30 de noviembre de 2006

La vieja escuela

Corren por ahí chistes ridiculizando la educación actual, y proponiendo como modelo la enseñanza tradicional. Eso sí que era una enseñanza, seria y rigurosa.

Hete aquí que cayeron en mis manos unos ejemplares de libros de texto de principios del ya pasado siglo (siglo veinte, cambalache), con lo que los escolares de antaño aprendían los rudimentos esenciales del conocimiento, muy probablemente los únicos que recibirían a no ser que tuvieran la fortuna de nacer en un hogar acomodado.

La lectura de estos tratados del saber me ha permitido pasar muy buenos ratos. Aquí os dejo algunos de los pasajes que más me han gustado.

El primer libro, “Geografía Universal” de autor y fecha de publicación para mí desconocidos. Por algunos pasajes se deduce que es editado en torno a 1915. En todo caso, posterior a 1913 (año del que se ofrecen datos estadísticos) y anterior al Tratado de Versalles (1919) por las fronteras en los mapas.

El libro es bastante bueno, en comparación con los dos que siguen. Tiene incluso referencias a la naturaleza molecular de la materia y descripciones de los fenómenos naturales y accidentes geográficos correctas y bastante bien adaptadas para la pedagogía. Como veréis, está estructurado en una concatenación de preguntas y respuestas, de diálogo entre maestro y fámulo. La mayéutica, secular procedimiento didáctico que ya empleaba Sócrates y seguramente él ya conoció de sus antepasados y que aún perdura (FAQ), aquí rebajado a la mera repetición atolondrada.

Pero, el lastre de vivir en un país confesional lleva al autor del libro a incurrir en torpezas y dislates como el siguiente:



¿Cómo se pobló el Mundo después del Diluvio Universal?
Lo poblaron los hijos de Noé; los descendientes de Jafet poblaron Europa; los descendientes de Sam poblaron el Asia, y los descendientes de Cham poblaron y se establecieron en Asia.


Ésto es lo que pasa cuando la Biblia se toma en serio: que se hace el ridículo. Hoy, por el ADN mitocondrial se sabe que el mundo fue poblado por las hijas de una Eva negra que vivió en la zona de los Grandes Lagos.

Muy interesante es la lectura de los siguientes párrafos, sobre razas y culturas





Este debate no está aún ni mucho menos cerrado, aunque a mi me viene a la cabeza cuántos rasgos bárbaros poseyeron (y poseen) aquellas naciones que se hicieron llamar avanzadas. Quizá sería más honrado decir que la distinción entre la barbarie y la civilización la pone el poder bélico de cada nación, que es luego quien escribe la historia y los tratados de Geografía.

Supongo que sería demasiado subversivo explicarle al niño que bárbaro es todo aquel ajeno a una cultura, y que por lo tanto todos somos bárbaros (es decir, extranjeros) respecto a las otras.

También muy interesante es observar cómo es descrita la organización política de España por sus coetáneos:





No me privo de transcribir la siguiente cuestión, con su conveniente respuesta (la de respuestas alternativas que se me ocurren):

¿Qué religión oficial tiene el Estado español?
La religión de España es la verdadera, ó sea la católica, apostólica, romana.


Uf! Qué alivio haber nacido español y no ser así un hereje o un infiel. Y el resto de pueblos del mundo pensando que son ellos los que tienen la razón...con lo evidente que es ver que mi religión es la verdadera...que burros que son!

Es una pena las insensateces que el patriotismo y la religión (rémoras del pensamiento racional) le hacen decir al pobre hombre que escribió este libro que, por lo demás, parece un hombre de buen juicio.

Por desgracia no puedo decir lo mismo del siguiente libro, un “Devocionario Popular”, en edición de 1924. Para empezar, empieza con una amenaza:



También empleando ese método de preguntas y respuestas, pero con una estructura aún más cerrada, de salmodia de hafizh coránico. Cualquier atisbo de lectura crítica desaparece, es un adoctrinamiento en verdades reveladas (es decir, no demostrables) que exigen su memorización y acatamiento.






Una de las más divertidas es la que trata de los Mandamientos de la Iglesia y reza:

El quinto, pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios. Amén.

Estamos en los años veinte, y aún se sigue manteniendo esta obligación medieval. Supongo que ahora hablarían de marcar la casilla del IRPF. Es de cajón: ya que te inventas unos mandamientos, sacar partido de ello. Tontos sería de no intentarlo; otra cosa es que el pueblo, menos estúpido de lo que les gustaría, consienta en ello.

Otro de los que más me he reído es en el epígrafe sobre los Artículos de la Fe.



El segundo, creer que nació de Santa María Virgen, siendo ella virgen antes del parto, en el parto y después del parto.

Vamos a ver, ya es bastante tragarse lo del embarazo con la palomita. María podía ser virgen por la única y exclusiva razón que de aquella no andaba yo por Judea.

Pero que después del parto seguía siendo virgen sólo puede querer decir una cosa: que Jesucristo nació por cesárea.

Y sobre todo...¿qué importancia puede tener el estado del himen de una mujer en una religión seria?. El odio a la mujer y su sexualidad que expresan todas las religiones abrahámicas, que consideran como impura la mujer que ha yacido con hombre, les obliga a defender estupideces de este calibre, metiendo como artículo de Fe y, por lo tanto, como cuerpo central de la doctrina católica, que el coño de María estaba cerrado a cal y canto.

