16 de mayo de 2007

La deforestación



Hasta hoy, la forma más eficiente que conocemos de fijar el CO2 atmosférico es la que realiza la propia naturaleza en la fotosíntesis, en la que mediante la energía del Sol la planta usa ese CO2 para desarrollar sus estructuras.

La destrucción de grandes superficies de bosque, además de un atentado ecológico que acarrea otros muchísimos males (destrucción del ecosistema, erosión, riadas), nos priva de la máquina más poderosa que existe de lucha contra el cambio climático.

Cuando esta destrucción es encima por la llama, todo ese dióxido de carbono que el bosque había acumulado en forma de materia orgánica durante decenios, es devuelto de nuevo a la atmósfera (en ocasiones para plantar encima maíz o colza para biocombustibles).

Parece absurdo dedicar recursos y esfuerzos tecnológicos para lograr tecnologías más eficientes, mientras continuamos el proceso de deforestación global.

Se dan falsas noticias sobre nuevas tecnologías que nos permitirán seguir manteniendo nuestro desenfrenado consumo energético, sin hacer daño al medio ambiente: coches híbridos o eléctricos, biocombustibles, energía eólica o solar...no pasan de brindis al Sol.

Si esto tiene alguna solución, pasa por el ahorro energético y la regeneración global de las áreas deforestadas.

Si tiene alguna solución, pues hay que sacar de la atmósfera el excedente de CO2 de siglos (fundamentalmente desde la Revolución Industrial) de conseguir energía a costa de reacciones de oxidación de cadenas de carbono, esto es, de quemar madera, carbón, petróleo, gas...

Para conseguir fijar todo ese CO2, necesitamos emplear al menos tanta energía como la humanidad ha obtenido en los procesos de combustión en los que lo ha generado. Eso es una barbaridad de energía que sólo con el Sol y la ayuda de todos los pulmones verdes del planeta se puede conseguir.

Aquí, la noticia

Y aquí, la página de la organización Global Canopy Programme

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro estudio de esos que nos confirman cosas que ya sospechamos.

Mendiño dijo...

Agar, la verdad es que en estos temas me fío más de mi sentido común que de los estudios que se hagan.

Los estudios dicen lo que el que los paga quieren que digan. Y es más: lo pueden hacer sin mentir.

Hay muchos intereses creados y mucho ruido en la información que llega a nosotros.

Pero vamos, que sí, que parece que estos estudios dicen lo evidente: que los bosques ayudan a bajar las concentraciones de CO2 atmosférico. Y que si talas los bosques, no tienes este efecto. Y si los quemas, pues peor. Tampoco hacía falta hacer mucho estudio para eso, cae de cajón.