26 de octubre de 2008

κρίσις

Crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις) es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.


Me encanta la Wikipedia, esta definición es realmente buena. Las crisis son puntos de ruptura de un sistema, a partir de las cuales nada vuelve a ser igual. Estas discontinuidades son traumáticas, pero ofrecen la oportunidad de que lo venidero sea mejor...o peor. Tenemos en nuestras manos una oportunidad de cambio, es una charnela que podemos empujar en un sentido u otro. Para nuestra vergüenza, no la hemos forzado nosotros; nos ha venido dada por las propias contradicciones del sistema. Tenemos que pensar con calma y actuar con fuerza para que esta oportunidad no se nos escape de las manos, mientras contemplamos como la historia nos adelanta, mirando como pasmarotes.




La televisión sólo la uso, por lo general, para ver películas (todas bajadas de redes P2P). Últimamente me ha dado por el cine mudo y el anime japonés. Si veo alguna cadena, es la primera para las carreras de motos, y T5 para la F1 (más raro).

El otro día rompí esa norma: acabamos de comer pronto, ya que habíamos hecho la comida (caldereta de pescado) la noche anterior. Eso nos dio un poco de margen para tirarnos en el sofá. Rompiendo la costumbre, encendí la tele sin encender antes el DVD. Como eran las tres y cuarto, puse la 1ª para ver las noticias. hablaban los premios Príncipe de Asturias. Un interesantísimo reportaje en el que se veía a una mujer del servicio de habitaciones preparando la cama donde presuntamente dormiría uno de los galardonados. Luego salieron imágenes de Nadal con Su Alteza Real (realmente es alto)...

Yo alucinaba. Con la que está cayendo, los mercados entrando en barrena plana y riesgo real de colapso mundial del sistema económico, no se les ocurre mejor imbecilidad que poner a los periodistucuchos que esas banalidades. Me había olvidado del grado de estulticia que destilan los telenoticiarios. No sé si la relación entre la frivolidad de la televisión y la ruina intelectual de la población es de causa o efecto. Probablemente ambas, en un sistema que se retroalimenta.

Recomendaciones de higiene mental del Mendiguiño: apaga la televisión. Desenchufa el cable de la antena. Jamás te compres el puto decodificador de TDT. La coprofagia es un vicio malsano, libérate.


La prensa escrita es también una basura. Lo bueno que tiene es que, intercalado entre periodistas que no saben situar un acento y que se empeñan en escribir sobre lo que desconocen en absoluto, tienen el dinero suficiente para pagar artículos de gente que sí que sabe de lo que habla.

Hoy es Domingo, queda un ratito para las carreras, y me ha dado por qué reflexiones hace la prensa de estas últimas semanas de vértigo. En general, la tónica que predomina es esa: el vértigo, la sensación de vacío en el estómago que se tiene cuando se asoma la cabeza al abismo.

Empezamos por Público (por los clavos de Cristo y las babuchas de Mahoma ¡un corrector ortográfico para este periódico!). Mencionaré los artículos que me han interesado más, de los cuales extraeré algunas frases sueltas que me parecen calve.


¿Y ahora qué?

Nueva York y Londres perderán hegemonía como centros de poder, lo que modificará no sólo la arquitectura financiera internacional, sino también la geoestrategia mundial. [...] Hay que admitir que algunas partes de la teoría de Marx no están tan mal.
Peer Steinbrük, Ministro de Economía alemán.

También vuelve a debate la vieja iniciativa de un impuesto a las transacciones financieras (la tasa Tobin), que se destinaría a corregir los desequilibrios económicos entre países.

Después de la actual crisis, procesos de nacionalización de sectores sensibles -como acaba de ocurrir con los fondos de pensiones en Argentina- no se podrán censurar con facilidad, al menos en el corto plazo. En varios países pobres ha comenzado ya una nacionalización alimentaria.



Cómo compaginar el socialismo con el mercado
Esta crisis es el resultado del desarrollo vicioso del capitalismo financiero. Ahora, el frágil suelo donde se levantó el sistema financiero anterior tiene que ser destruido y sustituido por un orden económico justo y equitativo, que permita a los creadores de valor enriquecerse de forma justa y evite que los capitalistas financieros se lleven la mayor parte de la riqueza.

Tras el fracaso del modelo de consumo americano, basado en el endeudamiento de las familias, habrá que escoger un nuevo modelo de consumo, y aprender a gastar dinero de forma valiosa, pero más prudente.