¡Cómo va a nacer Dios de un cuerpo impuro, de un recipiente del pecado!

Sólo a unos hombres célibes con muchos traumas sexuales se les puede ocurrir defender semejante desprecio, represión y ultraje al cuerpo y naturaleza de la mujer.

Otro pasaje interesante es aquel que habla de las obligaciones del Pater Familias.



En el que en pleno s.XX aún se refleja la concepción feudal de señor-vasallo. La relación amo-siervo va mucho más allá de la contractual, se reconoce implícitamente la superioridad moral del amo, el cual tiene hacia sus siervos obligaciones paterno-filiales. Es una relación de dependencia no sólo económica, sino también intelectual y moral.

Justifica la explotación y las desigualdades sociales, basándolas no en la diferencia de capital, sino en la esencia de las personas: quienes nacieron para mandar, y aquellos débiles mentales que deben ser guiados por los órdenes superiores, quienes poseen autoritas, esto es, autoridad moral sobre ellos.

Estamos leyendo, en este libro piadoso de mediados de 1920, la esencia del feudalismo.


Ya para terminar, vamos con lectura más amable: Un libro de un tal J. Dalmau Cablés, en el que como ejercicio pedagógico propone seguir los viajes de una familia por Europa, como excusa para adquirir conocimientos de geografía.

De ese libro, pondré la introducción, en la que se hace un “retrato moral” de sus personajes.





Por si os llama la curiosidad, esa frase acaba:

...los justo y laboriosos, a los nobles y los buenos.


(no iba a fotocopiar otra página sólo para esa frase).

Y después de leer ésta basura ¿no tenéis ganas de estrangular al papaíto y sus dos repugnantes alimañas, colgándolas del campanario más cercano en compañía del muy bastardo del autor que se le ocurrió la fenomenal idea de imprimir un libro con una tipografía caligrafiada? El muy subnormal empezó escribiendo bien, redondito y legible, pero luego debió aburrirse, y la letra se torna cada vez más oscura hasta hacerse ininteligible por momentos.

Si la respuesta es sí, y otras muchas torturas, es que sois hijos de nuestro tiempo. Una época en la que los infantilismos, el amaneramiento hipócrita, las hagiografías de ídolos y santos y en general toda lectura doctrinaria son rechazadas. Esta mierda sólo podría ser aguantada hoy en día por una mente inferior de gringo comehamburguesas, que acepta dicotomías bueno-malo, bien-mal sin que su cerebro clame por más oxígeno.


¡Cómo me gusta vivir en la cínica, iconoclasta, descreída y culta Europa!


Con estos horrores encuadernados, estos monstruos del pensamiento único (y verdadero, como la religión de España) es con lo que se educaron nuestros abuelos y bisabuelos. Aquellos nostálgicos que defienden que todo tiempo pasado fue mejor, también en la enseñanza, debieran medir un poco sus juicios y ver el camino que llevamos andado hacia una enseñanza abierta, crítica, racional; que forme ciudadanos libres y no súbditos, soldados o siervos.

26 de noviembre de 2006

Las prioridades

Como es de sabido, todo en esta vida es limitado salvo la estupidez humana. Los recursos, privados o colectivos también. Así pues, a la hora de acometer proyectos hemos de establecer una serie de prioridades, según la importancia y la perentoriedad de los problemas a resolver.

Esta afirmación podría haberla hecho Pero Grullo, es decir, que es de cajón, que todo el mundo la entiende. Todos...menos los políticos, claro.

Como atolondrados consumistas, fueron a una tienda (exposición de arquitectura de vanguardia) y un mercachifle (Peter Eisenman) les vendió un cacharro muy bonito (A Cidade da Cultura).

Nuestros queridos gobernantes, como zafios ignorantes que son, adquirieron ese cachivache sin reparar en el precio , ni conocer para qué servía ese engendro, y por lo tanto mucho menos si la sociedad gallega lo necesitaba.

Populismo megalómano costeado por el sufrido y pagano pueblo.

Mientras se dilapida el dinero de forma tan absurda e inútil (para provecho y solaz de las constructoras, como siempre), falta dinero para lo esencial.

Por poner un ejemplo aunque se me ocurren otros (bibliotecas sin presupuesto para renovar sus fondos bibliográficos, cicatería en la contratación de personal docente...): La situación del patrimonio arquitectónico gallego.

Aquí el estado de abandono en el que se encuentra el monasterio de Monfero, una de los más importantes del Císter en España.





Y aquí el monasterio de Montederramo, también de origen cisterciense.





Apreciables en la foto los agujeros en el entablado del primer piso del claustro principal (en otros tramos, ni entablado hay).

Tan pobre es este país, que para conservar el patrimonio y restaurarlo hay que convertirlo en Parador Nacional para el disfrute de unos pocos afortunados. Tengo noticias de que quieren levantar el cementerio monacal que está enfrente de la iglesia, para construir en ese lugar un spa para los huéspedes del Parador.

Y yo, que soy ateo, considero como un ultraje a la memoria de este sitio lo que los muy católicos próceres de la nación ven como una suculenta posibilidad de negocio.

Cosas veredes, amigo Sancho...

23 de noviembre de 2006

Arcebispíada



Ya hablé en otra ocasión de José Afonso.

