Tú también eres responsable de ésto, porque lo consientes:
Lugar: la valla de Melilla.
Esto ocurre en TU nombre, pagado por TUS impuestos, para salvaguardar TU calidad de vida, TU paraíso artificial.
18 de enero de 2007
La indiferencia nos hace cómplices
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5 comentarios:
Aps, sacado de Menéame, que se olvidó ponerlo.
Es tremendo. Estas imágenes desaparecen de las tv con más rapidez que un rayo, no sea que nos estropee la cena y en vez de mirar karaoke enlatado vía OT, nos de por pensar.
Aún recuerdo un policía que en la valla que mató a un negro de un tiro a 50 metros. Por supuesto, sin querer. Tropezó y se le disparó la pistola, como siempre.
Habría que llevar a ese policía a las Olimpíadas. Si ya es difícil acertar un blanco (más bien, un negro) a una cincuentena de metro con una pistola, darle "por casualidad" y atravesarle el corazón ya sí que es el colmo de la puntería.
Y digo yo, cuando te tropiezas, disparas al suelo. Pero eso lo digo yo, claro, el juez es mucho más listo que yo, por eso es juez y yo no, y debe ver claro que es de lo más normal. Son casualidades que pasan. Y los demás, miramos hacia otro lado.
Eso sí, si ETA mata a un par de ecuatorianos, se les ensalza como héroes nacionales, y aparecen en las noticias su familia de aquí, allá y acullá. Se les pone nombre y rostro. Y todos los políticos buscan nuevas fórmulas para condenar a los "pistoleros de ETA". Y no me parece mal que así sea, pues son asesinos. Lo que hecho de menos es que se sea así de intolerante con todas las violencias, con todos los crímenes, con todos los pistoleros; como lo somos con los crímenes de ETA.
Si se hubieran caído del andamio iba a repatriar sus cadáveres Rita la cantaora.
Con nuestro silencio participamos en ése y muchos otros asesinatos e injusticias. Qué nos queda? Si decimos lo que pensamos, en el mejor de los casos, nos mandan callar... Es como sentir como un monstruo va royendo nuestras entrañas, pero estar maniatado y darse cuenta de que va a ser así, que no hay más, y la única solución no parece ser otra que esperar. No puede ser!
Me recuerda a los crímenes que iba cometiendo la Wermach en su avance hacia el Este. O los campos de concentración gobernados por los SS.
Cuando esos horrores llegaban a los oídos de los civiles alemanes, le quitaban hierro al asunto: ¡no será para tanto! Propaganda enemiga...
Luego, muerto el Führer, todos los alemanes: ¡nosotros no sabíamos! Quién iba a pensar...
No sabías porque no querías enterarte. Hoy, en nuestros días, más. Quien no sabe es porque no le interesa saber lo que se hace en su nombre.
La misma hipocresía que tenemos los ciudadanos de este mundo. Nos da penita matar animalitos, y compramos ya la ternera fileteada en el super. Nos dan penita los negritos, y para eso contratamos matones que no les dejen pasar y los pateen.
¡Qué sensibles que somos! Como un ama de casa alemana en tiempos del tercer Reich.
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