Un papel importante para América Latina en un nuevo orden mundial
¿Dónde está el FMI? ¿Por qué no da consejos ahora? Porque es su crisis
Luis Ignacio de la Zarza (Lula)


La agricultura ha sido secuestrada por el sistema financiero. En la Bolsa de Chicago se han vendido ya las cosechas de los próximos siete años. ¡Aún no han sido producidas, pero ya tienen dueño!

Sem Terra

Una reflexión sobre este artículo: o la inteligencia de los periodistas de Público no son capaces de escribir un artículo de más de cincuenta líneas, o no creen que la inteligencia de los lectores de Público dé para leer más de esas cincuenta líneas. Aprecio la concisión al escribir, y detesto el emborronar páginas que no aportan nada, pero todo tiene un límite. Lo de Público es una verdadera tacañería de palabras.



Francia. La refundación del capitalismo

Los partidos socialdemócratas que optaron por ser acompañantes de este sistema se han convertido en cómplices.

Susan George

Y la crisis le ha permitido imponer su idea de que el sistema actual es más un sistema de "economía de rentas" son sus términos, desfavorable a Francia, que una sistema mundial de librecambio.


Esto último no lo pongo porque merezca la pena leerlo, sino porque me gustaría que alguno de mis preclaros lectores tuviera a bien explicarme qué viene a decir. ¿Esta frase tiene algún sentido? Ya no es mera corrección ortográfica, es que simple y llanamente hay periodistas que no saben construir una frase. Salen de la Facultad de Periodismo personas que no deberían haber acabado el bachillerato.



Bueno, ahora cambio de diario para irme a El País. Más correcto en su forma, más pestilente en sus fines. Generalmente evito poner en mis enlaces referencias a este periódico, pero incumpliré esta norma debido a la gravedad de la situación. Si el jefe de la patronal pide un receso para el capitalismo, el jefe de CCOO apoya el capitalismo, el ex-jefe del FMI pide la intervención del Estado y el jefe del P$OE se muere de ganas por refundar el capitalismo, podréis permitirme que yo, que no soy jefe de nada, pueda saltarme una pequeña norma autoimpuesta.

Empezamos con un buen artículo de Joaquín Estefanía: El mundo después del crash. Nótese que se usa en estos días el término crash, sinónimo económico de crack, pero sin las reminiscencias de éste. También hay poesía en la economía ¿veis como una sola palabra sugiere un mundo entero?

No podemos descartar un fracaso sistémico y una depresión global. (...) Se corre el riesgo de un desplome del mercado, una debacle financiera y una depresión mundial". El economista plantea que más que una coyuntura en forma de V (caída y pronta recuperación) estamos en otra en forma de U (caída en la que la economía se mantiene un tiempo, para luego ascender), o quizá en forma de L (caída y letargo a largo plazo).


El economista al que hace referencia es Nouriel Roubini. Hasta hace un año, un puto don nadie. Tan nadie, que ni tan siquiera tiene, aún, página en la Wiki en castellano. En la Wiki en inglés podemos saber algo más de él. Cuando todo iba viento en popa, hace un año, advirtió que íbamos al abismo. Ahora que sus predicciones han demostrado ser correctas, se le escucha con reverencia, como un nuevo oráculo de Delfos. Tontería, pues que un análisis sea cierto no quiere presumir su infalibilidad, que como todos sabemos es Benito XVI el único ser humano que la posee.

En cualquier caso, es un tipo que piensa por su cuenta, y a mi modesto entender (no sé nada de economía) razona muy bien. Os aconsejo pasaros por su blog.



El mismo El País tiene hoy un artículo sobre el nuevo máximo gurú y sus teorías.
El miedo domina los mercados, sólo queda la opción de cerrarlos

Los mercados ya saben que los Gobiernos harán todo lo que esté en su mano para apoyar al sector financiero, pero siguen desplomándose. Ya no funcionan, no responden a ningún incentivo, están en un proceso imparable de liquidación de activos, se han convertido en una fuerza destructiva. Cada vez estoy más convencido de que la única solución es un cortocircuito temporal.



