5 de febrero de 2009

SOGAMA



SOGAMA (Sociedade Galega do Medio Ambiente) es, como TRAGSA, una cosa rara. Un engendro nacido de la unión de capital público (51% de la Xunta) y privado (49% de Fenosa).

¿Los hechos? Veamos.
SOGAMA tiene un vertedero de basuras en Areosa, concello de Cerceda.

Hasta aquí, todo claro. ¿no?

Bien, este vertedero, que es de SOGAMA, está gestionado a su vez por una empresa que se llama Danigal. Ya empezamos a embrollar la cosa.

De nuevo, este vertedero, que almacena 3.400 millones de kilos de basura, recibió la autorización para hacer de basurero en el año 2001, cuando construyó la depuradora. Sin embargo, SOGAMA (recordemos, empresa pública) lleva depositando ahí basura desde el año 1995.

Ese vertedero, ha estado en el punto de mira por sus filtraciones a los afluentes del río Tambre. Recordemos que del Tambre se saca el agua que se bebe en la capital gallega.


Bien, ahora vamos por otra parte. Hace siete años, se creo una empresa (SIRGA) que recogiese en las farmacias los medicamentos a medio usar o caducados. Supongo que sabéis de qué os hablo y de que habréis llevado ahí, como buenos ciudadanos, las medicinas ya inútiles, en vez de tirarlas a la basura.

Todas esas medicinas recogidas durante estos siete años en España, 12.000 toneladas de medicamentos, fueron entregadas a SOGAMA para su tratamiento e incineración.

¿Donde iban esos camiones cargados de resíduos farmacéuticos? Lo habéis adivinado: al vertedero de Areosa, junto con el resto de basura.

Aquí alguien se ha embolsado el dinerito por hacer desaparecer esos medicamentos, y luego ha optado por la solución más barata: a la mierda con ellos.

¿Y qué dice el alcalde de Cerceda? Que no son peligrosos.

¿Entonces, si no son peligrosos, para qué hacer una recogida selectiva en las farmacias? Los tiramos a la basura y listos. Aunque siempre es mejor traerlos todos juntos a Galicia. Total, para lo que queda por joder...

Aunque el SIRGA, en su día, anunció a bombo y platillo que serían incinerados, ahora resulta que en el contrato no se especifico ese minúsculo detallito.

¿Qué decía el presidente de SOGAMA hace unos meses, cuando le preguntaron qué tipos de residuos recibe el vertedero de Areosa?
Exclusivamente los residuos urbanos.

Todo esto fue descubierto a raíz del despido de dos responsables de la planta, que tiraron de la manta. Estos, a su vez, fueron despedidos por falsificar los análisis para que salieran los resultados de toxicidad por debajo del límite legal.

Todo esto se ha traducido, en el debate político, en arrojarse mierda entre el P$dG y el PP. ¿Responsabilidades? Ni idea. El hecho es que hay un vertedero con miles de millones de kilos basura, entre los cuales hay 12 millones de kilos de medicamentos en el corazón de Galicia. Del resto, me entero poco y me importa menos.


En el sitio de Béziers, el inquisidor y general de las tropas papales en la cruzada albigiense, Arnaldo Amalric pronunció la célebre frase:

Matadlos a todos, y que Dios escoja a los suyos


Yo, en este asunto del vertedero, en vez de exigir dimisiones y esperar depuración de responsabilidades (puedo ir a por una silla), optaría por seguir el consejo del amable Arnaldo, a la postre Arzobispo de Narbona. Si hubiera algún inocente, mala suerte, que Dios lo acoja en su seno.

Y para los despojos, ahí tenemos al lado el vertedero. Unos pocos kilos más de basura, no harán mucho más daño.



Reflexión: ¿Quién hace más daño a los ecosistemas terrestres? ¿Los incendiarios? ¿Créeis que lo peor que le puede pasar a un monte es que lo quemen?

Efectivamente, detrás de un incendio, no queda nada con vida. O casi nada. Queda algunas raíces, algunas simientes. Con eso, y un montón de tiempo, el bosque volverá a surgir.

Pero si detrás del incendio, viene la mano del Estado repoblando con especies alóctonas, ya no hay remedio. El pino, el eucalipto, el roble americano crecen más rápido que las especies autóctonas, ganándoles la partida. Y una vez que han sido introducidas esas especies foráneas, ya nunca podrá volver a crecer ahí un ecosistema autóctono. Será una plantación, una fábrica de madera, pero no un bosque, con su ecosistema asociado (a no ser que traigan los koalas).

El daño mayor no es del que quema el monte, sino del Estado que lo repuebla siguiendo directrices económicas y no ecológicas. El mayor criminal es el que hace las leyes, y paga a jueces y policías para que las hagan cumplir.

