19 de enero de 2009

Linchamiento



Ver a dos hombres peleándose es un espectáculo lamentable. Con el paso del tiempo, la humanidad, en su progreso civilizador, debería haber creado estrategias de resolución de conflictos que nos eviten comportarnos como animales.

Pero, con todo, hay espectáculos mucho más lastimosos: el de un hombre moliendo a palos a otro, indefenso.

La obligación del espectador es la de, sin medias otra consideración, defender al maltratado y arrebatar el palo al agresor.

Detener la agresión y emplazar a las partes a resolver sus diferencias por un método más justo que no el de la violencia.

Esto, convendrá todo el mundo, es la obligación moral de todo ciudadano que se tenga por justo. Desde luego, es la opción preferible y civilizada.

Si el espectador no tiene una conducta tan irreprochable, su cobardía puede más y no se atreve a interponerse en la agresión, pero al menos le queda un poso de honor, acercará un palo a la víctima para que, al menos, pueda defenderse del ataque en igualdad de condiciones.


Sin embargo, en el conflicto israelopalestino, la comunidad internacional obra de manera muy distinta, en un ejercicio supremo de cinismo: mientras provee de palos al agresor, procura que la víctima no reciba apoyo alguno.

En nombre de la paz.

Y en esas condiciones, después de molida a palos la víctima, la sienta en una mesa de negociaciones con su agresor, urgiendo a la víctima para que llegue a un acuerdo.

También en nombre de la paz.


Curioso concepto de paz, interesante noción de la justicia que tenemos en el civilizado occidente.

5 comentarios:

Javier dijo...

Siendo víctimas civiles la mayoría de los dos bandos, esa analogía con dos hombres en lucha se difumina. Yo no arengaría a mi gobierno, o apoyaría de forma particular tal intervención. Me sentiría cómplice directo de los siguientes asesinatos.

Mendiño dijo...

No, creo que no me he explicado.

Los dos púgiles en el ring (el de la derecha es Lamotta) los puse como ejemplo de combate violento, pero equilibrado. Ambos con las mismas armas, de la misma categoría...

En nada se puede comparar al linchamiento que hemos presenciado estos días.

¿intervención?

Javier, has leído mis anteriores apuntes. Cuando hablo de desarmar a Israel, evidentemente no hablo de un desembarco para hacerse con los arsenales nucleares y demás armas tácticas. Es de cajón.

Hay formas mucho más sutiles y efectivas: pegando cerrojazo a su tráfico marítimo. Aislando política y económicamente a Israel en tanto en cuanto mantenga la ocupación sobre la mitad de Palestina que no le corresponde.

Esta es la forma civilizada de resolver el asunto; pero tenemos que llevarla a cabo otros países, es nuestra responsabilidad.

Si no la llevamos a cabo, a los palestinos no les queda otra que luchar. Y entonces, al menos, deberíamos armarlos.

La política internacional, como la interior, como cualquier sistema sea físico, químico...tiene que basarse en el equilibrio. Si no existe equilibrio de fuerzas, hay tensión, presión. En el caso de sistemas humanos: opresión.

Mendiño dijo...

La ONU acusa a Israel de crímenes de guerra en su ofensiva contra Gaza

Javier dijo...

http://www.radionacional.com.pe/index.php?option=com_content&task=view_notp&ncid=14&id=15690&Itemid=1h

Mendiño dijo...

Javier, son unos bocazas, no les queda otra forma de pelear más que con la lengua.

"Arsenales". No tenían nada con lo que enfrentarse al Tzahal. Han estado provocando a Israel para al final haber hecho el ridículo en las calles de Gaza.

Alabo su valentía, pero sólo con arrojo suicida no se gana una guerra. Mientras los palestinos no cuenten con una potencia militar mínima para hacerles daño aunque sea en pequeños golpes puntuales, van a seguir siendo pisoteados, humillados, masacrados.

Ni tenían nada, ni mucho menos les está entrando (tampoco tienen con qué pagarlo).

Sigo diciendo que sería preferible la vía civilizada: cerrojazo a todo el tráfico marítimo y terrestre con origen y destino en Israel, hasta que no se retire a las posiciones antes del 48.