Esta tarde estaba volviendo a escucharle como quien visita a un viejo amigo. Pensé en poner alguna de sus canciones más sentidas...pero no. La reputación de esta bitácora cuesta mucho ganarla y hay que mantenerla. Prefiero presentar una de las más corrosivas, que ya bastante dulzura hemos tenido con las fotitos y las poesías.



Arcebispíada


Pregais o Cristo de Braga
Fazeis a guerra na rua
Sempre virados pró céu
Sempre virados prá Virgen

A Santa Cruzada manda
Matar o chibo vermelho
Contra a foice e o martelo
Contra a alfabetização

Curai de ganhar agora
Os vossos novos clientes
Além do pide e do bufo
Amigos do usurário
Além do latifundiário
Amigo do Capéalo

"Abre Nuncio Vade Retro
Querem vender a nação"

"A medicina é ateia
Não cuida da salvação"
Que o diga o facultativo
Que o diga o cirurgião
Que o digam as criancinhas
"Rezas sim, parteiras não"

Se o Pinochet concordasse
Já em Fátima haveria
Mais de trinta mil vermelhos
A arder de noite e de dia
Caridade, a quanto obrigas
Só trinta mil voluntários

"Cristo reina Cristo vinga"
Nos vossos santos ovários
E também nos lampadários
E também nos trintanários

Abre Nuncio Vade Retro
Querem vender a nação

Ó Carnaval da capela
Ó liturgia do altar
Já lá vem Camilo Torres
Com o seu fuzil a sangrar

Igreja dos privilégios
Mataste o Cristo a galope
Também Franco, o assassino
Mandou benzer o garrote



Muñiz de Pablos, Arzobispo de Santiago de Compostela, con el matrimonio Franco.

Traducción en el comentario, para no alargar demasiado la cosa.

20 de noviembre de 2006

Mazaricos

Algúns paisaxes do concello de Mazaricos.

Sen marcas de auga nen sinaturas que fodan a foto. Como todo o resto do blog están baixo licenza Creative Commons, é dicir: podedes facer con elas o que vos pete, agás decir que son vosas. :p E incluso iso podedes facelo, é o mesmo, non vou a me decatar...





Solpor na ría de Noia








Carreiros








Sen fondo








Hora da sesta








Arela








Xenerosidade








Ceo en chamas








O bosque animado

USA is a terrorist country

18 de noviembre de 2006

La violencia

La violencia es el recurso de quien no tiene otro. Este enunciado posee una doble significación: una legitimadora que entiende que quien usa la violencia no ha tenido otra salida; y la otra descalificadora de quien la ejerce, porque entiende que por sus limitaciones no ha sido capaz de ver otras opciones.

El uso de la violencia como medio de transformación social ha de estar referido a unas circunstancias concretas. No se puede rechazar de forma categórica el recurso a la violencia para hacer frente a una situación insostenible de injusticia, cuando la inacción provocaría mayores daños. Existen momentos históricos en los que la creación de una fuerza libertadora que se enfrente a la violencia hegemónica del poder constituido es necesaria, cuando la propia estructura social se basa en la posesión de la fuerza (militar) para imponer sus intereses de clase al resto de la sociedad. Ejemplos los podemos encontrar desde las bagaudas en Francia o los movimientos irmandiños en esta tierra, hasta la Revolución de Octubre o los grupos guerrilleros americanos.

Sin embargo, en una sociedad como la que nos ha tocado vivir, el recurso a la violencia es inaceptable pues, aunque reconociendo que se trata de una democracia de baja calidad, una oligarquía, una plutocracia que es la sombra del gobierno de ciudadanos que se nos promete, sí que ofrece unos mecanismos de acción social pacífica que han de ser explotados.

Hasta ahora, he hablado de la violencia en referencia a la violencia física, el ejercicio activo de la fuerza. Sin embargo, existen muchos tipos de violencia: la coacción es una de sus formas, que no necesita hacer efectiva su amenaza para forzar las voluntades, como puede ser el caso del ejército sobre la sociedad civil. Hoy por hoy, con el desarrollo de la tecnología bélica, sería impensable que el pueblo resistiera ni tan siquiera un día a una sublevación del ejército como la ocurrida en el 36. Así pues, la sola existencia de un poder armado sin oposición posible, supone una forma de violencia, sin necesidad de que dispare una bala.

Como bien recuerda nuestra vicepresidenta, el Estado posee el monopolio de la violencia (la fuerza, según ella). Sin embargo, no posee el monopolio de la razón, con el consiguiente abuso de autoridad.

Dado que no tenemos la fuerza. Es más, no sólo no la tenemos, sino que no la queremos. El campo donde se debemos librar las batallas es en el de las ideas. Con la pluma como arma y con el uso amplificador de esa fenomenal imprenta que es la red de redes.



Tomemos como ejemplo la lucha anticolonial del Mahatma (Gran Alma) y su resistencia pasiva, contra el ocupador británico. Huelgas, ayunos, marchas y jornadas de desobediencia civil consiguieron derrotar a un gobierno colonial respaldado por uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Se consiguió con inteligencia y superioridad moral lo que quizá que en un campo de batalla con decenas de miles de muertos no se hubiera logrado.

La violencia de los pacíficos (Roger Louis Schutz 1968) puede ser, en ciertas circunstancias, más efectiva que la lucha armada. Es necesario conocer el sistema, para poder cambiarlo.

