Triste y entrañable a la vez. Nosotros nos vamos pero algo queda, aunque también por esos restos pasa el tiempo. Imaginarse la vida en esa casa. Qué nos contarían las paredes si puediesen, es en lo que siempre pienso cuando veo casas abandonadas.
A ver qué pueblecitos nos encontramos por el Loira. Tan abandonados como este no creo.
En esta entrada recordaba un hecho basado en una historia real...tan real como que subí las escaleras de una casa que aun atrapaba vida entre sus paredes...la vida de nuestros antepasados...
Pueblos fantasma, solitarios o con una sola alma vagando por él. Perdurando. Pensar que hay tantos por ahí... Pensar que se pierden y que ya nadie los encontrará... Bueno, nosotros lo encontramos! :) Y fue realmente un precioso y sobrecogedor hallazgo.
Me acabo de acordar del murcielaguillo dormilón que había detrás de una puerta. No se atreve una más que a cuchichear, emocionada, en ese lugar lleno de nostalgia, ya sólo faltó ése para acabar de llenar de silencio el mediodía.
5 comentarios:
Triste y entrañable a la vez. Nosotros nos vamos pero algo queda, aunque también por esos restos pasa el tiempo.
Imaginarse la vida en esa casa. Qué nos contarían las paredes si puediesen, es en lo que siempre pienso cuando veo casas abandonadas.
A ver qué pueblecitos nos encontramos por el Loira. Tan abandonados como este no creo.
Me recuerda a aquella casa de Guadalajara; la que se encontraba en uno de esos pueblos abandonados, perdidos...inmensamente bellos.
Me ha encantado esta entrada, Mendiguiño. Ya sabes...
En esta entrada recordaba un hecho basado en una historia real...tan real como que subí las escaleras de una casa que aun atrapaba vida entre sus paredes...la vida de nuestros antepasados...
Sombras de un pasado
Pueblos fantasma, solitarios o con una sola alma vagando por él. Perdurando. Pensar que hay tantos por ahí... Pensar que se pierden y que ya nadie los encontrará...
Bueno, nosotros lo encontramos! :) Y fue realmente un precioso y sobrecogedor hallazgo.
Me acabo de acordar del murcielaguillo dormilón que había detrás de una puerta. No se atreve una más que a cuchichear, emocionada, en ese lugar lleno de nostalgia, ya sólo faltó ése para acabar de llenar de silencio el mediodía.
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