. La de los partidos, imitando cada vez de forma más grosera las estupideces del hermano gringo, tampoco se ve que acabe de cuajar. Al menos hemos de reconocer que en eso de organizar meetings, con decorado efectista y coreografía triunfal, nadie ha superado a Adolfito...



4.- En camionetas-anuncio, con un cartel tamaño familiar en que el color de cada partido aparezca como preponderante (esto es básico en las campañas de marketing, como Amena con el verde, movistar con "somos azules" y el rojo de Airtel...perdón Vodafone). También es muy importante la musiquilla que suena por los altavoces. El himno del PP es tan inseparable como Nino Bravo al puto Papa Noël verde ese que todos hemos deseado en algún momento destripar con los cubiertos para pescado.

Su suprema soberbia les lleva no sólo a considerar su cara motivo de orgullo y emblema electoral. Sino a violar la intimidad de nuestros domicilios, traspasando los cristales de nuestras ventanas (sin tan siquiera orden judicial), obligándonos a escuchar su mensaje por las malas...o por las peores. Se creen que lo que tienen que decir es tan importante que hemos de oirlo a la fuerza, aunque no queramos. Y ese mensaje tan urgente no es ni más ni menos que una orden: "¡Vota a Zutanito!" "Para que todo mejore, para que cambien las cosas, para que deje de caérsete el pelo y su lavadora no se le rompa...¡Vote a Zutanito! Por Galicia, por España, por Tutatis...¡Vota a Zutanito!". Entran en mi casa, avasallando mi sosiego y mi paz, tuteándome y encima, dándome órdenes!

Mal rayo me parta, si antes de terminar esta carta, no le cae una maceta al megáfono rodande ése...

Lo que no explica la cinta del radiocasette transformado en aparato de tortura psicológica es cómo van a hacer para detener mi alopecia o para que la cal no se incruste en mi lavadora -¿a que a todos se os ha venido la misma marca bisílaba aguda a la cabeza? estamos bien enseñados por la tele, nuestra verdadera ama de cría ;)-

Los políticos hablan desde el púlpito. El pueblo calla, escucha y, cuando le toca, aplaude.

Ese no es el orden de las cosas. Si tuvieran algo de inteligencia esos miserables...callaban. Y escuchaban. Y volvían a callar. Y así estaban callados, sin abrir los labios durante años, décadas, siglos si fuera necesario. Y andando. Y oyendo. Y callando. Y así, al final de su vida, podrían decir aunque sea un par de frases dignas de ser tenidas en cuenta.

La política es una ciencia. Los políticos saben de política lo que un triunfito de música. Gastan enormes sumas en su grotesco carnaval, en vez de hilar un discurso lógico, coherente, de exponerlo en un foro abierto a la ciudadanía, de someterlo a la prueba de la crítica y la réplica; para poder ir a votar con un mínimo conocimiento de causa, y no como borregos, como malditos paletos, como analfabetos que firman un cheque en blanco para cuatro años.

Ah! Por cierto, también parte de ese dinero tendrá que ir para pagar la gasolina y las molestias de aquellos que llevan a los viejecitos a votar, sobre cerrado en mano. Los abueletes se les hace sentir, al menos por ese día, importantes. Ellos van tan felices, porque ese Domingo les hacen caso, les sacan de paseo, les van a buscar a la casucha, al asilo...

A los viejos les gusta sentirse importantes, sentirse necesarios.

Bendita sea esta democracia, SU democracia; al menos tiene algo bueno: ¡cada año y pico toca excursión en el asilo!

¿Razones? ¡Quién atiende a razones!

A carrexar, a carrexar...
hasta afundirmos no mar...