Para hacer frente a una imparable globalización económica, que lleva pareja una colonización cultural con los principios de la sub-cultura capitalista, es necesario oponer unos sindicatos supranacionales, una internacionalización de la lucha obrera superando las fronteras de los estados burgueses en la defensa de intereses de clase que se ven amenazados por un capital que no las reconoce. No crear limitaciones donde el enemigo no las ve, luchar en igualdad de condiciones. Y esto no sólo es óbice, sino de lo cual es consecuencia una potenciación de contactos culturales entre los diferentes pueblos, oponiendo ese crisol multiétnico a la pseudocultura alienante de Hollywood y McDonald's.

A los principios éticos del capitalismo, como el individualismo, la ambición y el lucro personal; anteponer valores propios de los pueblos como la colaboración, la corresponsabilidad y la búsqueda del bien común. Al modelo de empresa capitalista se le puede enfrentar la colectivización y el cooperativismo como modelos alternativos igualitarios no autoritarios.

Podemos comprobar como los ataques violentos contra el sistema no hacen sino fortalecerlo, realimentar su discurso y reafirmar su presión sobre el ciudadano. Hay que golpear donde duele.

Contra un sistema en el que el valor de la persona se mide en lo que es capaz de producir y, sobre todo, en lo que es capaz de consumir, la mayor subversión es ejercer nuestro cada vez más limitado derecho a NO CONSUMIR.

Un sistema capitalista tiene la naturaleza de un escualo, que necesita avanzar siempre para poder respirar y, si detiene esa febril actividad consumista que necesita para retroalimentarse, muere. El Estado puede asumir miles de muertos en sus propias filas sin causarle mayor quebranto; sin embargo, una caída de unos pocos puntos en el consumo interno pueden desmoronar todo el castillo de naipes, arrastrando consigo la credibilidad de los augures del capital y sus cifras macroeconómicas.

Romper las cadenas de la voracidad consumista que crea en el ciudadano la insatisfacción de un apetito nunca saciado, contraponer una digna austeridad a la enloquecida hoguera de las vanidades que nos ha tocado en suerte vivir. Adoptar un consumo racional y moralmente aceptable, en contraposición a la miseria moral que cimenta nuestro progreso y calidad de vida en la explotación laboral de medio mundo, y en la rapiña de los recursos naturales del otro medio, a veces coincidente.

El primer mundo asiste con indiferencia al insostenible saqueo de todo el planeta para satisfacer los lujos de nuestro cómodo paraíso artificial.

17 de noviembre de 2006

La audiencia

Estaba echando un ojo a ver qué viento traía a los cuatro desgraciados que caen por casualidad en esta página.

¿Será mi verbo fácil, mis pedagógicas exposiciones, los temas siempre interesantes que toco?

NO!

La mayoría de los que entran es buscando el salvapantallas del Maybach que puse en el hilo de decadencia.

También hay muchos que entran cuando hacen una búsqueda de "Hitler" (estos últimos, suelen ser estadounidenses).

Otros llegan a esta humilde página cuando escriben en un buscador "homenaje al fascismo", "Coruña fascista"...

Tuve muchas visitas con el asunto de la mandorla, no porque les importase una mierda la iconografía bajomedieval, sino por la foto del coñito.


En resumen, que salvo cuatro fieles e irreductibles lectores (a los cuales recomiendo visitar al psiquiatra de guardia), el resto de las visitas son de fascistas, pajilleros y pringaillos babeando por un coche que ni tan siquiera verán pasar por el estercolero que tienen por calle.

BIEEEEN!!!

ME ENCANTA!!!

Cuando faltan escasos días para celebrar el primer aniversario de este engendro, he conseguido que sea lugar de paso de la basura internauta del mundo entero. Tan variopinta en su procedencia como escaso en su número (a Dios gracias).

Así que, para variar, por una vez voy a pensar en mi querida clientela y en los índices de audiencia. Un experimento, a ver cuántas personas (por llamarles de alguna forma) visitan este post.

Démosle al pueblo lo que reclama:

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16 de noviembre de 2006

La montaña rusa

Escribir es muy cansado, así que esta vez me limitaré a copiar y pegar lo que han escrito otros.

Muy interesante lo que nos cuenta el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid sobre la corrupción urbanística.

Sólo un apunte: es peligroso hablar de corrupción urbanística porque ese es sólo una pequeña parte del problema. La mayoría de las actuaciones urbanísticas se hacen con absoluta legalidad y con todas las bendiciones de las administraciones. Y no por ello son menos aberrantes. No se trata sólo de investigar lo que se sale de la ley, sino de revisar la ley por permitir lo que permite.


Y otro artículo sacado de esta página que prefiero reproducir pues contiene algunos párrafos duplicados.



El camino a la ruina de un inversor no profesional
(Groucho Marx)

Muy pronto un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo mi atención y la del país. Era un asuntillo llamado mercado de valores. Lo conocí por primera vez hacia 1926. Constituyó una sorpresa muy agradable descubrir que era un negociante muy astuto. O por lo menos eso parecía, porque todo lo que compraba aumentaba de valor. No tenía asesor financiero ¿Quién lo necesitaba? Podías cerrar los ojos, apoyar el dedo en cualquier punto del enorme tablero mural y la acción que acababas de comprar empezaba inmediatamente a subir. Nunca obtuve beneficios. Parecía absurdo vender una acción a treinta cuando se sabía que dentro del año doblaría o triplicaría su valor.

