Ando como hormiguita por tu espalda
ando por la quebrada dulce de la seda
vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.
Tú te vuelves pidiendo el cielo
apuntando a la luz con flores
y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos.
ando por la quebrada dulce de la seda
vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.
Tú te vuelves pidiendo el cielo
apuntando a la luz con flores
y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos.
Silvio Rodríguez
5 comentarios:
No, si aún vas a tener mejor gusto con las mujeres que con los hombres...
JUR JUR JUR
Y bonitas palabras las de Silvio...
Ya sabes mendi, que sé apreciar la belleza, aunque sea de mi mismo sexo :)
Me gusta especialmente esa canción por su sencillez.
Y también porque me trae recuerdos de una voz y una mano acariciando mi espalda...
Quizás la hemos cantado mucho y ya no me causa el mismo efecto, aún así...
¿A qué es un atardecer precioso? y la postura me parece muy sensual. Tengo que pedirle al fotógrafo que tengo en casa que me saque una por el estilo. No creo que quedase mal ;)
Esa canción es preciosa. Parece que la hubiera escrito única y exclusivamente para eso, para que siempre que alguien la recuerde, la cante o se la canten, le traiga cosas ricas. Es preciosa, sin más.
Al ver la foto, me dan unas ganas de levantar la maldita toalla a la durmiente... Qué rabia! Y qué raro que el fotógrafo que tenemos no la haya intentado sacar ya... Niño, que ya tardas!
Por fin he conseguido que no desaparezca la 2ª foto, la del atardecer, es la que más me gusta.
Tiene su utilidad la toalla, hace que alguien desee que no esté ahí.
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