20 de junio de 2007

La nacionalidad

Una reforma del Código Civil va a permitir a los nietos de los emigrantes optar a la ciudadanía española.

Lo primero que me sugiere es absoluta indiferencia: como si le dan la ciudadanía a todo el continente australiano, canguros incluidos.

Pero eso es un análisis superficial, porque con la nacionalidad se otorgan también una serie de derechos como el de residencia. Bueno, por unos cuantos argentinos y brasileños más, tampoco se va a notar gran cosa.

Donde ya empieza a resultar indignante es a la hora de votar: esos hijos y nietos de emigrados pueden participar en la elección de nuestros representantes, a pesar de no pertenecer a nuestra sociedad.

Sin embargo, un extranjero que lleve veinte años conviviendo con nosotros (y pienso ahora en mi profesora de francés, una bretona que cuando no habla francés habla en perfecto gallego) no puede participar en las elecciones (excepto en las municipales si es comunitario) a pesar de pertenecer a nuestra sociedad.

El absurdo es que un gallego que emigre a Barcelona, no puede decidir con su voto quién va a gobernar en Galicia, o en su concello de origen...y un gallego que emigre a Buenos Aires sí que puede, y no sólo el sino sus hijos y, a partir de ahora, sus nietos.

No es que reclame el derecho del voto al emigrante interior, pues el que salió de Palas de Rei para ir a vivir en Gijón, pasa a pertenecer a la sociedad de Gijón, a compartir sus problemas y por lo tanto debe ser allí donde tenga el derecho a elegir sus representantes.

Cómo mi querida bretona, metida en mil movimientos políticos, sindicales, ecologistas...no pudo darse el gustazo de ayudar con su vota a mandar al carallo a Fraga. Y los nietos de mi tía, la que emigró a Brasil después de la guerra porque no había qué comer, que no tienen ni maldita idea de dónde se encuentra Galicia ni puta falta que les hace, que jamás vieron la nieve ni saben lo que es estar a menos de 25ºC, que no reconocerían una castaña, una bubela, que no celebran o entroido sino o carnaval...¿cómo es que ellos pueden votar a quien nos gobernará aquí?

Ofende la inteligencia.

Detrás de esta polémica se encuentra algo mucho más complicado: la idea de nacionalidad, dependiente de la idea de nación, de patria y su relación con el ciudadano.

Frente a la idea de una nación eterna habitada por súbditos de una raza particular, la nacionalidad entendida como una marca de sangre que se transmite por vía hereditaria...

...contrapongo el concepto de Estado como entidad de naturaleza administrativa de la que nos dotamos un conjunto de ciudadanos para mejor ordenar nuestras relaciones. Ciudadanos libres que escogen la sociedad de la que quieren formar parte, y respecto a la cual adquirirán derechos y deberes.

El patriotismo contra la ciudadanía. El estigma por haber venido al mundo en un sitio, la predeterminación de pertenecer a un pedazo de tierra...en vez de la conciencia de que el mundo entero es tu casa, que los hombres no son árboles e incluso éstos pueden ser transplantados.

La noción de que la Ley no nos es impuesta por Dios o por el Rey, sino que nos la otorgamos los mismos ciudadanos. Y que una sociedad está formada por aquellos ciudadanos que aceptan regirse por las mismas leyes y dotarse de los mismos órganos de gobierno.

La sociedad feudal, con el siervo ligado a la tierra; o un Estado democrático de ciudadanos libres.



Un ejemplo:

la sociedad madrileña está compuesta por la pija que mira tiendas en Serrano, por el fachilla bigotudo jubilado que apatrulla su manzana, por la pescadera dominicana de acento dulzón, por el oficinista trajeado atrapado en un atasco que piensa si eso era lo que quería hacer de mayor, por la señora que baja al mercado a charlar con las amigas y de paso hacer la compra, por la cartera de colegio de la que sobresalen unas patitas y unas coletas de pelo azabache y que se gira para mirarte con ojos de avellana, por el eterno peón, antes moreno ahora negro, descamisado y de sonrisa socarrona tocándose los cojones porque se acaba de ir el encargado, por el hombre andino que acompaña en su paseo a un anciano que, quien sabe, a lo mejor estuvo en la División Azul; Madrid es el afeitado maduro que baja con su todoterreno de la Sierra Rica, a toda ostia por la N-VI con el intermitente puesto para que te apartes, el gitano que vende ajos en la esquina, el niño bien de provincias que le han dado como premio vender cacerolas y libretas ahorro en un banco, o el senegalés alto como un pino que vende cinturones y gafas de sol.

