26 de noviembre de 2008

¿A cuánto, el kilo de cultura?



El Ministro de la Industria del Entretenimiento, César Antonio Molina, hablando de la descarga de archivos en internet:
"Lo que está claro es que hay que respetar los derechos de autor. Eso es algo sagrado."

Bien, este es un país aconfesional, en el que cada uno puede profesar la fe que libremente escoja, sin que el Estado pueda adoptarla como propia. El señor Molina, como tantos otros, es acólito de la religión del dinero, del lucro, de la propiedad privada por encima del bien público.

Mi religión es muy otra: mi Dios es la Libertad. Así como el señor Molina, Ministro de Editoriales y Discográficas, considera que la propiedad intelectual (una contradicción en los términos, como inteligencia militar) es sagrada, yo tengo por sagrado el libre y universal acceso a la información y el arte.

El interés público es un bien de naturaleza superior, al cual el interés personal de unos pocos debe ser supeditado.

El acercamiento del proletariado a la cultura es una de las bases del pensamiento de izquierdas desde la 1ª Internacional, como único camino emancipador del género humano. Sin esa premisa, no puede existir democracia, y podríamos afirmar que no existe ni sociedad, sino reata de mulas o jauría de lobos.

De la misma forma, la compartición de la información es una condición necesaria para el desarrollo técnico y humano de la sociedad.

El Ministro de Sony y de la $GAE ha dicho:
Cuando alguien baja una película de Internet de forma fraudulenta es igual que si vas a un comercio, la robas y te pita el detector.

Es decir, este ministrillo está llamando ladrones a varios millones de españoles, entre los cuales me cuento. ¿Quién es este coruñés para insultarme? ¿YO, UN LADRÓN?



¿Pero quien es este monigote para hablar así? No pertenece al legislativo, quien debe redactar las leyes. Este señor no es ningún juez, para dictaminar si una conducta es delictiva. De hecho, este señor, por decir algo, replica las decisiones judiciales que dejan bien claro que enlazar a programas P2P no es un delito.

E incluso, se atreve a contradecir ¿pero con qué autoridad? a la Fiscalía General del Estado la cual, en su Circular 1/2006 dice claramente:

…las conductas relacionadas con la utilización de nuevas tecnologías, para la comunicación u obtención de obras protegidas, tales como las de colocar en la Red o bajar de Internet o las de intercambio de archivos través del sistema P2P, sin perjuicio de poder constituir un ilícito civil, frente al que los titulares podrán ejercitar las correspondientes acciones en dicha vía, no reúnen, en principio, los requisitos para su incriminación penal si no concurre en ellas un ánimo de lucro comercial.



“En todo este marco de nuevas tecnologías de la sociedad de la información, debe partirse de la necesidad de coordinar la protección de los
derechos de los titulares frente a las conductas vulneradoras, con los derechos de los usuarios de los servicios de la sociedad de la información, sin que
resulte posible, ni efectiva, una criminalización generalizada de la sociedad”.

“El elemento del ánimo de lucro debe ser interpretado, no en el sentido amplio de obtención de cualquier tipo de ventaja, utilidad o beneficio, sino en el sentido estricto de “lucro comercial”.


Pues el artículo 270.1 del Código Penal exige que exista ánimo de lucro para que la distribución de archivos por internet sea considerada delito. Y en todo caso, estamos hablando de la subida, pues la descarga en ningún caso puede ser considerado como delito.

Entonces, al señor Molina lo que le queda CUMPLIR LA LEY, y no inventarse otra. Él no es quien ni de hacer leyes para enchironar a los internautas, ni de aplicar las leyes existentes para tal fin. Es sólo el representante de las multinacionales del entretenimiento en el Consejo de Ministros, cuyos intereses defiende en contra del bien común.

La $GAE lleva tiempo queriendo convertirse en legislador, y dictar leyes al margen del Parlamento. Entre otras, quiere identificar al ciudadano que se descarga películas como delincuente, mensaje que va calando entre la gente corriente, que no conoce el ordenamiento jurídico de nuestro Estado. La $GAE diseña campañas publicitarias que luego son pagadas por el Ministerio de Cultura, es decir, con dinero público, en la que se insiste en la criminalización de internet. La última: Si eres legal, eres legal (si, es triste, su inteligencia no da para más; uno diría que si se junta el MINISTERIO DE CULTURA y la $OCIEDAD GENERAL DE AUTORE$ Y EDITORE$...podrían ingeniar un lema más agudo. Pero no.

