6 de octubre de 2006

Sara Mago



Todos os sabeis el chiste de Espe y la escritora Sara Mago, ¿no? Bueno, pues me ahorro contarlo. Queda bastante claro lo que le importa la verdad a un político, cuando de lo que se trata es de simular una pretendida cultura.

Saramago es, en mi nada humilde opinión, uno de los pocos escritores de nuestro tiempo que tienen algo que decir. Para mi, representa el abuelete que a todos nos hubiera gustao tener. Bondadoso, valiente, campechano...y con una gran sabiduría.

La verdad es que, estilísticamente, mi tocayo hace aguas. Frecuentes digresiones, diálogos embarullados, no es lo que se dice una prosa limpia. Sin embargo, no sobra una línea. Sus comentarios son acertados, interesantes, jugosos, aunque aparentemente no vengan a cuento. Es más, a veces pienso que la historia no es más que una excusa para que el autor nos vaya desgranando estas perlas de conocimiento. La sinopsis de uno de sus libros se puede desarrollar en un par de frases, sin dejarnos nada esencial en el tintero. Sin embargo, sobre este tema, esta verdad que el autor nos quiere transmitir, este cuento que el abuelete nos quiere contar...se pone a hilvanar cientos de bordaditos, de subtemas, hasta que saca, de una idea muy breve, un par de cientos de páginas.

Quizá sea esa facilidad para divagar y hacerlo con acierto y agrado para el lector, la que le ha perdido. Hay libros en los que empiezas a preguntarte si estará sacando leche de una alcuza; si le pagan por páginas escritas y le quedan letras por pagar de su casa de Lanzarote... es decir, que una idea que daría lugar a un buen cuento, la estira hasta el tamaño de novela. Cuando notas que el abuelete alarga la historia innecesaria y artificialmente, no puedes menos que sentir algo de tedio. Pero bueno, los abueletes son así, a veces sus neuronas entran en un lazo y no acaban de dar salido. Quizá sea que a los abueletes no les gustan los finales, verán el suyo tan próximo, y lo dilatan el cuento cuanto pueden.

Bueno, esa es mi opinión sobre este entrañable vejete. Si no le hubieran dado el Nobel, sería más entrañable, ya que lo tendríamos para un número limitado de nietos. Ahora, el abuelo está hasta en la sopa.

Sé que mi opinión os importa un comino (hoy estoy fino), y me alegro. Si os apetece leer algo y formaros una opinión, será mejor para vosotros y vuestra salud mental. Os intentaré dar unas pistas.

Aquí va una relación de los libros que me he leído de nuestra amada Sara Mago:

A caverna: Fué la primera novela y la que me prendió. Sobre el mito platónico subraya lo esencial en la vida y la irrealidad del mundo que construímos. Una familia de alfareros se enfrentan al progreso, representado por la amenaza de un centro comercial-estado. Realmente muy buena.

O Evangelho segundo Jesus Cristo: Para quitarse el sombrero y hasta la peluca. En el Portugal ultracatólico levantó un gran revuelo, y sin embargo, es este un Evangelio con una mayor inspiración divina que los de Mateo, Lucas, Marcos y Juán (escritos décadas después de muerto el Cristo). Una gran lección de humanidad, que me tuvo despierto toda una maldita y santa noche hasta que lo di acabado cuando el sol ya se colaba por las rendijas de la persiana. Sin palabras.

Levantado do chão: De bueno en mejor. La vida de tres generaciones de campesiones do Alentejo. Lo admito, son mi debilidad; pero este libro, con algunas canciones de o Zeca, e não preciso de mais nada, nem mesmo jantar. Imponderable.

