21 de enero de 2007

La energía



Oí decir a un profesor de la Autónoma que estamos en un momento crucial de la humanidad. Madera, carbón, petroleo, gas...llevamos desde el principio de los tiempos empleando las reacciones de combustión para generar energía.

Esto no puede continuar así. Estamos intoxicando el planeta con estas emisiones de CO2, y tenemos la perentoria necesidad de buscar otras fuentes de energía. Esto va a suponer una bisagra, un umbral que debe cruzar la humanidad para llegar a una nueva era: un mundo en el que para producir energía no haya que quemar cosas.

Se escucha que el biodiesel o el etanol son combustibles limpios. Con el biodiesel es cierto que como combustible de automoción no genera nada de SOx, pero aumenta las emisiones de NOx y la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera sigue permaneciendo constante (no hay más remedio, toda combustión de materia orgánica libera CO o CO2, es impepinable).

Roturar tierras y gastar agua en unos cultivos (muy aptos para transgénicos) de colza, girasol o soja, para a partir de ellos producir biodiesel no parece ser muy ecológico.

Una falacia de las que me hacen subirme por las paredes es decir que la combustión de biodiesel no produce CO2. Piensas un segundo y te dices: absolutamente imposible. Estudias un poquito más la cuestión, y empiezas a oía hablar de "balance de CO2". El razonamiento (por llamarlo de alguna forma) es que ese CO2 que el biodiesel emite ha sido fijado antes por las plantas que han servido para fabricarlo. Así pues, las emisiones de CO2 son menores (que ni con esa cuenta salen a cero). Pues no. Esta conjetura mentirosa parte del supuesto que si no cultiváramos colza en un terreno, esta no tendría ninguna cubierta vegetal. Esto es evidentemente falso. Si no se destina a la fabricación de biodiesel o etanol, ese terreno estaría produciendo cualquier otra cosa (comida o fibras textiles, para lo que siempre se ha usado la tierra). Y de permanecer inculto, tendría una vegetación natural, mucho más abundante que en el caso de estar cultivada, que fijaría mucho más CO2. Por no mencionar que si talamos bosques para aprovechar esa tierra para producir biocombustibles (necesario si queremos abastecernos de ellos, pues requieren unas extensiones cultivadas inmensas para una pequeña producción de biocombustible), estamos eliminando los grandes sumideros de CO2. El biodiesel es una de las grandes mentiras, que bajo el prefijo Bio esconde un lucrativo negocio, muy poco rentable para el medio ambiente.

Otro combustible que se menciona como muy ecológico es el gas natural. Las centrales de gas, generalmente son de ciclo combinado (combinación de un ciclo de vapor con una turbina de gas) o de cogeneración (aprovechamiento de la energía calorífica en procesos industriales para aumentar el rendimiento total). También el gas es menos contaminante que el gasóleo pero estamos en las mismas: seguimos quemando y por lo tanto produciendo CO2, principal gas responsable del efecto invernadero.

Uno de los tradicionales errores a mi juicio es seguir manteniendo las centrales térmicas (As Pontes, con 4 turbinas de 350MW cada una) alimentadas por carbón. Esto nace de la necesidad de hacer algo con el carbón que sale de las cuencas mineras astur-leonesas (carbón caro en su producción y de insuficiente calidad para la industria siderúrgica). Al Estado le es altamente gravoso el pagar por un carbón, para luego quemarlo produciendo mucha contaminación. Esta contaminación se ha reducido enormemente con la investigación sobre pulverización e inyección en caliente (etc etc etc) en lo que somos pioneros mundiales. Pero esto incrementa muchísimo un proceso que ya de por si es caro. Y seguimos echando CO2 (contra eso no hay estudios que valgan, si quemas algo, obtienes CO2 -en el mejor de los casos-).

Otra alternativa son las centrales de fuelóleo (escasas en España), igual de contaminantes, con el agravante estratégico de depender de la cotización de oro negro, tan sensible a los vaivenes de la política mundial, lo cual haría oscilar también los precios de la energía eléctrica.

Otra versión de las térmicas son las que usan biomasa proveniente de la silvicultura. Por mucho que se nos venda como lo más en ecología, privar al medio ambiente de materia viva para quemarla en vez de devolverla al ciclo natural, tiene como resultado evidente el empobrecimiento progresivo del suelo. Y de nuevo, seguimos quemando cadenas de carbono y emitiendo más dióxido de carbono.

