26 de mayo de 2007

Las otras municipales


La lobita se ha ido a su guarida en la Sierra de Manzaneda, a visitar a papá lobo y mamá...(¿porqué será tan machista el lenguaje?). La lobita vino al mundo en un pueblín perdido entre las montañas, en uno de los sitios más bellos de esta tierra.

El pueblo pertenece a un pequeño y despoblado concello de la montaña ourensana donde por la inaccesibilidad del terreno no sufrieron las repoblaciones de coníferas (pinus radiata, originario de California) que devastaron a principios de siglo casi toda la provincia.

Tanto aislamiento preserva la naturaleza, pero también condena al atraso a la población, siendo una de las comarcas más pobres de Galicia (lo cual equivale a decir de España y de Europa). Pero no es lo malo la pobreza económica; lo peor es que también es frecuente la miseria moral. Sobre ello voy a contar una historia:

Una vez la lobita trajo de su casa un brick de natillas. Eran de la marca Reny Picot y la verdad es que tenían muy buena pinta, pero me fijé que en un lateral, traían una cruz roja. Cojo el envase, y veo que lleva impreso el emblema de Cruz Roja Española. La lobita me explicó el caso:

La Cruz Roja hace años que entrega paquetes de comida para ayudar a familias que tienen serias dificultades económicas, para que al menos en lo más elemental puedan tirar adelante. Aunque cada vez más infrecuente, no es raro que en la Galicia profunda una familia no tenga más que patatas y unto para alimentarse durante días.

El caso es que unos familiares de la lobita, hace años estuvieron en una situación económica apurada y solicitaron esa ayuda alimentaria a la Cruz Roja. Pasaron los años, los padres encontraron trabajo y los problemas económicos se resolvieron. De eso hace ya más de un decenio. Peeeero, siguieron recibiendo esos paquetes de comida de la Cruz Roja, porque a caballo regalado no se le mira el dentado.

Que una familia de tres miembros que ingresa 2000€ mensuales (que en el campo, con casa propia, es muchísimo) reciba periódicamente un cajón que está destinado a familias con carencias alimentarias...bueno, yo puedo ser un cerdo miserable (como dice mi querido troll), pero hay cosas con las que no se juega. No se juega ni un pelo.

Las natillas acabaron en nuestro frigorífico porque al niño no le gustaban de esa marca (estaban bastante ricas, para ser de brick y no caseras). Pero lo que ya me hizo hervir la sangre es saber que los macarrones con el emblema de la Cruz Roja los usaban para dar de comer a los cerdos.

Por ahí si que no paso.

Nos pusimos en contacto con la Cruz Roja de Valdeorras, para quejarnos de tan ignominiosa, impúdica y vergonzante situación (supongo que estos palabros se inventaron para no recurrir a otros aún más malsonantes, como ciscarse en la progenitora de alguno).

También les contó mi querida lobita que no era el único caso. Que más gente con una situación económica normal (normal para ser un pueblo perdido) recibían esa ayuda alimentaria. Sin embargo, otras familias que sin llegar a pasar hambre, sí que tenían dificultades económicas, no recibían esa prestación (como siempre, la miseria va unida a falta de información, con lo que no puedes reclamar tus derechos o el acceso a ayudas). Al final, recibían la ayuda no aquellos que la necesitaban, sino los que menos vergüenza y escrúpulos tenían.

Como los recursos de la Cruz Roja, como todo en esta vida, son limitados, es evidente que su ruindad queriéndose ahorrar unos euros en la cesta de la compra estaba sisando comida a gente que sí que podría necesitarla (en el mismo pueblo, al otro lado de la calle...). La situación me parecía gravísima por jugar con el pan del necesitado y así se lo hicimos saber a la delegación de la Cruz Roja.

Desde la Cruz Roja nos informaron, siempre con una diligencia y atención exquisitas, que las listas de familias necesitadas eran cosa de los concellos, con quienes colaboraban. Que sabían de la situación, y que habían pedido hablar con el alcalde y con la trabajadora social del concello en cuestión, para aclarar el tema. Que cuando tuvieran contestación, nos informarían.

Pasados unos meses, recibí un correo. Reconozco que me sorprendí y hasta me emocioné, pues creí que en la Cruz Roja me habían mandado a paseo. Me alegré infinitamente de que no fuera así, ya que mi familia es socia desde hace muchos años de la organización. Se me decía que habían estado queriendo concertar una cita con el alcalde, pero que hasta el momento, no había podido ser por encontrarse éste muy ocupado.

Con la mala saña que cualquiera que me lea conoce, les contesté (emocionado, probablemente por el contraste entre la honradez y la vileza) sugiriéndoles que concertasen una cita con el alcalde en el bar del pueblo, que es donde habitualmente pasaba las tardes "ocupado" en jugar al tute.

A los muchos meses recibí un último correo de Cruz Roja de Valdeorras. Me informaban de que en ese lapso de más de un año, había sido imposible concertar un encuentro con el alcalde para tratar el tema de la actualización de las listas de los perceptores de la ayuda alimentaria, y que definitivamente desistían en el intento ya que ese programa iba a ser eliminado (no sé si a nivel regional o nacional).