Mi sueldo semanal era de unos dos mil, pero esto era calderilla en comparación con la pasta que ganaba teóricamente en Wall Street. Disfrutaba trabajando en la revista pero el salario me interesaba muy poco. Aceptaba de todo el mundo confidencias sobre el mercado de valores. Ahora cuesta creerlo pero incidentes como el que sigue eran corrientes en aquellos días.

Subí a un ascensor del hotel Copley Plaza, en Boston. El ascensorista me reconoció y dijo:

- Hace un ratito han subido dos individuos, señor Marx, ¿sabe? Peces gordos, de verdad. Vestían americanas cruzadas y llevaban claveles en las solapas. Hablaban del mercado de valores y, créame, amigo, tenían aspecto de saber lo que decían. No se han figurado que yo estaba escuchándoles, pero cuando manejo el ascensor siempre tengo el oído atento. ¡No voy a pasarme toda la vida haciendo subir y bajar uno de estos cajones! El caso es que oí que uno de los individuos decía al otro: "Ponga todo el dinero que pueda obtener en United Corporation"

Le di cinco dólares y corrí hacia la habitación de Harpo. Le informé inmediatamente acerca de esta mina de oro en potencia con que me había tropezado en el ascensor. Harpo acaba de desayunar y todavía iba en batín.

-En el vestíbulo de este hotel están las oficinas de un agente de Bolsa -dijo-. Espera a que me vista y correremos a comprar estas acciones antes de que se esparza la noticia.

-Harpo -dije-, ¿estás loco? ¡Si esperamos hasta que te hayas vestido, estas acciones pueden subir diez enteros!

De modo que con mis ropas de calle y Harpo con su batín, corrimos hacia el vestíbulo, entramos en el despacho del agente y en un santiamén compramos acciones de United Corporation por valor de ciento sesenta mil dólares, con una garantía del veinticinco por ciento.

Para los pocos afortunados que no se arruinaron en 1929 y que no estén familiarizados con Wall Street, permítanme explicar lo que significa esa garantía del veinticinco por ciento. Por ejemplo, si uno compraba ochenta mil dólares de acciones, sólo tenía que pagar en efectivo veinte mil. El resto se le quedaba a deber al agente. Era como robar dinero(1).

El miércoles por la tarde, en Broadway, Chico encontró a un habitual de Wall Street, quien le dijo en un susurro:

-Chico, ahora vengo de Wall Street y allí no se habla de otra cosa que del Cobre Anaconda. Se vende a ciento treinta y ocho dólares la acción y se rumorea que llegará hasta los quinientos. ¡Cómpralas antes de que sea demasiado tarde! Lo sé de muy buena tinta.

Chico corrió inmediatamente hacia el teatro, con la noticia de esta oportunidad. Era una función de tarde y retrasamos treinta minutos el alzamiento del telón hasta que nuestro agente nos aseguró que habíamos tenido la fortuna de conseguir seiscientas acciones. ¡Estábamos entusiasmados! Chico, Harpo y yo éramos cada uno propietarios de doscientas acciones de estos valores que rezumaban oro. El agente incluso nos felicitó. Dijo:

- No ocurre a menudo que alguien entre con tan buen pie en una Compañía como la Anaconda.

El mercado siguió subiendo y subiendo. Cuando estábamos de gira, Max Gordon, el productor teatral, solía ponerme una conferencia telefónica cada mañana desde Nueva York, sólo para informarme de la cotización del mercado y de sus predicciones para el día. Dichos augurios nunca variaban. Siempre eran "arriba, arriba, arriba". Hasta entonces yo no había imaginado que uno pudiera hacerse rico sin trabajar.

Max me llamó una mañana y me aconsejó que comprara unos valores llamados Auburn. Eran de una compañía de automóviles, ahora inexistente.

-Marx -dijo- es una gran oportunidad. Pegará más saltos que un canguro. Cómpralo ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Luego añadió:

-¿Por qué no abandonas el teatro y olvidas esos miserables dos mil semanales que ganas? Son calderilla. Tal como manejas tus finanzas, aseguraría que puedes ganar más dinero en una hora, instalado en el despacho de un agente de valores, que los que puedes obtener haciendo ocho representaciones semanales en Broadway.

-Max -contesté-, no hay duda de que tu consejo es sensacional. Pero al fin y al cabo tengo ciertas obligaciones con Kaufman, Ryskind, Irving Berlin y con mi productor Sam Harris.

Los que por entonces no sabía era que Kaufman, Ruskind, Berlin y Harris también compraban a crédito y que, finalmente, iban a ser aniquilados por sus asesores financieros. Sin embargo, por consejo de Max, llamé inmediatamente a mi agente y le instruí para que me comprara quinientas acciones de la Auburn Motor Company.

Pocas semanas más tarde, me encontraba paseando por los terrenos de un club de campo, con el señor Gordon […] El día anterior, las Auburn habían pegado un salto de treinta y ocho enteros. Me volví hacia mi compañero de golf y dije:

-Max, ¿cuanto tiempo durará esto?

Max repuso, utilizando una frase de Al Jolson.

-Hermano, ¡todavía no has visto nada!

Lo más sorprendente del mercado, en 1929, era que nadie vendía una sola acción. La gente compraba sin cesar. Un día, con cierta timidez, hablé a mi agente acerca de este fenómeno especulativo.

- No sé gran cosa sobre Wall Street - empecé a decir en son de disculpa- pero, ¿qué es lo que hace que esas acciones sigan ascendiendo? ¿No debiera haber alguna relación entre las ganancias de una compañía, sus dividendos y el precio de venta de sus acciones?