Por ejemplo, hace poco estuve por tierras leonesas. Enormes extensiones del bosque aclarado de quercus de porte bajo (rebollos, quejigos...) autóctono están siendo sustituídas por densas formaciones de pinos. Eso debe ser a lo que se refieren los responsables del Ministerio de Medio Ambiente cuando hablan de la magnífica situación de los bosques españoles. Eso no son bosques, son plantaciones de pinos. Ecológicamente están muertos, tienen menos diversidad biológica que un huerto de berzas.

Quiero que quede claro: la destrucción de nuestros ecosistemas está siendo pagada con nuestros impuestos, y dirigida por aquellos a quienes votamos, y que nos lo venden encima como un favor que le hacen a la Naturaleza.

El mejor favor que le podemos hacer a la Naturaleza es extinguirnos.



Otro ejemplo. ¿Qué es esto? ¿Ni idea?



Bien. Resulta que alguien encargó a las brigadas de Medio Ambiente que "limpiasen el monte". Esto significa desbrozar, destruir el matorral y monte bajo, parte inherente del bosque, tan importante o más (cobijo de fauna...) como las propias especies leñosas (también llamadas árboles, pero que esencialmente no son diferentes de un arbusto de escaramujo).

En esta ocasión, estos trabajadores en pos de la naturaleza se dedicaron a abrir con sus desbrozadoras un pasillo de unos 5 metros a lo largo de las márgenes de cierto río gallego. Quedó mondo y lirondo. Limpísimo. Sólo faltaba el alicatado ¿Para evitar incendios? Precisamente el bosque-tunel ripícola es lo único que no arde en Galicia. Destruyeron la vegetación de bajo porte precisamente en la orilla de un río, con lo que estúpidamente han aumentado la erosión de las márgenes.

Pero aún no os he explicado qué mierda es eso de la foto.

Cuando acumulaban esos guerreros de la naturaleza, pagados con nuestros impuestos, un buen montón de ramas, maleza y hojarasca, la quemaban ahí mismo. Cada veinte metros había huellas de una gran fogata. Y en ella, no sólo quemaban el producto de su corta, sino también toda la basura que iban encontrando a su paso. Y recordemos que este río es gallego, lo que quiere decir que la cantidad de basura es enorme.

Como en este caso...eso son los restos de una batería de coche. Por su tamaño, hasta diría que es de un Diesel. Interesante idea, los trabajadores de las cuadrillas de Medio Ambiente ¿Serían de SOGAMA? ¿Quizá de TRAGSA? Quemar una batería llena de un electrolito que resulta ser ácido sulfúrico, a un metro de una corriente de agua. Y dejar los restos, básicamente un bloque de plomo medio fundido, para que se oxide y poco a poco aporte un buen chute de metales pesados al río.


¿Qué más queda por hacer? Podemos convertir Galicia en un cementerio nuclear a cielo abierto. Es que no se me ocurre forma de ser más capullo.

Insisto una vez más: el mayor ataque contra la Naturaleza lo comete la propia administración. Los mayores delitos ecológicos son pagados con nuestros impuestos, muchas veces bajo la excusa de ayudar al Medio Ambiente (expresión redundante que suele esconder un intento de justificación del expolio de nuestros ecosistemas; cuando alguien habla de Medio Ambiente, me pongo a temblar).

También en este asunto, sería de aplicación el consejo del gentil Arnaldo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Durante el franquismo, con el fin de poder tener una econonomia autarquica, Galicia se convirtio en la fuente de madera del pais, desde entonces que el ecosistema no imteresa una mierda cuando hay dinero por medio.
Mira la planta de Ence en pontevedra como se han pasado por el forro una y otra vez el plazo para largarla.

Mendiño dijo...

Y tanto que la veo!

De todas formas, lo de los eucaliptos es cosa del franquismo, para dar de comer a las ENCE de Pontevedra y Navia. Podemos decir que el eucalipto es el árbol del fascismo.

Pero las repoblaciones con pinos empezaron mucho antes, allá por el s.XIX. Hasta el punto que mucha gente cree que el Pinus pinaster (piñeiro do país o piñeiro bravo) es autóctono, y es falso: es originario del Mediterráneo, y fue introducido tras las cortas intensivas de carballos en el s.XIX.

Aunque ahora con lo que más se repuebla es con el radiata, más californiano que los Beach Boys.

wenmusic dijo...

Dios... Qué asco... Pena de país...

Anónimo dijo...

enhorabuena por tu valentía y por tu detallado artículo tan bien elaborado, es perfecto.
Lo he incluido en mi blog, madre tierra.
Allí no se puede respirar cuando no hay viento, vivo cerca.
Ademas nos estamos autodestruyendo.
Es hora de que los jueces tomen carta en este asunto tan vital para la vida en la tierra.
Utrella!!!