A jangada de pedra: Después de los tres que venía de leer, un verdadero fiasco. No es que sea malo, que no lo es, pero desde luego está muy por debajo de los anteriores. Es en este libro en el que empieza a desarrollar novelas realistas sobre unas hipótesis imposibles. Una especie de novela de catástrofes naturales, de la realidad forzada al extremo. Saramago disloca la realidad, y con esas reglas de juego extremas, suelta a sus personajes a ver cómo actúan. El escritor fantasea contruyendo un "y si..." a cual más absurdo, para poder sacar conclusiones interesantes. En este caso, la Península Ibérica se resquebraja por los Pirineos, separándose del continente y convirtiéndose en una inmensa isla que navega al encuentro con América.

Todos os nomes: Quizá, de sus novelas, la que más me recuerda a Kafka (El Proceso); sabe transmitir la vacuidad en la vida de un funcionario-tipo, un hombre gris como cantaría Sabina que se enamora de un nombre de mujer, y por amor se rebela a su vulgar destino y débil naturaleza. A ratos pesada, cenicienta, es quizá esa su mejor virtud: sientes lo que debe sentir el minúsculo resorte de un reloj.

Ensaio sobre a cegueira: Por esta novela le dieron el Nobel, la misma que ahora quieren llevar al cine (¡Ave María Putísima, que San Cucufato nos pille confesados!). Volvemos a la novela de catástrofes surrealistas y a ver qué pasa. Los ciudadanos de una ciudad se quedan ciegos; en el caos subsiguiente un grupo de personas intenta sobrevivir. Del absurdo el autor extrae verdades universales sobre el ser humano. Les gustó a los suecos pero para mi no es ni mucho menos su mejor obra. El argumento no daba para tanto.

Memorial do convento: El rey Dom João V manda construir un gigantesco convento en Mafra para agradecer el nacimiento de su primogénito. La vida transcurre para la familia del rey, y para una de las familias que trabajan en la obra. Un lisiado de guerra y una bruja que ve más de lo que desea, un hombre y una mujer, que vuelan en una passarola. Un bonito libro.

O homem duplicado: Otro caso extraño. Un hombre descubre que tiene un doble perfecto en su misma ciudad. Una de las más flojitas en contenido, aún así tiene muchas buenas reflexiones.

Ensaio sobre a lucidez: Otra de catástrofes naturales. Saramago hace esta especie de "prueba del algodón" a nuestras democracias, y sobre todo, a nuestros muy democráticos poderes públicos. El resultado: destiñen. Es quizá la menos arcana de sus novelas, en la que hay menos distancia entre lo que dice y lo que nos cuenta.

As Intermitências da Morte: De nuevo otra, en el que tras establecer una premisa surrealista, el abuelete desarrolla una novela hiperrealista. ¿Y si no muriese nadie? La acción sirve de excusa para colar unas cuantas buenas reflexiones sobre la finitud de nuestra vida. Pero sigue dando la impresión de novela hecha al vuelo, le falta unidad en sus capítulos, coherencia interna. Como el Quijote, tiene dos partes muy marcadas, casi me atrevería a decir que son dos relatos cortos que el autor fusionó en una novela, estirando un poco de aquí y de allá, como un calcetín que no es de tu talla, para que el editor estuviera contento. En mi opinión, si se hubieran quedado en dos cuentos de 30-40 páginas, la historia de la literatura hubiera salido ganando. No así su cuenta corriente.

Objecto Quase: No es una novela sino una colección de cuentos. Muy variados, muy sencillitos unos, otros como el que da título al libro, con un nivel de abstracción mucho mayor. El gobierno de Salazar es una silla. La silla se cae. Muy recomendable, uno de mis libros preferidos (será porque no se enrolla)

O ano da morte de Ricardo Reis: Una de sus primeras novelas y la última que he leído. Maravillosa. Se ve que aún el abuelete no iba de farándulas y tenía tiempo para cuidar que la obra estuviera bien rematada (a sus últimas les faltan dos o tres repasos). No la recomiendo leer sin antes conocer, siquiera de forma somera, la obra de Fernando Pessoa y sus heterónimos (Álvaro de Campos, Alberto Caeiro y Ricardo Reis). En ella se encuentran Ricardo Reis (una de las personalidades literarias de Pessoa) con el propio Pessoa, ya fallecido. ¿Absurdo verdad? No menos absurdo que este plano de la existencia que llamamos realidad. Estupendo libro, uno de sus mejores.