El alcalde.

El alcalde es la nueva versión del cacique gallego que tan bien trazó Castelao. Alcalde de un concello de mil y pico habitantes, de esos concellos de la Galicia profunda en los que el Partido Popular saca entre un 70 y un 80% de votos. Médico rural, empresario agrícola y alcalde, administra el dinero público como su coto, prometiendo obras (arreglar la carretera, poner unas farolas...) como si las pagara de su propio bolsillo.

Asegura su reelección con una tupida red clientelar, de intereses y relaciones personales de todo tipo. Y es que llevarse bien con el alcalde hace que la maquinaria del ayuntamiento vaya más suave o chirríe. En otro concello llevan unos conocidos con un permiso de obra pendiente dos años, cuando ven que sus vecinos comienzan sus casas de inmediato. Ellos creen que es el chivatazo del cartero, que les entrega las cartas con el membrete del PSOE.

Uno de los individuos que cobrarán de mano del alcalde una gratificación de 100€ por llevar en su coche a votar a los viejecitos, darles charla y un sobre cerrado con la papeleta del PP dentro...es el padre del niño que no le gustan las natillas Reny Picot.

Y lo que más le jode a la lobita es que otro de los que carrexan a los abueletes es...su padre.

:p

La definición del Diccionario de la Real Academia Galega:
carrexar v.t. 1. Transportar en carro [cousas]. Carrexa-lo millo á eira. 2. Por ext., transportar [cousas ou persoas] por calquera medio. Varios autobuses carrexarán xente á romaxe. Andan carrexando as cousas para a casa nova. 3. fig. Ter como efecto ou consecuencia, traer consigo. OBS. Acompáñase de palabras que indican cousas negativas, como problemas, desgustos, etc. A crise económica carrexará moito paro. SIN. causar, ocasionar, orixinar, producir. u SIN. carrear, carretar.

La definición de Carretaxe:



Pueblos que multiplican su censo antes de cada elección, varias familias censadas en la misma casa, los nietos de los emigrantes que votan sin saber en qué continente está Galicia, censos de la emigración con electores de 120 años, carrexo en los asilos de ancianos, llevando en silla de ruedas a alguno que ni tan siquiera se acuerda de su nombre, incapacitados judicialmente...

Esta es la democracia del Partido Popular en la Galicia profunda.

Para terminar, el extracto de un artículo del escritor Suso de Toro:


El disparate de municipios donde hay más voto emigrante que vecinos es insoportable: eso no es democracia. Esos vecinos acabarán por no votar. Total, para qué, si no está en sus manos elegir a los gobernantes. Y esos alcaldes acabarán inaugurando farolas en Buenos Aires. Y a esas dos provincias gallegas en las que por cada niño nacido este año han nacido cuatro votantes más le están robando la democracia. Pero si, además de la existencia del "voto rogado", entra en vigor el Estatuto de la ciudadanía española en el exterior votarán nietos, bisnietos... Un ciudadano, un voto; un emigrante, una docena.


Y este vídeo, de la actriz Mabel Ribera, perteneciente a la serie de cortos: Hai que botalos.

5 comentarios:

Mendiño dijo...

JOAS JOAS JOAS

Antes lo digo...

La Guardia Civil investiga el acarreo de votantes en varios concellos de Ourense

Y ojito con los concellos:

O Bolo, Viana, Xunqueira de Ambia, Avión, Laza y...Monterrei.

¡Cómo me gusta mi tierra!

flor de un día dijo...

Bueno, puede investigar. Si realmente hicieran algo, empezaban a estirar de la cuerda y no terminaban nunca.
Puede que sea un inicio, quién sabe.

Mendiño dijo...

Es legal carrexar.

Las denuncias las ponen por hacerlo sin permiso de transporte de viajeros.

flor de un día dijo...

Eso me temía. Entonces, aún les darán las gracias. Si les hacen un favor, pobres gentes! Ellos, que no pueden valerse por sí solos! Encima que alguien se presta a llevarlos hasta la mismísima urna!
Ahora veo lo que se entiende por "investigar", en lenguaje maderil...
De todas formas, me sorprendió que la cruz roja se interesara tanto como para dar explicaciones de todo lo que estaba pasando, eh? Seré ingenua, pero por un momento me pareció que había alguna esperanza en este nuestro mundo...

Anónimo dijo...

Los de la Cruz Roja se lo debían estar oliendo. Lo que pasa es que el responsable de Valdeorras no me podía decir claramente que el alcalde les estaba dando largas para que sus lacayos pudieran seguir chupando de la teta.

Sí que creo que un voluntario de la Cruz Roja no tiene ni puta gana de que le mamoneen. En esa gente sí que confío (en general). Pero claro, qué van a hacer. Bueno sí, si aprecian corrupción hacer la distribución directamente, puenteando a los ayuntamientos.