Pero Madriz no soy yo. Ya no. Diga lo que diga el padrón o mi DNI. Aunque me delate el "ejque" o el "que pá, tronk". Aunque aún recuerde de carrerilla todas las estaciones de la línea verde (menos las nuevas), eche de menos las enormes raciones de bravas en el guarro de Vallekas o pueda cruzar el Retiro a ciegas para ir a pillar libros a la costanilla de espaldas al Jardín Botánico. Podrá estar en mis afectos, pero yo ya no pertenezco a esa sociedad.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¿A esos nietos les van a dar la nacionalidad aunque no vivan en España? Vaya aberración...

Y una pregunta de una ignorante (a ver si alguien lo sabe): ¿la nacionalidad española es compatible con otras nacionalidades no europeas? Vamos, que si se puede ser español y argentino al mismo tiempo (español y francés, por ejemplo, no se puede).

Mendiño dijo...

Creo que este texto te lo explicará mejor:

Pueden optar por la nacionalidad española:

1. ...
2. Aquellos cuyo padre o madre hubieran sido originariamente español y nacido en España. El ejercicio del derecho a opción no está sujeto a límite alguno de edad ni de tiempo. Para ejercitar la opción deberá renunciar a la otra nacionalidad que se ostente, salvo que se trate de nacionalidad de uno de los países iberoamericanos, Andorra, Guinea Ecuatorial o Portugal.

Sacado de la página del Ministerio de Exteriores

Con el cambio, donde ponía hijos, ahora pondrá nietos.

No sé si alguien se hace cargo de lo que supone que entren medio millón de nuevos electores en Galicia. En las pasadas elecciones al Parlamento de Galicia, el voto emigrante estuvo a punto de salvarle la cabeza a Fraga. Los candidatos gallegos se fueron de gira por Sudamérica para captar votos en plena campaña.

Que un argentino, mexicano o brasileño tenga poder para decidir el gobierno que hay aquí, porque su abuelo era gallego...TIENE COJONES.

Porque con el ejemplo de mi tía. Que bueno, salió con 20 años de la Galicia de postguerra, ya se le olvidó completamente el gallego...pero pase, es gallega. Hace unos años volvió por primera y única vez, y muy bien. Pero que sus hijos (mis primos), que no saben más de Galicia que lo que le pudo contar su madre, que nunca han pisado territorio español...¿sean gallegos? Si, gallegos por los cojones. Y que sus hijos (que ignoro si saben siquiera que su abuela no nació en Brasil) vayan a adquirir el derecho a votar en las elecciones gallegas, el derecho que mi padre perdió cuando se trasladó a vivir a Madrid, y que por supuesto yo no tengo...

ME CAGO LA OSTIA!!!

Porque no me jodas, media Iberoamércia desciende de gallegos, asturianos, vascos o extremeños. Si es por eso, tendríamos que darle derecho a voto a todos los González, García, Pérez...de Iberoamérica.

Y sin embargo, el inmigrante que lleva años, décadas viviendo con nosotros, siendo nuestro vecino, trabajando y pagando impuestos...no puede decidir sobre aquello que le atañe.

ESTO ES UN JODIDO SINSENTIDO!!!

Anónimo dijo...

Gracias :) (y lo fácil que es preguntar, sin buscar la información yo solita como una persona mayor qué...)

En cuanto a lo que comentas, sólo puedo decir: AMEN

¿cómo se les ha podido ocurrir algo tan absurdo? La nacionalidad debería ser la del país donde pagas tus impuestos, y punto.

Anónimo dijo...

Hay ke joderse.

Ya hubo problemas y polemica en cuanto a las ultimas elecciones autonomicas de Galicia que si no recuerdo mal, estuvimos como un mes sin saber quien nos iba a gobernar porque la decision final la tomarian cientos de personas que viven al otro lado de charco y no tienen ni puta idea de cómo esta la sociedad aqui...
Es como si se diera el caso de que tengo un abuelo nacido en Australia, ¿yo tendria opcion de realizar mi voto para las elecciones de alli?

¿Qué pretenden? ¿hacer una distinción de razas? ¿Acaso el gallego es una raza? lo que pretenden es buscar votos de la manera mas rastrera posible...

El gallego se hace, no nace. Yo considero más gallego a mi compañero de trabajo que vino de Uruguay con 20 tacos (a pesar de que su acento uruguayo sigue vigente) que a un residente cubano con abuelos gallegos...

Y espero que con esta nueva ley no se confunda lo que se debe entender por "nacionalismo gallego".

Todo esto me parece un insulto a mi inteligencia y para aquellos que tienen un minimo de sentido común.

Un saludo.

Mendiño dijo...

Un apunte de lo que buscan. Todos conocéis los tebeos de Mafalda, ¿no?

¿Os acordáis de Manolito, el del pelo cepillo? Quino lo retrata como hijo de gallego.

Generalizando mucho, mucho, los gallegos formaron una clase media de tenderos con un afán brutal de amasar cuanto antes una pequeña fortuna para volver a la aldea como triunfadores.

Esos "gallegos de la emigración" suelen formar parte del sustrato de la ultraderecha de sus respectivos países.