Por encima de mi cabeza, miró a una nueva víctima que acababa de entrar en su despacho y dijo:

- Señor Marx, tiene mucho que aprender acerca del mercado de valores. Lo que usted no sabe respecto a las acciones serviría para llenar un libro.

- Oiga, buen hombre -repliqué-. He venido aquí en busca de consejo. Si no sabe usted hablar con cortesía, hay otros que tendrán mucho gusto en encargarse de mis asuntos. Y ahora ¿qué estaba usted diciendo?

Adecuadamente castigado y amansado, respondió:

- Señor Marx, tal vez no se dé cuenta, pero éste ha cesado de ser un mercado nacional. Ahora somos un mercado mundial. Recibimos órdenes de compra de todos los países de Europa, de América del Sur e incluso de Oriente. Esta mañana hemos recibido de la India un encargo para comprar mil acciones de Tuberías Crane.

Con cierto cansancio pregunté:

-¿Cree que es una buena compra?

-No hay otra mejor -me contestó-. Si hay algo que todos hemos de usar son las tuberías.

(Se me ocurrieron otras cuantas cosas más, pero no estaba seguro de que apareciesen en las listas de cotizaciones.)

-Eso es ridículo -dije-. Tengo varios amigos pieles rojas en Dakota del Sur y no utilizan las tuberías. -Solté una carcajada para celebrar mi salida, pero él permaneció muy serio, de modo que proseguí-. ¿Dice usted que desde la India le envían órdenes de compra de Tuberías Crane? Si en la lejana India piden tuberías, deben de saber algo sensacional. Apúnteme para doscientas acciones; no, mejor aún, que sean trescientas

Mientras el mercado seguía ascendiendo hacia el firmamento, empecé a sentirme cada vez más nervioso. El poco juicio que tenía me aconsejaba vender, pero, al igual que todos los demás primos, era avaricioso. Lamentaba desprenderme de cualquier acción, pues estaba seguro de que iba doblar su valor en pocos meses.

En los periódicos actuales leo con frecuencia artículos relativos a espectadores que se quejan de haber pagado hasta un centenar de dólares por dos entradas para ver My Fair Lady (1) (Personalmente opino que vale esos dólares.) Bueno, una vez pague treinta y ocho mil por ver a Eddie Cantor en el Palace

Cantor era vecino mío en Great Neek. Como era viejo amigo suyo cuando terminó la representación fue a verle en su camerino. […]

Encanto -prosiguió Cantor-, ¿qué te ha parecido mi espectáculo?

Miré hacia atrás, suponiendo que habría entrado alguna muchacha. Desdichadamente no era así, y comprendí que se dirigía a mí.

Eddie, cariño - contesté con entusiasmo verdadero-, ¡has estado soberbio!

Me disponía a lanzarle unos cuantos piropos más cuando me miró afectuosamente con aquellos ojos grandes y brillantes, apoyó las manos en mis hombros y dijo:

-Precioso, ¿tienes algunas Goldman Sachs?

-Dulzura -respondí (a este juego pueden jugar dos)-, no sólo no tengo ninguna, sino que nunca he oído hablar de ellas ¿Qué es Goldman Sachs? ¿Una marca de harinas?

Me cogió por ambas solapas y me atrajo hacia mí. Por un momento pensé que iba a besarme.

-¡No me digas que nunca has oído hablar de las Goldman Sachs! -exclamó incrédulamente-. Es la compañía de inversiones más sensacional de todo el mercado de valores (2).

Luego consultó su reloj y dijo:

-Hoy es demasiado tarde. La Bolsa está ya cerrada. Pero, mañana por la mañana, nene, lo primero que tienes que hacer es coger el sombrero y correr al despacho de tu agente para comprar doscientas acciones de Goldman Sachs. Creo que hoy ha cerrado a 156… ¡y a 156 es un robo! (3)

Luego Eddie me palmoteó una mejilla, yo le palmoteé la suya y nos separamos.

¡Amigo! ¡Qué contento estaba de haber ido a ver a Cantor a su camerino! Figurese, si no llego a ir aquella tarde al Teatro Palace, no hubiese tenido aquella confidencia. A la mañana siguiente, antes del desayuno, corrí al despacho del agente en el momento en que se abría la Bolsa. Aflojé el veinticinco por ciento de treinta y ocho mil dólares y me convertí en afortunado propietario de doscientas acciones de la Goldman Sachs, la mejor compañía de inversiones de América

Entonces empecé a pasarme las mañanas instalado en el despacho de un agente de Bolsa, contemplando un gran cuadro mural lleno de signos que no entendía. A no ser que llegara temprano, ni siquiera me era posible entrar. Muchas de las agencias de Bolsa tenían más público que la mayoría de los teatros de Broadway.

Parecía que casi todos mis conocidos se interesaran por el mercado de valores. La mayoría de las conversaciones se limitaban a la cantidad que tal y tal valor habían subido la semana pasada, o cosas similares. El fontanero, el carnicero, el panadero, el hombre del hielo, todos anhelantes de hacerse ricos, arrojaban sus mezquinos salarios -y en muchos casos sus ahorros de toda la vida- en Wall Street (1). Ocasionalmente, el mercado flaqueaba, pero muy pronto se liberaba la resistencia que ofrecían los prudentes y sensatos, y proseguía su continua ascensión.

