De este miserable que escribe se pueden esperar las mayores bajezas. Una de ellas es fusilar bochornosamente a una pobre bloguera su entrada, la foto con que lo ilustra y hasta el título.
Sirva esto para desmentir el bulo de que todas las que estudian empresariales son estúpidas (¿o quizá sea la excepción que confirma la regla?).
Si queréis ver la versión original (exactamente igual, ya os aviso) podéis pasaros por su chiringo, que con sus altibajos de ñoñería, tiene perlas como la que a continuación copieteo de forma desvergonzada:
En el país de las últimas cosas
Por último: jamás le deis las contraseñas del vuestro, que luego se instala cual garrapata y no la desalojas ni con agua caliente.
Nada más, Lo siguiente es un homenaje al CRTL+C:
Siempre he sentido, en cierto modo, una especie de afinidad con la gente de color, porque su situación es igual a la mía: nos hallamos fuera del círculo de la sociedad americana. Mi exilio es voluntario, por supuesto. Es evidente, sin embargo, que muchos negros desean convertirse en miembros activos de la clase media norteamericana. La verdad es que no puedo entender por qué. He de admitir que este deseo suyo me lleva a poner en entredicho sus juicios de valor. Pero si quieren integrarse en la burguesía, no es asunto mío, en realidad. Pueden ratificar si quieren su propia condenación. Yo, personalmente, protestaría con todas mis fuerzas si sospechase que alguien intentaba auparme a la clase media. Lucharía contra el individuo descarriado que intentase auparme, desde luego....
Quizá debería haber sido negro. Sospecho que habría sido un negro muy grande y muy aterrador, un negro que apretase continuamente su muslo monumental contra los muslos marchitos de las viejecitas blancas en los transportes públicos y provocase más de un grito de pánico. Además, si fuera negro, mi madre no me presionaría para que encontrara un trabajo bueno, pues no habría ningún trabajo bueno a mis disposición. Y además mi madre, una vieja negra agotada, estaría demasiado abatida por años de duro trabajo como doméstica para salir a jugar a los bolos por la noche. Ella y yo viviríamos muy agradablemente en alguna choza mohosa de los suburbios, en un estado de paz sin ambiciones, comprendiendo satisfechos que no se nos quería, y que luchar y esforzarse no tenía sentido...
Fragmentos de "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole
1 comentario:
Mendiguiño, puedes hacer de mi blog lo que quieras...
Y lo que está claro, es que no dejas de sorprenderme...
Ay raiña, qué paciencia tienes...
:)
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