Esta criminalización de las descargas por internet, al margen del ordenamiento legal, tienen la clara finalidad de preparar a la gente para un cambio en la legislación. Así, no será difícil hacer una ley que sancione las descargas, cuando casi todo el mundo cree que ya son ilegales.

Al señor Molina, cuando me insulta llamándome ladrón y pirata, tendré que recordarle el Capítulo 1 del Código de Derecho Penal:


Artículo 205.
Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.

Artículo 206.
Las calumnias serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos años o multa de doce a 24 meses, si se propagaran con publicidad y, en otro caso, con multa de seis a 12 meses.

Artículo 207.
El acusado por delito de calumnia quedará exento de toda pena probando el hecho criminal que hubiere imputado.


Así pues, Ministro Molina: si soy ladrón, demuéstrelo. Y si no, a la cárcel. O a la mierda.

Este ministrillo es culpable de la mercantilización de la cultura, y la postración ante los intereses de la industria del ocio y del entretenimiento (fundamentalmente angloestadounidense). Su interés no es promover el conocimiento, sino obligarnos a pasar por caja cada vez que queramos disfrutar del arte o de la información, y criminalizarnos cuando tratamos de conseguirlo por otros medios.

Este ministrillo de opereta, quizá desconoce que en la historia de la creación artística, ya desde los tiempos de Roma, en muy raras ocasiones el autor se ha hecho rico con el producto de su obra. Y sin embargo, Cervantes no dejó de escribir en la prisión de Sevilla, las andanzas del ingenioso hidalgo. Ni Mozart su requiem cuando apenas alcanzaba para comer todos los días.

Hoy en día, con la $GAE detrayendo enormes sumas de dinero de la sociedad, sigue siendo privilegio de unos pocos el vivir de la creación artística. El grueso del pastel se lo reparten los proxenetas de la cultura, los que deciden en última instancia qué se escucha y qué se lee, y qué no: hablo de las editoriales, las productoras y las discográficas. Su negocio es caduco, ya no tiene sentido en la sociedad en que vivimos. Es tan absurdo una editorial en un mundo con ordenadores personales y procesadores de texto, como el oficio de aguador en una ciudad con agua corriente.

Esta industria está condenada a desaparecer. Está ya muerta, lo que pasa es que aún no se ha dado cuenta.

Hay que superar antes esta tutela de la industria sobre el arte, y acercar al autor a su público, sin intermediarios. Pergeñar otro sistema de retribución al autor por el fruto de su obra que permita dedicarse a la creación, rara habis en nuestros días.

El modelo actual es el más dañino: pues se recauda una enormidad de dinero de los ciudadanos (377 millones de ouros el año pasado), que no acaba sirviendo para retribuir el trabajo de los creadores e intérpretes (que, la gran mayoría de las veces, tienes que tener otros trabajos para ganarse la vida, dar clases de música, periodismo, profesor en institutos u otras aún menos relacionadas con su actividad artística).

Como propuesta, hace tiempo que nació este portal: Devolución que, desgraciadamente, no ha tenido todo el eco que considero que merece la propuesta.

Otra mucho más simple es creando un organismo PÚBLICO (con cuentas auditadas y todos los controles para evitar malversaciones) para retribuir a los autores de las obras. Todo autor tiene la OBLIGACIÓN de poner a disposición del público su obra en la red. A cambio, este autor recibirá una compensación económica, que puede estar en función de la calidad artística objetiva y del número de descargas y presencia en la red. Pero que nunca sea una relación lineal ventas-ingresos, para que no haya un Bisbal que gane más que miles de artistas (estos de verdad) desconocidos, anónimos.

Y quien quiera comprarse un CD o libro de papel, o un vinilo...que vaya y lo compre. Pero sin coacción y criminalización.

