18 de julio de 2007

Sentimientos encontrados


Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
Jaime Sabines.

4 comentarios:

  1. Y el amor y el odio, y la calma después de la tempestad y la tempestad después de la calma, el calor y el frío, los abrazos durante el sueño, los besos en la frente, el apoyo en los momentos duros, la dulzura de la mirada, los oídos que no escuchan, las contradicciones siempre presentes en cada uno de nosotros...

    Muchas gracias por tus aportaciones, Raiña. Mendiguiño puede dejarte solita sin ningún problema.

    Y ya sabes que Campu sigue ahí, tras la pantalla...

    ;)

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  2. Bonito texto. Con lo difícil que es mantener el equilibrio en una relación de pareja, me parece increíble que se pueda dejar constancia de ello por escrito con tanta elegancia. Lo que a muchos de nosotros únicamente nos causa irritación y mala ostia, al tal Jaime -voy a investigar- le dá para lucirse. Chapó por él.

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  3. Mi táctica es
    mirarte
    aprender como sos
    quererte como sos

    mi táctica es
    hablarte
    y escucharte
    construir con palabras
    un puente indestructible

    mi táctica es
    quedarme en tu recuerdo
    no sé cómo ni sé
    con qué pretexto
    pero quedarme en vos

    mi táctica es
    ser franco
    y saber que sos franca
    y que no nos vendamos
    simulacros
    para que entre los dos
    no haya telón
    ni abismos

    mi estrategia es
    en cambio
    más profunda y más
    simple
    mi estrategia es
    que un día cualquiera
    mo sé cómo ni sé
    con qué pretexto
    por fin me necesites.

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  4. Pues sí José Manuel, no es fácil decir de una forma tan elegante lo que a todos nos pasa cuando convivimos con otra persona, por mucho que queramos a alguien el día a día da para muchos estados de ánimo.

    Campu, el mendiguito tiembla cuando me deja el blog para mí sola :P

    Anónimo, no conocía esta poesía y me ha gustado mucho, sobre todo la parte de simulacros, porque sí creo que las pequeñas mentiras o verdades no dichas, pueden acabar por crear un gran abismo en una relación.
    Y también me gusta la última frase.

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