26 de febrero de 2008

Coños

Javi me pasa una cadena bloguera (meme) para que calcule cuántas veces se repiten algunas palabrejas raras en este cuchitril.

Lo primero que he ido a buscar, como pre-adolescente con un diccionario en sus manos, es las veces que aparece:

coño site:http://lamiradadelmendigo.blogspot.com.

Pues bien, parece que he escrito la palabra coño unas 64 veces. ¿Tan pocas? -Pensé. Más 9 veces más usado en plural (que aún está mejor), hacen un total de 73. En cuanto publique ésto, habrá subido la cuenta.

Cuando el hombre aprendió a dibujar, lo primero que dibujo, fue un coño. Fuera hombre que lo deseaba, o mujer que se enorgullecía de él, no lo sabemos.



Sorprende que este grabado, aún hecho por las toscas manos de un (o una) neanderthal, coincida exactamente con el símbolo que representa a la mujer en la caligrafía sumeria. Emocionante, varias decenas de miles de años entre medias, especies diferentes...y el mismo símbolo.

Es una suerte que Google me devuelva las veces que he escrito la palabra coño y no las veces que, escribiendo, me he quedado absorto pensando en uno. Tanto reflexionar sobre juiciosas razones, y al final todo se posterga por estar en ese rincón calentito y húmedo.

Cuando Courbet pintó este cuadro, y lo titulo "L'origine du monde", estaba seguro que iba a causar revuelo. No es lo grave mostrar la anatomía femenina desnuda, sino sacralizar su coño hasta convertirlo en Dios Creador. No me cabe mayor homenaje a la mujer y su cuerpo, tantas veces condenado al ocultamiento y la culpa.



Y con esto y un bizcocho, salvo el embolao en el que me había metido Javi, mientras rumio la forma de devolvérsela con creces.


P.S II: Pornografía antigua, diosa madre moderna (leer los comentarios, para saber de que va la hsitoria)












P.S: Y de regalo, un vídeo cogido chez Idro:

Reportaje: "Como las ratas son las primeras en abandonar el barco" o "Tras una guerra nuclear solo existirían las cucarachas y la Iglesia" (Nota, lo de las cucarachas no es verdad).


www.Tu.tv

11 comentarios:

Campu dijo...

Mendiguiño, eres un copión.
;)

Creo que Courbet no fue quién le puso este título al cuadro. Claro que, nunca se sabe, porque la historia y la leyenda se mezclan al gusto... y sobre todo en casos como el que relata las vivencias de una pintura tan sumamente erótica del siglo XIX...

Me quedé con ganas de verla en París. Y me pregunto si el color virtual se aproxima algo al real...
Es realmente sorprendente este Courbet.
Me gusta.

Por cierto, el otro día metí "Campurriana" en Google y aparecía tu cuchitril mucho más que el nuestro...
:)

Campu dijo...

Por cierto, 52 veces Mendiguiño...y eso que no he contado Mendigo u otras variantes...
:P

Mendiño dijo...

Uf! Si, el color...lo he visto de todos los tonos, más fríos, más cálidos.

A saber qué tono empleó Courbet cuando lo pintó, y eso que es un lienzo bastante reciente.

Lo del título...es cierto, creo que cuando lo expuso no llevaba título. ¿O algo así era la historia, no? Ná, si sabes algo, cuenta, cuenta.

Por cierto, que a mi no me parece erótico ni el cuadro ni el coño. Más bien imponente, soberbio, altivo...

Campu dijo...

Le remito a mi pequeño cuchitril...
;)

Más bien, erótico-festivo...
:)

Mendiño dijo...

Sorprendente coincidencia.

No habrá cuadros en el mundo, para que pongamos en espacio de dos días el mismo.

Curioso.

flor de un día dijo...

Qué guai, lo de la escritura. Me ha gustado. Lo de los ideogramas de “mujer” y de “esclava” me sonaban. Curioso. Llegar a imaginar los inicios de algo tan complejo como el lenguaje... Me parece fascinante.

Por lo de la pintura y lo de sacralizar un coñito... Realmente, siempre ha pasado con todo lo que tuviera un significado oculto; todo lo que no se llegara a entender, o se divinizaba o se desprestigiaba (normalmente ligándolo al mal). Un coñito o una pollita siempre debieron de ser algo mágico. Para mí aún lo son, en cierta manera.

Hace poco, mirando en un librito, encontré a la diosa Sheela na Gig. Le han atribuido muchos significados (de nuevo, algunos perversos y otros deificantes); yo me quedo con el de diosa ligada a la naturaleza y a la fecundidad. Me parecieron especialmente llamativas sus representaciones. Muchas veces he visto en las iglesias figuras bastante explícitas o casi humorísticas, pero me sorprendió que ésta tuviera los atributos tan sumamente exagerados. Quizás un agujerito, o una pose divertida, un personaje grotesco incluso... Pero ese peazo coño... Me llamó la atención.

