Veamos. ¿Quién es la persona que más repugnancia me suscita entre la clase política?
La lista podría hacerse interminable. Empezando por los gallegos Pepiño Blanco o Touriño. Siguiendo por Espe o Fabra y acabando en María San Gil o Javier Arenas.
Pero por debajo de todos estos sujetos, cuyo valor humano tengo por desconocido, sitúo a la pizpireta campeonísima de la demagogia: Rosa Díez.

Aquí vemos a la individua, en plena manifestación por las calles de Santiago,
criticando la imposición del gallego y la persecución que sufre el castellano y la discriminación que padecen quienes prefieren expresarse en esta lengua.
Alucinante. Esto es como matar a 1.500 palestinos y decir que es Hamas el terrorista. Como que un motero muera guillotinado por un guardaraíl y le hagan pagar a su viuda la reposición (verídico). Que la policía te de una paliza y luego te denuncie por agresión (frecuente)...
Hay situaciones que presentan tal exceso de injusticia, que uno ya piensa que se están cachondeando. ¿Habéis leído en el Decameron de Boccaccio, el cuento de la séptima jornada? Pues eso, además de cornudo, apaleado.
Vamos a explicar un par de cositas, porque para el que no sea de Galicia, ni nunca haya estado aquí, quizá escuchando a gentuza como Rosa Díez llegue a conclusiones como la de que los castellanohablantes son perseguidos y estigmatizados en Galicia.
Yo soy castellano, mi lengua materna es el castellano aunque conozco el gallego desde que soy un niño. Pienso en castellano y es la lengua a la que, si no hago un esfuerzo, acabo dejándome llevar. Para mí es lo más cómodo.
Bien. Puedo afirmar que usaba más el gallego en mi vida diaria en Madriz, que en Pontevedra. ¿Os parece raro? No tanto, cuando quedaba con gente del pueblo emigrados a la capi, hablábamos en gallego. Supongo que era una forma de transportarnos a la tierra que nos unía.
Sin embargo, mi vida en esta ciudad es prácticamente en castellano. El 95% de las conversaciones las realizo en mi idioma, el gallego está prácticamente fuera de juego en esta ciudad (y en otras, como El Ferrol del Caudillo o La Coruña). En cuanto alguien se dirige a mí en gallego procuro cambiar al momento. Por propio interés, porque así tengo la oportunidad de practicarlo, pero también porque veo lo normal que, si estoy en Galicia, una conversación se desarrolle en gallego. Sería el colmo del papanatismo si, estando en Poitiers, me empeñase en mantener una conversación con la boulangère en castellano. No se me ocurre, estando en Évora, pedir la hora a un transeunte en mi idioma (aunque probablemente me entendería). Dando por hecho que ambos interlocutores conocemos ambos idiomas, lo normal es usar el propio de ese país ¿no? Pues no. O al menos no piensan así el otro 95% de pontevedreses para los cuales lo más cómodo es expresarse en castellano, y el uso del gallego les supone un esfuerzo extra.
Yo realizo el esfuerzo con gusto, pues es lo que toca para aprender un idioma (peor lo paso con el francés o el portugués). Pero la mayoría, por debilidad mental, no quieren hacer el esfuerzo y cargan contra un idioma que les es ajeno.
Ésta, por supuesto, es la situación en las ciudades. En el mundo rural el gallego sigue siendo preponderante, aunque si eres extraño lo primero que dicen es "Buenos días". A pesar de que tú hayas iniciado el saludo en gallego, a pesar de que estuvieran hablando entre ellos en gallego, pero la dictadura metió muy hondo a esta gente que es una falta de respeto dirigirse a extraños en gallego. El gallego está bien para hablarlo en casa, con la familia o los amigos en el bar. Pero con extraños, en castellano. ¡Aunque esos extraños te hablen en gallego!
La situación es surrealista: un madrileño interpelando a un paisano en gallego (dándose cuenta de sus meteduras de pata una vez soltadas), y el paisano esforzándose en contestar en algo que tiene un ligero aire a castellano.
Cualquiera que conozca la historia lingüística de esta tierra, no se extraña de todo lo anterior. Las ciudades fueron pobladas con gentes venidas de la meseta, que traían el progreso y un idioma nuevo, brillante, que los tenderos y amas de cría se esforzaron en copiar para parecer, ellos también, señoritos (como los dominicanos con el spanglish). En el campo, sin enseñanza obligatoria que arrancase el gallego de las cabezas de los niños, este pudo crecer y mantenerse durante
a longa noite de pedra.