Hace dos días, el Ministro de Trabajo e Inmigración, el xenófobo Celestino Corbacho dijo que según los datos de los que dispone, en dos meses la crisis financiera debería estar finiquitada. Yo no sé quién es este señor para que se atreva a abrir la boca. Se desconoce qué autoridad intelectual o académica tiene para ni tan siquiera permitirse opinar, si ni tan siquiera la tiene moral. En la reseña biográfica de su ministerio, despachan sus méritos académicos y profesionales con un "Profesional del comercio". Es decir, tendero. El resto son una interminable sucesión de cargos políticos, que le han llevado a dirigir un Ministerio. Acabáramos. Sus manifestaciones ya me parecen más entendibles viniendo de un tendero sin formación intelectual mínima; que este sujeto haya acabado de ministro me parece menos aberrante desde que conocí y padecí a Corcuera.



Contra la opinión de este paleto de barrio con corbata, está la opinión del tal Roubini. Su biografía es curiosa. Es turco, proveniente de una familia de judíos iraníes. Estudió en la universidad de Jerusalén, se licenció en la de Milán cum laude, y se doctoró en economía internacional en Harvard. Ahora es profesor de economía en la Universidad de Nueva York y presidente de la consultora RGE Monitor.

El impacto en la economía real será muy duro, la recesión mundial es inevitable y durará al menos dos años. Obviamente, no cree posible una recuperación en 2009. Ni que las economías emergentes se salven de la quema. Recita sin respirar una veintena de países que ya afrontan problemas. Y advierte que "para China crecer menos que un 7% o para Brasil menos que un 2% es lo mismo que una recesión, aumentaría la pobreza".

Cuando se le pregunta por la economía española, reparte estopa. "En España, la recesión será más dolorosa, la burbuja inmobiliaria ha ocultado los problemas de falta de competitividad, los avances en productividad son aún más débiles que en Italia, Grecia o Portugal". Y es aún más contundente cuando se le inquiere por Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal. "Con Greenspan y ahora con [Ben] Bernanke, la Reserva Federal ha sido la principal cheerleader de la ingeniería financiera que nos ha llevado a este desastre".

"Cuando la supervisión se guía por la ceguera ideológica se va de un extremo a otro: antes eran defensores a ultranza de una autorregulación que no ha funcionado, ahora parecen la Unión Soviética", bromea.


En fin, tenemos la tesis de Celestino Corbacho, que en dos meses la crisis está finiquitada. Y la de Nouriel Roubini, que dice que esto va a ser la madre de todos los batacazos. ¿En quién confiais más? Hagan sus apuestas, señores...

Nota: Cómo odio que las más altas responsabilidades del Estado se les concedan a personas que no tienen una base intelectual y académica sólida, con un curriculum que en la empresa privada no les daría paso ni a reponedor en un supermercado. La endogamia partidista está en la matriz de casi todos los males de nuestra sociedad. El favoritismo y el nepotismo son también formas de corrupción, opuestas a la meritocracia que debiera existir en todos los órdenes de la vida.

Es decir, que el puesto, para quien más se lo merece. No para quien más culos ha lamido.

Perdón con la digresión, continúo con el artículo de Estefanía:

[...] un escalofrío en muchos ciudadanos en forma de inseguridad: no sólo miedo al terrorismo y a otras formas de inquietud ciudadana, sino a la inseguridad económica y el temor al otro, al diferente, al que compite con el puesto de trabajo y carga de obligaciones al Estado de bienestar.


MIEDO

A finales de los años setenta y principios de los ochenta se inició la revolución conservadora, que tuvo sus principales ideólogos en Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y su continuidad en los neocons que han gobernado en la Casa Blanca y en la Reserva Federal. [...] En ella había dos conceptos sacrosantos: que las reducciones de impuestos se autofinanciarían y que los mercados financieros podrían autorregularse. Pues bien, el balance es clarificador: Reagan y Bush dejan a EE UU con gigantescos déficit, [...], y de las secuelas de la autorregulación del mercado financiero tenemos suficientes ejemplos catastróficos en los últimos meses.


La crisis traza una frontera, la del final (por ahora) de otra edad dorada: el crédito fácil, la liquidez extrema, los riesgos fuera del balance, los sueldos astronómicos de los grandes ejecutivos ligados a la creación de valor a corto plazo y no a la calidad de lo que se fabrica o con lo que se trabaja, los cambios legales para facilitar la especulación sin límites y las zonas de sombra (el capitalismo gris), una psicología mediante la cual los ahorradores se convirtieron en inversores y los inversores en activos apalancados, la autorregulación como pretexto para administrar sin límites, etcétera.



