21 de diciembre de 2008

Cormorán

El otro día estuvimos sacándoles fotos a unos cormoranes, aquí en la ría. No salió gran cosa, por eso no las subo, prefiero enlazar la foto subsiguiente, pero me hizo acordarme de una anécdota.



En regiones costeras de China y Japón, los pescadores usan cormoranes en una técnica de pesca milenaria (parece que todo lo que tenga que ver con esa gente ha de ser, a la fuerza, milenario).

El ardid es simple: atan una cuerda al cuello del cormorán, lo suficientemente apretada para que no pueda engullir el pez que haya pescado, pero no tanto como para estrangularlo. De tal forma, así ensogados, el pescador los hace saltar de la barca y ponerse a bucear para atrapar unos peces que nunca podrán llegar a comer, pues son para el pescador que les espera arriba.

El pájaro recibirá, como recompensa por el trabajo efectuado, una mínima porción de lo pescado, además de los peces más pequeños que pueda hacer pasar por la garganta anudada. Lo justo para asegurar su subsistencia y poder seguir disfrutando de sus servicios.


La asociación de ideas es evidente: pescador...cormoranes...¡igual que un empresario con sus obreros!

No debo ser muy original al percatarme de la semejanza; el término japonés para la pesca con cormoranes, ukai (鵜飼), también se usa para referirse a la explotación de los trabajadores.


En la naturaleza, existen relaciones simbióticas, en la que dos formas de vida se relacionan para provecho mutuo. Un ejemplo de simbiosis casi perfecta es el liquen, formado por la asociación interdependiente de un alga y un hongo. El alga puede realizar la fotosíntesis y por lo tanto fabricar azúcares a partir de los nutrientes, mientras que el hongo aporta una estructura que retenga la humedad que necesita el alga para vivir.

Sin embargo, el hombre usa a los cormoranes en una relación parasitaria, en la cual una de las especies obtiene beneficio de la otra, comprometiendo la supervivencia de ésta. No como el alga y el hongo, sino más bien como la sanguijuela en la vaca. Los cormoranes son muy capaces de pescar sin necesidad de que el pescador les ponga la soga al cuello. Es una relación desigual, de la cual el pescador obtiene peces, y el cormorán sólo hambre y trabajo (y algún despojo para mantenerlo con vida).


Interesante artículo el de la Wikipedia sobre el parasitismo:

Parasitismo es una interacción biológica entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, por usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos que viven dentro del organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado parasitoide. Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.

El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales...



Este tipo de relación parásita presenta una particularidad cuando se aplica a las relaciones sociales. El pescador depende para su subsistencia de los cormoranes, es gracias a ellos que puede comer. Los cormoranes no necesitan del pescador para nada, sin él comerían mejor con menos esfuerzo. Sin embargo, paradógicamente, es el organismo en principio más débil, dependiente del trabajo de otros, el que aparece como superior jerárquico y dispone en sus manos de la vida de aquellos que, a la postre, son los que le dan de comer.

Si al fin y al cabo, es desde siempre la misma lucha. El noble no es necesario, el terrateniente sólo es una carga, el empresario no aporta valor al producto y su codicia y despilfarro sólo son una rémora para el desarrollo de una empresa.

La tierra, para el que la trabaja. Para los que la trabajan. El camino es desarrollar relaciones simbióticas entre nosotros, en vez de cargar con parásitos (¿saprofíticos?).


Por cierto, las sanguijuelas tienen, en su saliva, un anestésico y un anticoagulante, para así poderle chupar la sangre a su víctima sin que ésta (mucho más fuerte) muestre oposición. ¿Qué hace de saliva de sanguijuela, en nuestro mundo? ¿La sociedad de consumo? ¿La socialdemocracia? El fútbol, la televisión, la farlopa... ¿El miedo? ¿La codicia? ¿La necedad?

9 comentarios:

wenmusic dijo...

La falta de inquietud... Hay quien ni se plantea las cosas.

Supongo que aún funciona el "pan et circus".

Mendiño dijo...

Si, el panem et circus es receta mágica. Sin embargo, la gente no se puede plantear cosas que nadie le plantea. Si no hay información, si la gente no se entera de las cosas, dificilmente podrá reaccionar.

Anónimo dijo...

El modelo educativo, la escuela. Un lugar donde la duda, la rebeldía y el planteamiento de alternativas debieran ser las grandes asignaturas.

Anónimo dijo...

Tienes razón picapiedra, supongo que por ello distan mucho de ser precisamente eso.

Mendiño dijo...

Enseñar rebeldía en una escuela...suena bien.

Pero, en general, los críos lo que son es maleducados y cobardes. Les faltan huevos para organizar una buena (por mí, como si queman el colegio), y sí se dedican a hacer el gilipollas a la espalda.

Estamos creando una generación de mierdas, de mediaostias, de pringaos, chivatos y trepas.

Si mi generación ya me da bastante asco, y ahora estamos pagando la hipoteca de haber creído que con rompernos los cuernos en la uni y luego en el curro ya íbamos a triunfar...a la que viene, con lo gilipollas que son, un cubo de vaselina les va a ser escaso.

Se jodan.

wenmusic dijo...

Por cierto, la foto es increíble. Y la historia del cormorán muy interesante (por desgracia).

Anónimo dijo...

Hola wenmusic; es por eso mismo que resulta tan importante reivindicar una enseñanza de calidad, donde a la persona se la muestren los caminos del pensamiento en vez de premiarle por demostrar poseer un buena memoria. Los medios de comunicación y entretenimiento son tambien fundamentales para mantener el letargo enla edad adulta.

Mendigo, los críos no son más que una pequeña copia de sus padres y de sus educadores. Una generación conformista y trepa creará mayoritariamente sujetos conformistas y trepas. Pero yo no pierdo la esperanza de que el espíritu rebelde que acompaña a todo infante aflore cada vez con más fuerza. Aunque achaco al sistema educativo muchos errores, no pierdo de vista que es MI responsabilidad la educación de mi hijo.

Mendiño dijo...

Picapiedra, es por comentarios como este que me alegro de haberte conocido. Eres de las personas más juiciosas que conozco.

No me importaría nada, nada, verte dando clases a los críos. No estaría mal que aprendiesen, para variar, lo que es una persona íntegra.

Anónimo dijo...

¿Dando clases a menores de veinte años? Joder tío, menos mal que me tienes aprecio. XDDD
En serio, por un lado creo que me falta paciencia y por otro lado intuyo que no hubiera sido un mal "maisu".
He tenido la inmensa suerte de conocer a profesores que me han marcado para bien. Personas que no se tomaban su trabajo únicamente como un trabajo, y que sentían la responsabilidad que creo yo debe sentirse cuando te dedicas a formar mentes que están por abrirse. De vez en cuando coincido con alguna de esas personas por el pueblo y la relación es estupenda. Existe cierto sentimiento de respeto mutuo. Considero que es lo primero que debe ganarse cualquier enseñante, el respeto de a quienes enseña.