De vez en cuando algún profeta financiero publicaba un artículo sombrío advirtiendo al público que los precios no guardaban ninguna proporción con los verdaderos valores y recordando que todo lo que sube debe bajar. Pero apenas si nadie prestaba atención a estos conservadores tontos y a sus palabras idiotas de cautela. Incluso Barney Baruch, el Sócrates de Central Park y mago financiero americano, lanzó una llamada de advertencia. No recuerdo su frase exacta, pero venía a ser así: "Cuando el mercado de valores se convierte en noticia de primera página, ha sonado la hora de retirarse."

Yo no estaba presente cuando la Fiebre del Oro del cuarenta y nueve. Me refiero a 1849. Pero imagino que esa fiebre fue muy parecida a la que ahora infectaba al todo el país. El presidente Hoover estaba pescando y el resto del gobierno federal parecía completamente ajeno a lo que sucedía. No estoy seguro de que hubiesen conseguido algo aunque lo hubieran intentado, pero en todo caso el mercado se deslizó alegremente hacia su perdición.

Un día concreto, el mercado comenzó a vacilar. Unos cuantos de los clientes más nerviosos fueron presos del pánico y empezaron a descargarse. Eso ocurrió hace casi treinta años y no recuerdo las diversas fases de la catástrofe que caía sobre nosotros, pero así como al principio del auge todo el mundo quería comprar, al empezar el pánico todo el mundo quiso vender. Al principio las ventas se hacían ordenadamente, pero pronto el pánico echó a un lado el buen juicio y todos empezaron a lanzar al ruedo sus valores que por entonces solo tenían el nombre de tales.

Luego el pánico alcanzó a los agentes de Bolsa, quienes empezaron a chillar reclamando garantías adicionales. Esta era una broma pesada, porque la mayor parte de los accionistas se habían quedado sin dinero, y los agentes empezaron a vender acciones a cualquier precio. Yo fui uno de los afectados. Desdichadamente, todavía me quedaba dinero en el Banco. Para evitar que vendieran mi papel empecé a firmar cheques febrilmente para cubrir las garantías que desaparecían rápidamente. Luego un martes espectacular, Wall Street lanzó la toalla y se derrumbó. Eso de la toalla es una frase adecuada, porque por entonces todo el país estaba llorando.

Algunos de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí fueron doscientos cuarenta mil dólares (o ciento veinte semanas de trabajo, a dos mil por semana). Hubiese perdido más pero era todo el dinero que tenía. El día del hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. [...] Todo lo que dijo fue: "¡la broma ha terminado!" Antes de que yo pudiese contestar el teléfono se había quedado mudo.

El día del hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. [...] Todo lo que dijo fue: "¡la broma ha terminado!" Antes de que yo pudiese contestar el teléfono se había quedado mudo.

En toda la bazofia escrita por los analistas del mercado, me parece que nadie hizo un resumen de la situación de una manera tan sucinta como mi amigo el señor Gordon. En aquellas palabras lo dijo todo. Desde luego, la broma había terminado. Creo que el único motivo por el que seguí viviendo fue el convencimiento consolador de que todos mis amigos estaban en la misma situación. Incluso la desdicha financiera, al igual que la de cualquier otra especie, prefiere la compañía.

Si mi agente hubiese empezado a vender mis acciones cuando empezaron a tambalearse, hubiese salvado una verdadera fortuna. Pero como no me era posible imaginar que pudiesen bajar más, empecé a pedir prestado dinero del Banco para cubrir las garantías. Las acciones de Cobre Anaconda se fundieron como las nieves del Kilimanjaro (no creas que no he leído a Hemingway), y finalmente se estabilizaron a 2 7/8. La confidencia del ascensorista de Boston respecto a United Corporation se saldó a 3,50. Las habíamos comprado a 60. La función de Cantor en el Palace fue magnífica ¿Goldman-Sachs a 156 dólares? Cuando la máxima depresión del mercado, podía comprárselas a un dólar por acción.

El ir al desahucio financiero no constituyó una pérdida total. A cambio de mis doscientos cuarenta mil dólares obtuve un insomnio galopante, y en mi círculo social el desvelamiento empezó a sustituir al mercado de valores como principal tema de conversación

Groucho y yo (Groucho Marx)

14 de noviembre de 2006

Setujas



Me he puesto a juguetear con el Gimp y unas fotos de setas. Por lo general soy bastante reacio al retoque fotográfico. Pero en esta ocasión, apagando los colores del fondo para que destaque más la seta, he quedado bastante satisfecho del resultado.

Aquí tenemos un boleto, creo que la variedad calopus. En principio no es comestible, pero hay una babosa que no es de la misma opinión, y ya le ha dado un par de buenos mordiscos.





En cambio, este sí que es comestible, y riquísimo (de la foto pasó a la mochila). Es una Macrolepiota Procera, más conocida por aquí como choupín o cogordón.





Este pequeñajo es de la familia de los pedos de lobo: Lycoperdum Perlatum. Lo de Perlatum me figuro que por las perlitas que recubren su superficie.





De ésta sin embargo no tengo ni la menor idea, a pesar de ser muy frecuente. Esa noche fue fresca, pues aún tiene cristalitos de escarcha en el frágil sombrero.





Y por último, la más famosa de las setas: la Amanita Muscaria. Tóxica pero raramente mortal, posee un alcaloide que se ha usado desde tiempos inmemoriales como alucinógeno.