Otras páginas desde las que se defiende el derecho de los internautas y se aboga por la liberación del arte y la información de las garras de la industria y el mercado:
Jorge Cortell
Asociación de internautas


Edito: La Comisión Europea contra los internautas.
España, junto a al resto de los Gobiernos de la UE, ignora al Parlamento y abre la puerta al control del P2P.

7 comentarios:

Señor De la Vega dijo...

Ya se encarga un corazón batiente de pagar al artista y el variable interés al usurero.
Si negociasemos con arte y no existiese la usura, el mundo sería un burbuja de ambiciosos artistas y a punto que estallase. ¿Estará sucediendo? ¿existirán ambas?
Creación = a humano. Y a un hombre libre quiero entregado al hombre.
Quédese el dinero en las manos de aquellos que compran a largo, un carro de ilusiones sin esfuerzo y nos venden a corto, robando sufrimientos.
¡No toquen el resto!
¡Qué no nos ensucien!
Al menos, por el tiempo que compartamos el mismo escenario, única vía de paso.
Suyo, Z+-----

wenmusic dijo...

Si es que me canso de decirlo ya, siempre que estos especímenes se llenan la boca diciendo que, si no compramos, la música se muere. La música existió antes que ellos, y seguirá existiendo aunque ellos desaparezcan. El que tiene vocación por el arte, la lleva a cabo aunque muera de hambre. Crear no implica vivir de ello. Puedes ser creador y tener retribuciones por tu obra, pero nadie te puede asegurar vivir de ello.
Es contradictorio que un artista no quiera difundir su obra. Y estos no quieren. La sociedad pone a su alcance sistemas que nunca la historia ha conocido para la difusión de las obras culturales, y ellos pasan, y nos siguen vendiendo latas en cajas. Y encima cobrar cánones. Es decir, presuponer a todo el mundo como un delincuente.
Pero el Molina no ha comenzado todo esto, lo ha continuado. Cómo olvidar el empeño puesto en su cargo por Carmen Calvo, antecesora de Molina.
En fin, obviamente es absurdo querer criminalizar y enchironar a alguien por querer disfrutar del arte y la cultura. Que la gente no se deje engañar por campañas publicitarias de baja estofa.
Resulta estúpido y vergonzoso que visitar el museo británico o la National Gallery sea totalmente gratuito, aceptando donaciones y subvenciones (públicas y privadas) y que en cambio mequetrefes como Víctor Manuel o Ramoncín quieran seguir cobrando por trabajos realizados hace décadas, y además recibir subvenciones públicas también. No señor, las cosas no son así. El creador, si quiere vivir del arte, que siga creando; abusos como los derechos de autor que duran tantas décadas, el canon, o la criminalización de la sociedad deslegitiman a estos buitres, no me cansaré de decirlo.
Ya hace tiempo que no hago posts sobre esta chusma porque me tienen frito, y pensé que la sociedad ya tenía claro lo del ánimo de lucro, pero estos atacan ahora con una (pobre) campaña para volver a liarlo todo.

¿Quieren meter en la cárcel al que se baje una canción sin ánimo de lucro? Pues a ver de donde sacan comida y camas porque se les van a desbordar las cárceles.

También me parece apropiado recomendar el blog de David Bravo, una persona que ya lleva mucho tiempo divulgando los artículos sobre el ánimo de lucro y la propiedad intelectual, y ya ha dejado muchas veces en televisión en ridículo a estos adalides de la cultura. A las pruebas de youtube me remito.

Alb dijo...

La cultura es un bien de primera necesidad, todo el mundo tiene derecho al libre acceso a la misma..... y por tanto debemos pagar por ella.

La educación, la sanidad, la alimentacion, la vivienda... tambien son necesidades basicas, El derecho al acceso a los mismos esta recogido en nuestra constitución. Y tienen un coste y pagamos por ello.

Se puede discutir cual es la mejor manera de pagar este coste, si es mejor la sanidad privada o publica. Si eficiente la seguridad social o si es mejor seguros privados. Si hay casos de despilfarro, abusos, mafias, corrupciones, negligencias etc etc.
Pero hay dos cuestiones indiscutibles:
1) Todos tenemos derecho a la sanidad
2) La sanidad tiene unos costes que hay que pagar.