Algo así como con el cuadro de courbet. Rotundo, directo, sin monsergas. Esto es un coño. Uno de verdad, sin añadidos “edulcorados” que puedan distraer al que lo observa. Yo creo que fue eso, lo que debió “herir” a más de uno. No había tanta claridad, desfachatez, frescura, a la hora de plasmar el sexo de una mujer o el de un hombre. Se ocultaba mucho (no sé por qué hablo en pasado). En la misma blancura mostrada normalmente (la virgen y santa inmaculada), se interpone un ovillo de confusión y vergüenza que no hace otra cosa que añadir dificultades y falsedades, rodeos (la misma virgen, debía tener un coño, como toda mujer, y eso aún hoy no se traga). Este cuadro es sincero. No creo que intentara reflejar algo bonito o sensual, sino simplemente el sexo de una mujer. Además, la mayoría de desnudos estaban destinados a las diosas y los dioses, a la mitología o a alguna leyenda antigua o más clásica. Una mujer mostrándose tal cual era, como mujer, no podía concebirse. Recuerdo ahora mismo la Olympia o El desayuno campestre (déjeuner sur l’herbe, creo que es). Esos dos cuadros no exhibían (en cuanto a cantidad de piel) nada que no se hubiera visto antes en muchas otras pinturas, lo único que los hacía algo diferentes era que mostraban a dos cuerpos femeninos pintados con las pautas que se habían utilizado casi siempre para pintar a diosas, pero siendo mujeres de la burguesía, en un caso e incluso de la plebe, en el otro. De nuevo, la blasfemia soez del artista, que pone al mismo nivel a una prostituta y a una virgen, una diosa o una preciosa ninfa de la mitología griega.
Algunos no lo ocultan y otros intentan por todos los medios que los demás no lo muestren.

Y sí que es una suerte, sí, que no haya todavía un “captador de pensamientos”, que si no, ya me veía yo escondiéndome bajo la cama... ;)
Puede que tú incluso hubieras reventado el contador, de existir uno...
:p

Campu dijo...

Curioso lo de estas tallas de mujer... Muy interesante la aportación, Flor de un día...
Por cierto, debo ser rarita porque yo sigo encontrando erotismo en este cuadro de Courbet, amante del sexo y de las mujeres...
:)

Mendiño dijo...

Florcita, mientras no inventen un detector de sátiros...estoy seguro con mi pata de cabra.

XDDDDD

Sí que es cierto, son muy interesantes esos modillones con forma de mujer abriéndose el coño de par en par.

Con tu permiso, retoco un poco la página, para ponerlos en relación con la pornografía actual.

Sí que había oído lo de exortizar a los demonios levantándose la falda. Sin embargo, entiendo que su aparición en las Iglesias es como mera representación grotesca, como otras muchas que conocemos. Bien pudiera estar equivocado, claro.

Campu, a ver si nos estamos cambiando de acera a la vez...yo, sinceramente, no le encuentro especial atractivo.

Anónimo dijo...

A mí lo que me ha sorprendido es la cantidad de vello que rodea al coño. ¡Ni me acordaba! XDDD

flor de un día dijo...

Sí, me imagino que al incluirlas en las iglesias no sería más que para hacer una especie de caricatura de los excesos. Pero a lo que me refería era a su origen. Me inclino a pensar que la figurita podría haber tenido un origen algo más alejado a ese románico (aunque grave y sobrio) pendenciero y burlón.

Mendiño dijo...

Ni quiero acordarme, José Manuel, ni quiero acordarme... ;)


Florcita, no lo sé. A mi no me parece una "Venus" prehistórica, ni una "Diosa Madre".

Como te dije, pudiera estar equivocado. Quizá nos dejemos llevar por la moralina, y creamos que la Edad Media era esa época de caballeros armados y doncellas en sus torres. Sobre todo la Baja Edad Media es una época de lento crecimiento económico y cierto bienestar. En la sexualidad eran bastante más abiertos que hoy en día. No creo que lo hicieran con propósito moralizante (representación del pecado de la lujuria) sino símplemente un "divertimento" en piedra, una forma de reírse un rato de sí mismos.

Esos canecillos, al revés de otras partes de la Iglesia, no tienen una función didáctica o ejemplificante: muchas veces son geométricos o florales. Otras animalísticos. Y cuando son antropomorfos muchas veces no representan escenas a las que se le pueda asociar contenido moral.

Creo que nos los tomamos más en serio ahora de lo que se lo tomaron ellos en su tiempo.