Es sólo una más de las oposiciones campo/ciudad en Galicia, y la verdad es que no plantea ningún problema. Como he dicho, en mi pereza (aunque en el fondo sé que no debiera, estoy colaborando en el colonialismo cultural castellano) empleo invariablemente el castellano para no caer en el absurdo antes mencionado: un castellano dirigiéndose a un gallego en gallego, y el gallego contestando en castellano. El escuchar que alguien puede ser discriminado en Galicia por usar el castellano me hace abrir los ojos como platos, por si no he leído bien. ¿Cómo? ¡Pero si desde que he trasladado mi residencia aquí no he hecho otra cosa que hablar en castellano! Y si alguien me ha mirado mal alguna vez, es por emplear el gallego en según qué ambientes.
Por eso, volviendo al inicio, ver a la señora (por decir algo) diputada con el cartelito, defendiendo a los pobres castellanohablantes que son marginados y estigmatizados en Galicia...me deja estupefacto. ¡Cómo se puede tener tan poca vergüenza!
Hasta aquí, he contado mi experiencia, traumática y denigrante, de
castelanfalante. ¡Hasta qué punto soy discriminado y perseguido por ser y hablar castellano! XDDDDDDDDD
Ahora, vamos a ver los datos de cómo el castellano es sistemáticamente perseguido y corre peligro de desaparecer de estas tierras.
El año pasado, la Academia Galega publicó una nueva edición del Mapa Sociolingüístico de Galicia. El resultado
es alarmante.
Con estos datos en la mano, cualquier especialista puede concluir que el gallego está en un callejón sin salida, si no se le pone remedio. Sin transmisión generacional, como está ocurriendo con el catalán o el vasco, el gallego puede convertirse en un idioma terminal en una generación, y extinto en cuestión de medio siglo. Más de mil años de historia de un idioma, y dentro de unos años a los niños que nazcan en esta tierra
les será extraño un texto de Curros, o mismo una canción de Os Resentidos.
Muchos "gallegos", muchísimos, en su fuero interno se sentirán aliviados con su extinción pues, criados en castellano, el gallego supone para ellos un esfuerzo de aprendizaje que no están dispuestos a sufrir (ni ése, ni ningún otro :p ).
Eso sí, no se atreven a decirlo abiertamente. ¡Queremos que se extinga el gallego! No, eso no. Por eso se dicen perseguidos, y piden el bilingüismo. ¿Bilingüismo? Pero si en las ciudades, el medio de los niños mierda que se manifestaron en Santiago, el uso del castellano es abrumadoramente mayoritario. ¿Bilingüismo? ¡Ojalá! Eso es lo que se pretende, darle una oportunidad al gallego! Porque hoy en día, las ciudades son monolingües (excepto la capital gallega), y en el rural es el castellano el que avanza a zancadas a costa del gallego.
El gallego está herido de muerte. En mi opinión, sólo la secesión de Galicia como Estado independiente (República Galega, suena muuuy bien) podría salvar al gallego de ser fagocitado por un hermano menor tan poderoso.
Si al menos se consiguiera que los gallegos tuvieran orgullo, y no vergüenza, por lo que tienen...
El gallego tiene una enfermedad incurable, la diglosia. Tardará en morir, tanto como duren sus hablantes, pero acabará por desaparecer si no se impide. Y la más leves medidas, claramente insuficientes según las encuestas, sacan de la caverna a los que están deseando que eso suceda. Son los etnicidas, los que quieren que el idioma materno de los gallegos deje de ser el gallego. Que los niños que nazcan en Galicia mamen el idioma de Castilla, para que no se puedan llamar gallegos. Completar el exterminio de una cultura para cumplir el programa de homogeneización española empleando la vara de medir de Castilla, emprendido por el centralismo bourbónico y continuado por José Antonio, Onésimo Redondo y el Generalísimo Franco.
Rosa Díez es su directo descendiente. Cuando todos los niños que nazcan en España digan sus primeras palabras en el idioma de Castilla, la misión de Rosa Díez será cumplida y Franco podrá descansar en paz. España, al fin, una.
Un detalle. A la manifestación del otro día, ni tan siquiera el PP se atrevió a unirse (el PP tiene su fuerte en Galicia en el voto rural, mayoritariamente galegofalante, y al que cuesta explicar eso de que el que habla castellano está discriminado sin que les entre la risa).