El hidrógeno molecular H2 no es una fuente de energía, ya que no se encuentra en la naturaleza. Va a suponer en el medio plazo una revolución en motores móviles que ahora usan derivados del petroleo. Pero hay que generar hidrógeno. Eso se puede hacer a partir de la destilación de alcoholes o gasolinas, proceso que vuelve a generar CO2 y que además es absurdo (porque para eso le echamos gasolina al motor y punto), o a partir de la hidrólisis del agua (separar el O2 del H2). Este proceso no es contaminante en si, pero requiere de un aporte de energía (la que luego devolverá al recombinarse con O2, por eso decimos que es sólo un transporte de energía, no una fuente).

La sustitución del petróleo por H2 parece inevitable y la única duda es el cuándo. Nadie sabe hasta cuando existen reservas de petroleo, probablemente para más de 50 años y menos de 150 a este ritmo. Pero según se vayan agotando los pozos, el coste de extracción (además de los incrementos en el precio debidos a la especulación) se disparará. De todas formas quemar una materia prima tan valiosa para una enorme cantidad de procesos industriales es del género idiota (es decir, homo).

Así pues, en breve tendremos unas necesidades incrementadas de generación de energía eléctrica, pues tendremos que producir ingentes cantidades de H2 para alimentar todo el parque móvil.

Entonces el problema es: cómo generar el volumen actual de energía eléctrica actual, más la cantidad de energía que equivale a la gasolina, gasóleo, queroseno y GLP que consumimos en los motores. Todo eso tenemos que hacerlo sin reacciones de combustión que generen CO2 si no queremos armar un desastre de proporciones similares a las grandes extinciones del jurásico y del cretácico (de hecho, hay quien defiende que ya es demasiado tarde y que el planeta hace tiempo que sobrepasó su capacidad de absorber el CO2, y que rebajar sus niveles a la normalidad le llevará milenios).

Las respuestas son las energías renovables, más la nuclear. Pero no hay ninguna que sea una panacea.

La nuclear es una forma de energía muy muy barata. De hecho se prescinde de aumentar el rendimiento de las centrales simplificando los ciclos para aumentar la seguridad. Son razonablemente seguras (sobre todo las de última generación) y muy potentes. Pero...¿qué hacemos con los residuos? Aún no está resuelto ese aspecto y, hasta que no se le de respuesta parece una locura jugárnosla sólo a esa carta. Además, el uranio no es ni mucho menos abundante, y tampoco "inofensivo". Se encuentra principalmente en Rusia y Sudáfrica y no parece muy razonable depositar las esperanzas del mundo en estos dos países.

Los avances en la desactivación de residuos nucleares, reduciendo su periodo de actividad de milenios a décadas, es una de las vías por las que se debería avanzar preferentemente para lograr una producción de energía ecológicamente sostenible. Lástima que los prejuicios mostrados por tanto ignorante estén bloqueando políticamente el desarrollo de soluciones en este campo.

Existe otro tipo de energía, la de fusión nuclear que se está experimentando ahora en Francia, cerca de Marsella, por un organismo internacional. El día que se consiga probablemente sea el de la redención de la humanidad, ya que dispondremos casi de energía ilimitada gratuita. Pero me temo que cuando llegue ese momento, que llegará, todos nosotros estaremos calvos.

Entre las energías renovables está la hidroeléctrica. Puede llegar a ser muy poderosa (el embalse del Almendra tienen 5 turbinas que generan 810MW) pero tiene un rédito que todos conocemos: hay que anegar valles y asesinar ríos.

La energía eólica es una energía muy cara, se dice que sin subvencionar su coste es 15 veces superior a la de las centrales térmicas o hidráulicas. Tiene un cierto impacto ecológico-paisajístico, máxime si consideramos su escasa productividad. Habría que instalar en torno a 5000 aerogeneradores para generar tanta energía como la central térmica das Pontes.

La energía solar es aún más cara. Tanto la solar térmica, muy poco eficiente pero más barata que la fotovoltaica. Su alto coste es debido a que producen muy poca potencia. Igualmente, las extensiones de campos de paneles, para hacer la equivalente a una gran termoeléctrica, alcanzan cifras de muchos Km2.

Aunque son energías en principio limpias, hay que tener en cuenta la energía que hay que consumir para construir, por ejemplo, esos 5000 "molinos" de los que hablábamos . De igual forma, construir un panel fotovoltáico no está ni mucho menos libre de contaminación y consumo energético.

