5 de octubre de 2008

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Como entrante, para ir haciendo boca, os dejo este estupendo vídeo:




¿Habéis acabado con los entrantes? Bien, pues ahí va el primer plato. El vídeo va sobre la crisis actual. Un divertimento. Este artículo versa sobre la crisis futura, la grande, cuando las sociedades industrializadas se acerquen al abismo:

Entrevista a la Asociación para el Estudio de los Recursos Energéticos


Y ahora, el plato principal. Os recomiendo que lo mastiquéis tranquilamente. Que apuntéis las cantidades de las tablas, que establezcáis porcentajes, tomaos vuestro tiempo para la digestión. Porque tiene tela.

La producción eléctrica en régimen especial

Los datos son de hace un par de años. Los datos del año pasado podéis descargarlos de aquí e incluso los de hoy aquí.


¿El postre? Si de verdad habéis digerido bien todo lo anterior, dudo mucho que tengáis ganas de tomar postre. Más bien de meteros debajo de la cama y taparos la cabeza con la almohada, con la que se nos viene encima.


Edito: Tomado de la página de Miguel Ruíz: Leer y escuchar. Un divertido vídeo sobre el Peak Oil.




Por cierto ¿tenéis respuesta para el vídeo del entremés? ¿dónde (cojones) está el dinero?
El dinero no existe, lo hemos dicho en este blog muchas veces. Como Dios, las hadas, España o la Santa Compaña, sólo está en la cabeza de los que creen en él.

Eso que tienes en la cartera no es dinero, es un trozo de papel coloreado. tendrá un valor, u otro, o no valdrá nada según lo que el resto de la gente piense. Es, como la eucaristía, una cuestión de fe: de ver a Dios en una oblea de pan ácimo.

El dinero es un convencionalismo social, más desde que dejó de estar referido o soportado por ningún bien material (primero el oro, luego el petróleo...ahora nada). Por eso mismo, porque no está referido a nada, porque no tiene ninguna correspondencia con el mundo real, es por lo que mañana mismo puede venirse abajo el sistema. Los especuladores han jugado tanto con la idea de dinero, que han acabado por quebrarla. Como magos, hacían reproducirse al dinero cada vez que pasaba de manos. Creaban dinero de la nada. El dinero se multiplicaba por generación espontánea cuando movían la varita mágica.

Ahora nos damos cuenta que todo ese dinero no tenía una correspondencia con riqueza material alguna (hablo de riquezas materiales porque la bondad o la valentía aún no cotizan en bolsa). Y si se rompe esa relación, si la gente deja de creer que haya una relación, todo el tinglado se viene abajo. Todo.



El dinero sólo existe en la cabeza de los creyentes. Y el sistema se mantiene porque creen que existe, y que tiene un mismo valor. Pero lo mismo pasa con la propiedad. La duquesa tiene miles de hectáreas de terreno, porque todos creemos y reconocemos que de verdad las tiene. En cuanto dejemos de creerlo, esta señora se queda sin nada. El dinero, como la propiedad, es una idea que tenemos metida. Así como un billete de banco no tiene ningún valor intrínseco (ni para rular un porro valdría), tampoco hay en ningún palmo de tierra nada que afirme que es de fulanito o menganita.

Son fantasmas que están en nuestra cabeza, nada más. Por eso más vale que todos sigamos creyendo en el Dios Dinero. Porque como un día nos levantemos y nos de por negar su existencia...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

...¡la liamos parda! :D

Mendiño dijo...

Pse. Tampoco tanto.

Sólo que las personas valdrán por lo que son, no por lo que tienen.

Se igualará en oportunidades el pijo de Villaviciosa de Odón (me mola ese nombre) con el chaval de barrio de Hortaleza. Y a partir de ahí, que cada uno demuestre lo que vale.

Tábula rasa, debiera hacerse una vez al menos cada cien años. Una revolución.

Aunque lo que yo defiendo, es una revolución pausada, permanente, que sistemáticamente devuelva a todos los ciudadanos al punto de partida. Y a partir de ahí, quien vale, vale.