26 de junio de 2006

La indiferencia

Me pareció curioso este artículo sobre el problema de la vivienda, visto desde una óptica marxista. Aun disintiendo en algunos puntos, y considerándolo demasiado doctrinario en otros (Engels fue un pensador, no un profeta) como suele ser costumbre entre los comunistas (me recuerdan a los curas, siempre citando "el libro") .

Sin embargo, ofrece un punto de partida para un análisis riguroso del problema, mucho más de lo que ofrecen los partidos tradicionales. La propuesta "socialista" del PSOE es una verdadera bofetada. Esto es burlarse en nuestra puta cara.
Como decía, este análisis sobre el crecimiento geométrico de los precios de la vivienda contiene reflexiones muy interesantes, como esta que me tomo la licencia de transcribir:

...Por otra parte, a través de la hipoteca y del cobro de intereses la plusvalía es revertida a la clase capitalista. De este modo, el modelo de crecimiento económico consiste ni más ni menos que en la transferencia neta de rentas de las clases bajas y medias a las clases altas.

En comparación con cualquier otra actividad económica, la actividad inmobiliaria, que al no ser una actividad productiva no genera plusvalía en el sentido marxista y por tanto es inhábil de redistribuirla al no existir ésta, encuentra a través del endeudamiento y la hipoteca de los trabajadores el mecanismo perfecto para reabsorber la plusvalía de los trabajadores, hasta que la fuente de renta se agote y el modelo se estanque.

Según datos del Banco de España, las familias destinan más del 57% del salario medio bruto a pagar el piso (los propios bancos consideran como óptimo el 33%, mientras que organizaciones de consumidores sitúan el porcentaje ideal en el 10%), un trasvase brutal de plusvalía a los bolsillos de los grandes consorcios de la construcción y de la banca, los beneficiarios del actual sistema.


El análisis es certero, no puedo estar más de acuerdo.


Ahora, vamos a dar otras noticias que no tienen nada que ver con lo anterior.

Por supuesto, ver cualquier relación con la especulación inmobiliaria no se le puede ocurrir más que a un rojo, separatista y masón. Y además, maricón. :p


A estas alturas quizá alguien se pregunte el porqué del título. ¿La indiferencia? Pues si, la indiferencia de las nuevas generaciones ante la política, las cuestiones sociales, la macroeconomía. Se creyeron la mentira que si estudiaban mucho, se portaban bien y le comían a tres tiempos la polla a su jefe, podrían triunfar y tendrían una tranquila y feliz vida.

Ahora se encuentran con una hipoteca mayor que sus ilusiones a la que seguiran encadenados de por vida, impidiéndoles albergar esperanzas de ahorrar más que para pagar antes al banco. Para pagar al banco por la vivienda que nosotros mismos construímos. Curioso.

Me recuerda a los tiempos del Bajo Imperio, en que los colonos fueron arruinándose por la subida del nivel de vida y las sucesivas devaluaciones del denario. La esclavitud por deudas se convirtió en algo frecuente e incluso deseable, ante la imposibilidad de los pequeños agricultores de sobrevivir sin la protección de un señor. Así nació el feudalismo.

Es obvio que un trabajador que gana lo justo para vivir y pagar la hipoteca, no estará en una posición de fuerza ante el empleador. Con una hipoteca y tipos de interés altos que hagan que el nivel freático te llegue al cuello, no estás para replicar al jefe. Comes cualquier polla que te pongan por mantener ese trabajo porque si lo pierdes, y en breve plazo no encuentras otro, dejas a tu familia en la calle.

Los persas aqueménidas tenían dos grandes preceptos:
  1. Jamás mentir.
  2. No deber dinero.
La segunda es consecuencia de la primera, porque argumentaban que una persona con deudas forzosamente se verá obligada a mentir. Así pues, quien tiene deudas no tiene honor ni libertad hasta que las salda.

Una población endeudada es una población esclavizada, con las manos atadas para reclamar lo que es suyo. Su sistema (absolutamente legal) está poníendonos los grilletes para varias décadas.

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