Los profesionales de la salud necesitan dinero para vivir.(Pese a que siempre haya abnegados voluntarios, dispuestos a colaborar desinteresadamente)

Los hospitales, los quirofanos, los medicamentos, tienen un coste que alguien tiene que pagar.

Con la cultura pasa igual, los artistas, no viven del aire. Necesitan ingresos para vivir. En todas las sociedades habidas a lo largo de la historia, siempre se ha pagado de una forma u otra a los artistas. No se puede esperar que ahora hagan su trabajo sin remunerar.

Se que la SGAE con su canon no es la mejor forma. Se que hay multiptud de intermediarios que unicamente viven de la creatividad de otros sin aportar nada.

No defiendo estos sistemas. Pero lo que esta claro es que alguna forma habrá que inventar, y que a quien nos va a tocar pagar(y es justo que nos toque pagarlo), es a los que disfrutamos de esta cultura.

Autoengañarse y pensar que la cultura debe ser gratis, por el mero hecho de que me beneficia no tener que pagar por ella, es un error.

Mendiño dijo...

Hola Alb!

Veo que has reformado tu página. Lo necesitaba, tienes muy buenos contenidos pero antes parecía un desván, estaba a medio hacer.

Una cosa: ¿has leído mi entrada hasta el final? Es que lo que dices es obvio: los "artistas" no viven del aire.

Es justo que la sociedad que disfruta de sus obras, les recompense por ello.

Estoy totalmente de acuerdo.

Sin embargo, hay muchas formas de hacerlo. Por seguir tu ejemplo: la sanidad pública en España es gratuita. Con esto nadie quiere decir que los médicos y enfermeros trabajen por amor al arte. No. Quiere decir que el usuario puede ir a la consulta del médico sin que le cobren. Pues es el Estado el que se encarga de pagar el sueldo del médico, como el del policía, el del funcionario de ventanilla...

Y lo mismo con la educación.

Yo le doy muchísima importancia a la educación, a la información, a la cultura, pues es el mayor medio de permeabilidad social. Que exista una igualdad de acceso a la información es lo que permite que haya una verdadera competencia donde sea el mejor, y no el de papá más rico, el que alcance los mejores puestos.

Por eso, entre otras cosas, estoy en contra de Bologna y sus putos masters de medio kilo en adelante. Así como las "becas" que en verdad son un préstamo, con lo que ya el estudiante empieza por endeudarse, antes aún te pisar la uni (ahora te endeudas poco después de salir, cuando quieres pillar un piso).

Pero bueno, que me pierdo.

El acceso a la cultura DEBE SER GRATUITO. Los libros, la música, las películas. las revistas científicas, las tesinas y trabajos doctorales, los estudios y los artículos...deben estar a disposición de todos, libre y gratuitamente.

Evidentemente, no digo que toda esa gente viva del aire. Tampoco el médico vive ahora del aire, tampoco el profesor, ni el militar, ni...

Pero hay formas, y formas de recompensar ese servicio.

Lo que sí que no parece justo es el sistema actual. Alb, creo que tú eres ingeniero, verdad?

Guai, te curras un proyecto, y cobras por ello. Justo, no? Pongamos que diseñas una máquina de enlatar sardinas. Va Calvo y te paga por la máquina. Pero tú no estás contento: quieres un tanto por ciento de cada lata que salga de la línea, y que se haya hecho con tu máquina.

Aaaaah, carallo, eso ya no parece tan justo. Porque tú sólo has trabajado una vez, no trabajas cada vez que la máquina escupe una lata.

Reproducir un CD es un proceso automático. Tal o cual "artista" sólo trabaja una vez, para grabar el disco. No parece muy justo que siga recibiendo durante 75 años dinero por sólo un trabajo.

Si quiere rentabilizar el disco...que se suba a un escenario, y que curre.

Alto, pero hemos dejado al margen a la conservera, a Calvo. Calvo nos vende algo más que latas, nos vende las sardinas que hay dentro.