Frente a este análisis está la pizpireta Espe, que dice, con su habitual desparpajo que "la crisis es consecuencia de un exceso de intervencionismo estatal". Alucinante. La profundidad del pensamiento de esta señora es del grosor de un papelillo de OCB. Este personaje es capaz de prescindir absolutamente de la realidad, a la hora de hacer sus reflexiones. Se ha pasado el último mes queriéndonos convencer de que la crisis económica española nada tenía que ver con las hipotecas subprime, y todo era culpa de Zapatero y su gobierno, según la salmodia popular monocorde.



Nada merece más el necio que conseguir aquello que pide. Según ella, "la Administración tiene que abstenerse de interferir en la vida económica". Estupendo. Estamos de acuerdo. Déjese de inyectar dinero a los bancos y que ellos se las apañen como puedan. Nada me haría más placer que ver caer gigantes financieros, que hace sólo unas semanas tenían más poder que países enteros. Por mi, que siga la gigantomaquia.

Y nada me produce mayor desasosiego que ver como el dinero de los ciudadanos se emplea en mantener con vida las corporaciones privadas que los desangran. Estamos alimentando a nuestros carceleros, y estamos demasiado adocenados para reaccionar y quitarnos esa losa ahora que están convalecientes. ¿A qué esperamos, a que vuelvan a revivir? Bravo por la el sentido estratégico de nuestros leaders de la izquierda. No se enteran ni por donde viene el viento. Esos no saben ni mear sin salpicarse los zapatos, pandilla de impresentables.


Bueno, vamos con otro artículo, en el que explica de forma amena uno de mis temores, al ver cómo se derrumbaba el precio del petróleo. Prefiero que lo explique él.
Rescate (y refuerzo)

Sin embargo, me resulta imposible pasar por alto que cuando la gasolina estaba a 84 céntimos el litro cambiamos, y mucho. Los estadounidenses usábamos menos el coche, contaminábamos menos, hacíamos más ejercicio, utilizábamos más el transporte público y, lo más importante, abrumábamos a Detroit con pedidos de coches híbridos y eléctricos más pequeños y de menor consumo. Las industrias de energías limpias y eficientes -uno de nuestros pocos motores de creación de puestos de trabajo de verdadera calidad que quedan- experimentaron un crecimiento récord.

Pero, con el poco crédito disponible en la actualidad para la creación de nuevas empresas, la bajada de precios del petróleo que dificulta la ampliación de las energías renovables existentes, como la eólica y la solar, y una economía débil que hace casi imposible que el Congreso apruebe un impuesto sobre el carbono o la gasolina que haga la energía limpia más competitiva, ¿qué será de nuestra revolución ecotecnológica en ciernes?

El momento actual me parece una reposición de una mala película de los años ochenta. Y sé cómo acaba: volviendo a caer en el vicio del petróleo y de la OPEP, y también en una corrosiva incertidumbre acerca de nuestra economía, nuestra balanza comercial, nuestra seguridad y nuestro medio ambiente.



También El País nos ofrece un interesante artículo de uno de los economistas más importantes de este siglo: Paul Samuelson.
Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek

En el fondo de este caos financiero, el peor en un siglo, encontramos lo siguiente: el capitalismo libertario del laissez-faire que predicaban Milton Friedman y Friedrich Hayek, al que se permitió desbocarse sin reglamentación. Ésta es la fuente primaria de nuestros problemas de hoy. Hoy estos dos hombres están muertos, pero sus envenenados legados perduran.

Desde que Ronald Reagan fue elegido para ocupar la Casa Blanca, en 1980, Estados Unidos se ha ido convirtiendo gradualmente en un país de derrochadores en los planos familiar, empresarial y público, como buenos derechistas radicales partidarios de la oferta.

Los programas de "conservadurismo compasivo (sic)" prometidos por George Bush resultaron ser un programa de enormes recortes tributarios exclusivamente para gente como mis prósperos vecinos.

El fomento deliberado de la desigualdad no aceleró la productividad total de los factores en Estados Unidos. Por el contrario, la obscena subida de los emolumentos de los altos directivos volvió disfuncional todo el sistema de gobernanza (Nota del Mendiguiño: ¿?) empresarial. Los directores generales de carrera se lo montaron muy bien contando mentiras sobre los verdaderos beneficios de las empresas. Incluso después de que los descubriesen, se fueron al banco con una sonrisa de oreja a oreja.

La ingeniería financiera es lo que nos permite pasar del apalancamiento cero hasta, pongamos, un apalancamiento de 50 a 1. Y cuando el riesgo acumulado resultante explota, de nuevo todo lo que ocurre es que el director general y el director financiero se van al banco partiéndose de risa por el camino.