El problema es que además de la droga, también posee una sustancia que provoca violentas crisis intestinales. Así que, quien quiere disfrutar de la primera, tiene que soportar los inconvenientes de la segunda. Para evitarlo, he oído de gente que fuma la cutícula, al parecer donde se concentra el alcaloide.

Otra historia curiosa sobre esta seta narra la costumbre entre los pueblos de Siberia de ofrecer al invitado un vaso con los orines del anfitrión. Parece ser que el organismo logra metabolizar la sustancia que provoca los vómitos y las diarreas, sin embargo la droga pasa inalterada a los riñones y de ahí a la orina. Así, el visitante puede disfrutar de un buen colocón sin necesidad de hacer frecuentes visitas al gallinero.

11 de noviembre de 2006

Iñaki de Juana Chaos



Este nombre anda dando vueltas últimamente en las noticias, a cuenta de sus juicios y huelgas de hambre.

En resumidas cuentas, de Juana es un etarra responsable entre los años 85 y 87 de 25 asesinatos. Tras pasar 20 años en la cárcel, y ya próxima su excarcelación, el supremo varía su doctrina sobre redención de penas, para evitar que el y otros etarras (Henry Parot) pudieran quedar en libertad.

De forma paralela, Grande-Marlaska le imputa sendos delitos de pertenencia a banda armada y amenazas terroristas, lo que suman un total de 96 años más. El motivo es la publicación en Gara de estos dos artículos:

El escudo

Gallizo

Las reacciones son apuestas. Mientras unos piden la liberación del preso por haber cumplido su condena según el ordenamiento vigente, otros se escandalizan porque el fiscal rebaja la petición de condena de 96 a 12 años, al desestimar la acusación de pertenencia a banda armada.

La intención es la misma: forzar que los presos de ETA cumplan el máximo de años en prisión (en la legislación española, son 30).

Sobre si es justo o no que un asesino cumpla 20 o 30 años de cárcel puede haber diversidad de opiniones. Yo ya di mi opinión sobre la negociación con ETA. Al fin y al cabo, si se mantiene a un preso en la cárcel es (debiera ser) para evitar que vuelva a delinquir. En el caso de los presos abertxales la propia salida negociada y DEMOCRÁTICA al conflicto vasco implica la desactivación de ese peligro, por lo cual (como vimos con el IRA) sería absurdo empecinarse en el cumplimiento íntegro de penas. Otra cosa sería venganza, y sería preferible que todos dejásemos arrinconada esta pulsación del bajo vientre; porque si tenemos que saldar todas las cuentas hasta el fondo de la copa, en este país no queda vivo ni Cristo.

Al margen de ese proceso de paz, lo que me parece muy grave es que un Estado manipule sus propias leyes para forzar condenas. Y, sobre todo, que la reacción a unos artículos muy duros acusando de comportamientos criminales al sistema penitenciario español, sea la de castigar al que los denuncia y no promover una investigación para depurar cualquier posible comportamiento contrario a la dignidad humana.

Que metan a alguien 12 años por escribir dos artículos de opinión desde la cárcel, es más de lo que mi conciencia puede admitir sin que se me revuelvan las tripas de asco.

Este absurdo deslegitima al Estado.

Hoy le ha pasado a de Juana, y mañana...puede que a ti.

O a mi.

¿Democracia? ¿Derechos? Mientras no mees fuera del tiesto, como con Franco. Tienes libertad de expresión, mientras lo que digas no sea incómodo.

Actualizo: Condenado a 11 años el skin que acuchilló a un okupa en el cuello, causándole la muerte.

La aplicación de la ley se ha de basar en la proporcionalidad, y en este caso yo no la veo por ninguna parte.

Por un lado, esos artículos:
...12 años.

Por otro lado, un cuchillo de 8 cm de hoja en el cuello:
...11 años.

Parece que como los nazis no atacan a jueces, políticos o periodistas; sino a homosexuales, indigentes y punkis, no es tan grave la cosa. Además, no sólo no buscan la ruptura de España sino todo lo contrario.

9 de noviembre de 2006




Pende la hoja participando del cuerpo del árbol

La hoja cae, y creyéndose libre al recorrer el espacio se contonea coqueta

Ama

Sufre

Sueña y se desengaña

El aire la balancea en su viaje

Ya no puede sostener su gravidez por más tiempo

La hoja yace


S.T.T.L





Siempre el mismo pensamiento, el de todos los hombres. El grano que alimenta la noria.La noria que nos quiebra los huesos.

8 de noviembre de 2006

Sozi



SíNDROME DEL NORTE

Siempre que sales de tu casa
tú vas todo acojonao
mirando para todos los laos
ese bulto del sobaco es poco
disimulao.
Al llegar hasta el coche
dejas las llaves caer
¿no sea ke haya un bulto raro?
y que te haga volar
como a Carrero, como a Carrero
¡ay qué jodido es ser "madero"
en un lugar donde me consideran
extranjero ¡porrompompero!

Es que la paranoia
en tu cabeza es tal
ke krees que todos te kieren
matar, ¡tú tío ten cuidado!
no hagas gestos raros
mira que sako el fusko
y te vuelo el cráneo.

¡Joder! con lo bien ke yo
estaba, que estaba con mi mamá
pa'ke coño me han mandao pa'aka
¡virgen de la macarena!
MARTXATE ¡VETE A ESPAÑA!