Fueron políticos del PP a título individual, eso sí. Pero además del partido de Rosa Díez, el nacionalismo español excluyente fue representado por un par de grupúsculos: Centro Democrático Liberal de Galicia y....
Unificación Comunista de España. ¿Os acordáis de estos
mamarrachos en las manifestaciones ultra de la AVT? Pues vuelven a la carga, con su ideal de Una, Grande y Comunista. Coincidiendo en nacionalismo españolista y discurso proletario, sólo les falta asistir a las manifestaciones por la familia de Rouco para completar su asimilación por la Falange.
Si entráis en
su página, podéis leer cosas tan consecuentes con el ideal comunista como:
Apoyamos y llamamos a apoyar sin reservas a UPD y Ciudadanos por su resuelta defensa de la unidad de España desde posiciones de izquierda y por su propuesta de transformaciones políticas democráticas, requisito indispensable para poder abordar cualquier cambio real en el país En medio del carrusel de ofertas electorales que vivimos estos días, la verdadera disyuntiva que presentan las elecciones del próximo 9 de marzo se resume de una forma sencilla. Votar “más de lo mismo” o apostar sin reservas por las candidaturas de renovación democrática que ofrecen UPD (el nuevo partido creado por Rosa Díez y Fernando Savater) y Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía.
Entrevista a MIKEL BUESA, candidato de UPyD
“Hay que impulsar la industria española a través de empresas españolas”
La cristalización de las corrientes patrióticas y democráticas de la izquierda en dos nuevos partidos, Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, que preside Albert Rivera, y Unión Progreso y Democracia, que lideran Rosa Díez y Savater, es uno de los hechos más significativos y esperanzadores ocurridos en el panorama político de nuestro país en los últimos cuatro años.
He conocido a gente de UCE, incluso he asistido a una de sus reuniones (de la que salí escopeteado, precisamente porque me parecía estar en medio de falangistas). Pero incluso con ello, me cuesta que semejantes subnormales sean capaces de seguir haciéndoles el juego a los sectores más reaccionarios del Estado español. Lo de ir a la manifestación de la AVT, me sorprendió. Lo del otro día, en Santiago, ya es el colmo del esperpento.
De verdad, cuando tengo noticias de esta panda de impresentables, me imagino un regimiento que, tras una noche de borrachera, se incorporasen a la formación de combate del ejército enemigo. No he visto estupidez más grande desde la leyenda urbana del negro metido a neonazi, que llevaba escrito en la chupa: "me avergüenzo de ser negro".
Esa gente debe tener un armario lleno de hongos alucinógenos, o es que son una compañía de payasos pagados para hacernos reír a un lado y a otro, o son alienígenas que se quieren infiltrar en nuestra sociedad pero aún no han entendido un par de cosas.
Para terminar, os dejo con un artículo de Manuel Rodríguez Alonso, profesor de la facultad de Filología de la UNED. Como corresponde al artículo de un profesor universitario, y a diferencia del discurso fascista de Rosa Díez, establece sus razonamientos basándose en datos y hechos concretos.
Galicia bilingüe ou Galicia monolingüe en castelán?Como aperitivo, para abrir el apetito del lector, desgrano unos pocos párrafos:
Segundo o devandito Mapa Sociolingüístico de Galicia, a porcentaxe de pais que falan cos seus fillos en galego anda arredor do 30%, co que descende perigosamente a transmisión interxeracional do galego. Os sociolingüistas consideran que cando unha lingua acada o límite do 30% na transmisión interxeracional corre grave risco de desaparición. E aínda din que o galego asoballa o castelán…
En Vigo, a maior cidade de Galicia, só o 8,9 usa como lingua habitual sempre o galego, mentres que o 47,7 emprega só o castelán. Onde está, xa que logo, a persecución lingüística do castelán? Se alguén necesita protección é o galego e se, por outra banda, alguén non está precisamente en perigo de desaparición nin en situación de asoballamento é o o castelán.
Cómpre salientar que os que sinalan que o castelán está en perigo en Galicia son os sucesores das elites decimonónicas que coidaban que a integración plena no Estado español centralista de xeito que se asumise a súa cultura e a lingua castelá, esquecendo o galego, suporía o progreso para Galicia ao entrar nun ámbito económico e cultural superior. [...] este comportamento das elites económicas galegas na Restauración e o seu fracaso, que non trouxo progreso, senón atraso.