Precisamente de esta novela quería enseñaros un fragmento, en el que Ricardo Reis viaja a Fátima. Su descripción de este santuario mariano en los años 30, en plena euforia nacionalcatólica, es una verdadera joya.

Lo iba a poner pero en mi libro la editorial me conmina a que no lo haga, bajo pena de enfrentarme a la autoridad competente. Sé que podría hacerlo y nadie se iba a enterar. Una de las cosas que más me gusta de mi página es que no la lee ni Dios, especialmente cuando paso con mucho de las 10 líneas (y debo ir bien entrado en las 100). No recuerdo quien decía eso de que la mejor forma de mantener un secreto en España es publicándolo, así seguro que no se entera nadie.

Pues eso, sé que podría reproducir aquí esos párrafos que tanto me han gustado, con total impunidad. Pero por una vez, voy a respetar la ley y no lo voy a hacer. El querido abuelete ha vendido su alma al editor, y no voy a ser yo el que me arriesgue a ver cumplidas las amenazas que lucen en la tapa sobre mi cabeza. No le voy a hacer publicidad y encima recibir el castigo.

En su pecado está su condena: voy a cumplir la ley sobre los derechos de copia. ¡Jódete Saramago! que te quedas sin el honor de ser leído por mis ilustres invitados.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso no se hace! mira que no poner el fragmento...:-P Ahora, me he quedado con curiosidad sobre qué sería...Lo espero en mi correo :-)

Por cierto, tienes todos los libros que nombras? He leído unos cuantos (aún sigo con "El evangelio según Jesucristo", impresionante...), pero quiero más, a ser posible, en portugués...

Sobre lo de hacer aguas estilísticamente, creo que son esos barullos precisamente lo que hacen el estilo de Saramago, es su seña de identidad.

Y no me enrollo más...

1 bico

Anónimo dijo...

A pesar de conocerte nunca dejas de sorprenderme. A diferencia de tí, me dejas sin palabras para decir lo bien que escribes.
Aún tengo pendiente por leer el libro que me regalaste: Todos os nomes, entonces tendremos una charla más realista de este escritor y sus obras.
Bkñs.

Mendiño dijo...

Sip, por desgracia me tuve que comprar todos esos putos libros (encuadernación barata, por supuesto, aún así...una pasta). Ahora está la moda de ponerle el circuito y cuesta tangarlos. Otra cosa es arrancar la tapa en la que viene el circuito y llevártelo puesto :P (total, la tapa es lo menos interesante para los que queremos los libros para leerlos, no para decorar la estantería).

Los tengo en el pueblo, así que si te interesa alguno, dímelo y te lo traigo (con welta, eh?). O mejor una cosa: yo tb quiero pillar otros en portugués. Porqué no me llevas a la tienda esa que me comentaste? Tú uno, yo otro, y luego nos los cambiamos. Fale?

En cuanto al fragmento...mmm, epera, que saco el scanner y te lo paso en un plis. Espero que el reconocimiento de texto no me toque demasiado las pelotas (como es habitual).

En canto a Lobiña...mira que eres pelota. Si ya sé que me toca lavar los platos este finde, so perra, no hace falta que me hagas la rosca...

Por cierto...QUE YO TE REGALÉ QUE LIBRO?!?! Juas! Y un cojón! Nanananana.

:pppppp

Anónimo dijo...

Tienes la memoria de un pez, claro que sí, el año pasado, aunque más que regalo fue porque lo tenías repe só cutre. Aún así sigo por tus chichitas :p, qué harías sin tu agenda-memoria personal, o sea yo ;))