Las fuentes de energía alternativas tienen además un gran inconveniente: no podemos asegurar su disponibilidad para adecuarla a la demanda. Esto es, en verano con todos los aires acondicionados encendidos, provocando picos de demanda, podemos tener una situación anticiclónica que mantenga los aerogeneradores parados y una sequía que no nos permita obtener electricidad de los saltos. En ese momento tendríamos que obtener toda la energía de la solar, y eso supone dimensionar las centrales solares con unas proporciones ciclópeas (no confundir potencia instalada con energía producida a lo largo del año).

En invierno el problema se invertiría, con cielos nublados y poca radiación solar dependeríamos casi exclusivamente de la energía del agua y del viento, lo cual supone poco menos que llenarlo todo de presas y molinos.

Quedan otras energías que no podemos generalizar en nuestro país como la geotérmica, o que están en el embrión de su desarrollo como la mareomotriz (existe una planta piloto en la entrada al puerto de Santoña).

Parece pues que depender exclusivamente de energías renovables es, no quiero decir que imposible, pero sí al menos complicado.

¿Cual es la solución? La respuesta es que no existe ninguna solución óptima. A decir verdad, todas las soluciones son malas y hemos de encontrar la solución menos mala tratando de poner de acuerdo las tres variables (energía, economía y ecología). Es decir, producción de energía en cantidad suficiente, a un coste asumible y con una degradación de la naturaleza limitada (la idea de energía limpia es una falacia, todas contaminan en mayor o menos medida, tanto en su fase de implementación, como de funcionamiento y desmantelamiento).

Se impone un cambio de energía para la humanidad, y es necesario afrontarlo cuanto antes; porque seguir quemando ingentes cantidades de combustibles fósiles nos conducirá irremediablemente al desastre mediambiental y, por ende, humano.

Lo que está para mi meridianamente claro es que, además de replanterarnos el modelo energético, hemos de cambiar absolutamente nuestras pautas de consumo. En otras palabras: hemos de ahorrar energía, no dilapidarla en cosas absurdas y prescindibles.

Una normativa de construcción que se adapte a la europea, para minimizar los intercambios de calor (a ver cuando la legislación de este país no la dictan las constructoras), construyendo viviendas más eficientes energéticamente y capaces de cubrir parte de sus necesidades mediante la instalación de paneles solares.

El replanteo del modelo urbanístico y laboral, eliminando los desplazamientos innecesarios, fomentando el teletrabajo y los transportes públicos (gratuitos y de calidad) y prohibiendo el uso del transporte privado en las capitales. De igual forma, racionalizando el sistema de distribución en las grandes ciudades (compra por internet con servicio a domicilio) y los absurdos del sistema capitalista.

Por ejemplo: es absurdo, ineficiente y abusivo cargar un camión de agua mineral en Alicante, y quemar gasóleo para llevar una carga con tan poco coste específico (pts/kg) para venderla en localidades del Norte peninsular con abundancia de manantiales. Aunque en la contabilidad de la empresa pueda tener algún sentido, socialmente no nos podemos permitir esos absurdos.

Es también absurdo sobredimensionar las vías de entrada a una ciudad como Madrid, con un hinterland urbano que ya empieza a extenderse a las provincias vecinas, en vez de plantearse alternativas al automóvil y, sobre todo, una ordenación del territorio más homogénea que cree unidades de población a una escala más razonable, que permitan minimizar los desplazamientos y descentralizar las necesidades de energía (gran parte de la energía eléctrica producida es perdida en el transporte a los centros de consumo)

En definitiva: sea cual sea la solución, lo que es seguro es que ésta pasa por una racionalización del consumo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un artículo estupendo, ¡felicidades!, yo tambien opino que debemos racionalizar el consumo estableciendo - e incentivando su iutilización- medidas viables a corto plazo y que sean aceptadas por la población, junto con un desarrollo de las energías más limpias y que cada país puede generar en función de los recursos naturales de que dispone.
Saludos

flor de un día dijo...

Uf! Parece lo más lógico, pero me da que igual que el planeta tardaría milenios en volver a la normalidad si no se produjera más CO2, otros tantos los iba a necesitar la población para renunciar a según qué.

Mendiño dijo...

Al puto aire acondicionado?

Nuestros padres han sobrevivido sin él, y nuestros abuelos, y...

Nos estamos creando necesidades. Eso nos hace más débiles, más dependientes, más vulnerables.