Es generalizar mucho, pero por eso tenía yo tanto miedo en las elecciones al voto emigrante: es mayoritariamente para el PP. Faltaron unos pocos miles de votos emigrantes en la provincia de Pontevedra para darle la mayoría absoluta de nuevo a D.Manuel.

El BNG es un partido residual en el voto emigrante, por eso le escuece que cada vez se lo potencie más.

Sinceramente, que los políticos saquen dinero de Galicia para engrasar las redes clientelares al otro lado del charco me INFLA LOS COJONES.

Anónimo dijo...

Pero lo estáis enfocando exclusivamente al derecho al voto, que ciertamente comparto contigo, Mendigo, la reflexión. Se presta a redes clientelares y en sudamérica un choripán puede ser un voto: yo lo he visto en algunas villa miserias bonaerenses.

Pero la nacionalidad es algo más que ese derecho y permite no pasar calvarios como el que he sufrido yo con mi familia argentina para que puedan residir en España. Sólo con el cambio ese nos habríamos ahorrado miles de euros en papeleos y abogados, de tiempos (siete años de media una doble nacionalidad) de policías que te desprecian, de entrevistas para saber si eres pareja y cuales son tus bienes.
La nacionalidad abre esas puertas. Claro que los políticos prefieren enfocarlo por el voto secuestrado. ¿Os habéis dado cuenta de que cada vez invierten más recursos en captar el voto emigrante? Eso es porque en una situación de empate técnico, cualquier voto cuenta y los emigrantes son cientos de miles. Dan Gobiernos.

Pd. Se puede conservar la doble nacionalidad en determinadas situaciones, dependiendo de convenios bilaterales y fundamentalmente con sudamérica. O sea que te puedes sentir extranjero doblemente según donde estés.

Mendiño dijo...

Comprendo lo que dices, Javier. Y lo lamento. Pero eso es lo que tiene que pasar cualquier inmigrante para conseguir, primero la residencia, y luego la nacionalidad.

Yo preferiría que no hubiera distinciones (discriminaciones) entre un argentino con abuelo español o con abuelo italiano. Para mí, es indiferente: son argentinos. Bueno, en verdad: son personas.

Si quieren venir a España a vivir, bienvenidos sean. Pero vamos, que como si su abuelo es de Tucumán y rezaba a la pachamama.

Establecer esas diferencias en función de "la sangre" me parece una forma de racismo encubierto.

La reforma de la ley hubiera ayudado a tu familia, pero a otras no. Sería mejor facilitar las cosas a todas.

Anónimo dijo...

Yo tambien lo veo como una ventaja para que los descendientes de quienes se fueron puedan regresar sin tener que esconderse. Es cierto que podrían hacerlo con todo el mundo, independientemente de quienes hayan sido sus abuelos, pero de momento es una puerta abierta a miles de personas.
Tambien dudo mucho que con la abstención que tenemos dentro sean muchos los que ejerzan su derecho a votar desde fuera.
A no ser que amparados en la distancia sea más sencillo comprar su voto.

Mendiño dijo...

Tienes razón con la abstención (aunque en Galicia aún son un buen porcentaje de los votos emitidos) y también, con la compra y, sobre todo, la manipulación de los votos.

Ahora, después de ver lo chungo que se lo ponen a los inmigrantes para la reagrupación familiar, establecer esos privilegios por motivos racistas...me subleva.

Tengo un concepto de ciudadanía que se refiere a la persona que convive en una sociedad. Sea su piel del color que sea, haya nacido donde sea y tenga un acento de donde quiera. Si vive en la puerta de enfrente, es mi vecino, mi compatriota.

Si asumimos que la "españolidad" se hereda con la sangre...nos lleva a planteamientos inequívocamente fascistas.

Anónimo dijo...

Mendigo: mi reflexión no iba en la línea de apoyar ni mucho menos una nacionalidad basada en la sangre. Simplemente hacía la mención de que con esta ley no sólo pueden votar sino que además pueden beneficiarse de la doble nacionalidad.
Pero comparto contigo la idea de que una comunidad no debe estar basada exclusivamente en el plus de nacionalidad, por cuanto crea injusticias como la que haya inmigrantes viviendo hace décadas aquí que no tienen derecho a voto y sin embargo, la entrada de polonia y rumanía ha abierto una crisis electoral en muchos aytos, por cuanto se cuentan a miles los que tendrían derecho a votar (paradojicamente pueden votar pero no trabajar libremente, cosas del capitalismo que no entiende ni adam smith).

Mendiño dijo...

He entendido el sentido de tu comentario.

Sólo quería aportar una visión diferente a la que aportáis José Manuel o tú mismo. Es una ley buena para mucha gente: sí, pero también introduce un agravio comparativo.

Con los rumanos y polacos, se aplica por un periodo transitorio (dos años?) una cláusula para difuminar el "miedo al fontanero polaco".