Pero es que Sony sólo nos vende plástico. La información que está grabada en ese plástico hay formas mucho más eficientes de distribuirla. Así pues, cuando compras un CD, compras plástico que ya no te sirve de nada, y una información grabada que se puede reproducir infinitas veces sin esfuerzo para el artista (como el milagro de los panes y los peces, en nuestro ejemplo, las sardinas).

Tú imagínate a Cristo haciendo pimba, pimba, pimba, un montón de sardinas. Cada vez que mueve el dedito, la candidad de sardinas se multiplica por dos. Sería justo que luego las comercializase? Coñoooo, las sardinas cuestan dinero porque supone un esfuerzo sacarlas del mar, y además, no son infinitas. Que si se pudiera multiplicar las sardinas por arte de ensalmo, todo el mundo estaría harto de sardinas y no tendrías coste alguno.

Pues lo mismo con la industria editorial y discográfica: no aportan NADA. Sólo son un freno al desarrollo cultural de un país, que quieren tener tasado, controlado, que pase todo el agua por su molino.

Podemos multiplicar infinitas veces un archivo y distribuirlo fácilmente. Parece justo que el creador cobre por cada obra que ofrece a la sociedad. Pero UNA vez, no infinitas veces!!!

Luego, esa cantidad se puede ajustar, como dije, por criterios de calidad objetiva y presencia en la red.

Pero el sistema habría de ser justo: no puede ser que haya 10 personas que se permiten vivir de los libros que escriben (y me quedo largo), y haya cientos de buenos escritores que lo que reciben de la $GAE y similares (CEDRO) no les llega ni para comprarse un paquete de lápices.

Más que nada, porque el acceso al mercado del libro (o del disco, o del vídeo) lo tienen regulado la industria, y triunfa lo que la industria decide que triunfe. Y se queda en el cajón lo que el editor decide que no se debe publicar.

Censura. Sólo que el censor no emplea criterios de moral ultracatólica, sino criterios de lucro.

Con lo que hay ahora, los creadores, el 99% de los creadores de contenidos, no se pueden permitir vivir de la creación. Con el sistema que yo defiendo, sí. Y, al mismo tiempo, los ciudadanos podríamos disfrutar gratis de esa información (porque no entraña ningún coste su distribución, toda vez que estás conectado a la red).

El proceso de multiplicar las sardinas (duplicar datos) es inmediato y gratuito, así que el acceso a ese bien debe serlo también.


Bueno, de Wen no digo nada, porque en este tema opinamos igual.

Anónimo dijo...

No sé en que mundo te crees que vives. Si quieres que tu escrito suene a real hay que cambiar la realidad social sin duda y no veo a nadie por la labor.

Mendiño dijo...

Muy probablemente, tengo un conocimiento superior del mundo en el que vivimos que tú. Eso incluye, por supuesto, los sistemas socioeconómicos que componen el Estado español.

Implementar lo que he propuesto es menos complejo que gestionar una la red de bibliotecas públicas. Tú pagas por sacar un libro, o un disco, o un vídeo de una bilioteca pública?

No creo que haya que tomar el palacio de invierno, para que existan bibliotecas. Pues lo que yo propongo ya existe: internet.

Y luego, una entidad pública encargada de pagar a los autores, según criterios más igualitarios. Es decir, cargarse a la $GAE, CEDRO y compañía (privadas) y sustituirlas por un ente público, con otros criterios de distribución entre los autores.

Y, eso sí, a los editores que les den mucho por culo. Ellos sólo venden papel o plástico. Quien les quiera comprar su producto, bien. Y quien no, que no le insulten llamándole pirata.

Su modelo de negocio está kaput.

Y para realizar todo ello, no veo por qué hay que cambiar la "realidad social". Ni tan siquiera habría que cambiar casi nada en la legislación.

Desde luego, hay gente que habla por no estar callado...

Mendiño dijo...

Las descargas P2P generan riqueza

Aunque en este estudio tratan de defender que generan riqueza monetaria. No hace falta, generan riqueza inmaterial, permiten la difusión y el libre acceso a la cultura. Es mucho más que hacer caja, es un objetivo irrenunciable de la izquierda hecho realidad gracias a la tecnología.

El bien común, por encima del interés de la industria del entretenimiento.