Nota: Apalancamiento es un término económico que viene a ser la medida del nivel de endeudamiento en el que incurres para comprar algo. Es decir, compras con un dinero que no tienes, que pides prestado. Lo de apalancamiento suena mejor que endeudamiento, sin duda.

Lo cierto es que estamos todos bien apalancados. Es decir, bien jodidos.

10 comentarios:

wenmusic dijo...

Muy interesante, aunque desalentador.

Aunque sobre la televisión, aún queda un 1% de cosas muy interesantes, que me encanta ver.

Sobre el corrector, bueno: No para quien más culos a lamido. :-P Es normal, con estas parrafadas que pones poco te equivocas, la verdad.

Mendiño dijo...

Ups!

(rubor)

Esa es gorda. Muchas gracias por avisar, Wen. La verdad, es que acabé de publicar y ni lo revisé, salí pitando. Seguro que hay alguna más por ahí.

¿Desalentador? Bueno, sí, claro. Pero prometedor, al mismo tiempo.

Anónimo dijo...

Y quien es Benito XVI ??
:P

Mendiño dijo...

Éste es Benito XVI

XD

No, en serio. No coincido en nada con ese fulano, pero le tengo un gran respeto pues es una persona inmensamente culta. Lo de Benito no lo digo por ofenderle, sino simplemente porque es la traducción del nombre latino Benedictus.

Así como en gallego decimos que el obispo de Roma es Bieito XVI, en catalán se dice Benet XVI, o en francés le llaman Benoît XVI.

El término latino benedictus se traduce en castellano por bendecido (bien dicho) o, con el participio irregular, bendito. Con el paso del tiempo, el nombre fue deformándose hasta convertirse en Benito.

Y si hablamos en buen castellano, habremos de decir Benito XVI, igual que llamamos San Benito a Benedictus de Nursia, fundador en el s.VI de la orden benedictina.

Sería demasiada pompa que a uno de los mayores santos de la Iglesia Católica podamos usar su nombre en castellano, San Benito, y para Ratzinger tuviéramos que emplear el latinajo de Benedicto (que es algo así como llamar currículo al curriculum, un término latino castellanizado a la fuerza). Es impropio e innecesario, existiendo en nuestra rica lengua ya un nombre, con gran tradición dentro de la Iglesia española, añadiría: Benito.

wenmusic dijo...

[Fuera de tema]:

Mendi, ¿eres tú éste? XD

Mendiño dijo...

Siento desilusionarte, pero mi mendicidad no es de dinero.

Me ha parecido emocionante la historia. Hay más gente como este belga de la que mucha gente piensa. Y harían falta muchos más.

Y muchos menos policías, que molestan a quien ningún daño hace. Y muchos menos fascistas, que agreden a quien no se puede defender (narra cómo le dieron con un bate en la cabeza, le rompieron la tienda y le robaron sus cosas).

Hay quien no acepta que haya otras formas de vivir.

No les basta con tirar su vida, sino que también tienen que joder las vidas de los demás.

Ratzinger, por ejemplo.

Si paso por Lugo por tiempo, me gustaría conocer al fulano ese. Gracias Wen!

Anónimo dijo...

Cosa más rara... si no es por halón disparado me pierdo este post. No sale en los feeds del google reader.

Avisado quedas, mediguete.

Mendiño dijo...

Sigo insistiendo: deberíamos buscar una alternativa a Google. Le estamos dando un monopolio como se lo dimos a Microsoft.

Incluso más peligroso, porque lo que no es indexado por Google, es como si no existiera.

Yo no me pierdo ningno de los tuyos...como no utilizo ningún asociador. Eso sí, así siempre llego tarde a todas las peleas. Cachis...

Anónimo dijo...

jajajaja. Pero doy fe que cuando llegas animas el cotarro.

Mendiño dijo...

Corbacho dijo que en dos meses llegaría la recuperación. Bien, los dos meses han pasado, y ahora dice que los próximos meses aumentará el paro, pero que no cree que lleguemos a los cuatro millones de parados

Creo que esas declaraciones nos han encendido a todos los luces de alarma. Ya nadie duda de que habrá más de cuatro millones de parados (excusatio non petita...).

Lo que me hace gracia es que el Ministrillo aconseje a los parados que aprovechen para FORMARSE. ¿No sería mejor que él aprovechara para hacer lo propio? ¿Acabó el bachiller, el señor ministro?