27 de septiembre de 2007

Colita gatuna

Curioseando, un día encontré entre cuatro paredes, medio olvidada, una revista. En su portada aparecía esta imagen. Prácticamente se puede decir que olvidé ese día, a no ser por este autorretrato:




Toda su vida deseó que su colita creciera. Seguir paseando por los tejados silenciosos, pero al fin con una colita gatuna. Saltar de casa en casa, entre humo de potaje y luz de plenilunio, equilibrada por su rabito de gata.


Cada día movía las tejas musgosas con excitación y nostalgia. Ronroneaba a los gatos con mirada maliciosa, les maullaba con gusto, cedía a sus astutos caprichos y entrelazaban sus colas entre mimos tersos y peludos.

Le gustaba hacerse un ovillo entre las piernas de sus amigas, las ariscas brujas, mientras dejaba volar su colita, ligera, mostrándola al tiempo que colgaba del infinito mundo que noche tras noche conseguía sobrevolar.

Se lamía los bigotes con sorna, y clavaba, marrullera, las afiladas uñas en las pieles más mórbidas.

Todos se santiguaban al verla pasar y la veían, con ojos atónitos, convertida en gato, ondear grácilmente su parsimoniosa cola principesca.


Recostada, lánguida, día y noche, en su cruel nido de suaves plumas, aún calientes, palpitantes, dulces, sangrantes, guardaba el secreto de la noche más oscura, asombrada por la belleza de la mirada imperturbable de las estrellas.


Pero realmente, por encima de todo, por lo que más deseaba su colita era para poder restregarla en silencio entre las sombras pardas. Confundida ya. Conmoverse sigilosa, sin ser vista ni añorada.

Sin risas, sin lamentos. Sin sueños ni tormentos.





Cual gatito cotilla, rebuscando entre varios libros, volví a encontrar la primera fotografía, algunos años más tarde. Se trata de una “futurista” imagen de una fotógrafa que, a pesar de tener un nombre que más bien me recuerda a una zona austriaca o alemana, nació en tierras mediterráneas (aunque es probable que la Historia haya tenido que ver en su "raro" nombre y apellido). La fotógrafa en cuestión perteneció a una familia de fotógrafos de considerado prestigio (aunque yo sólo habría reconocido un par de fotos de su padre), o lo fueron, al menos, en la zona en la que vivieron. Hicieron en mayor medida fotografías de estudio y algún que otro reportaje. Ésta parece que fue un caso algo atípico en su repertorio... Y aunque no fue ninguna innovación, ya que la técnica se había trabajado anteriormente, la fotografía tuvo su éxito.

Enga, enga. Quien lo encuentre, que lo suelte. Se hará lo posible en lo referente a los deseos del ganador o de la ganadora. De cualquier forma, era una excusa para poner la foto, que siempre me gustó.




4 comentarios:

Raíña Loba dijo...

Anda, la foto de los dos gatitos...,hacía tiempo que no la veía, sé que la tengo grabada por ahí, me gustó mucho y se la había enviado al mendiguito, "dos gatitos tan diferentes y tan iguales".

Lástima el tamaño de la foto que se ve un poco rara.
En cuánto a la de la cabecera es curiosa.

Raíña Loba dijo...

Wanda Wulz.
No la conocía, me he ayudado de google, aunque por lo visto esa fotografía es la más representativa. Me ha gustado algún retrato de ella.

flor de un día dijo...

Muy bien. Ya sólo te queda pedir el deseo.
Ale, ahora piensa (siempre he tenido la manía de creer que diciéndolos en voz alta no se cumplirían), que desde aquí estaré agitando la varita para que se haga realidad.

Mendiño dijo...

Muy bueno el texto, pero la foto...joder, impone.