Será por asociación de ideas y aunque no tenga mucho que ver, me recuerda a la furgo, nuestra casita, y aunque es ella la que nos lleva, cuando nos movemos siento que llevamos la casita a cuestas.
Sí, sí, sí es cierto. Si es que la furgonetita lo tiene tó! Jeje! Y además se mueve! Tiene algo de caracol, sí (vaya, un caracolito que va a toda leche, cuando lo lleva el nene, por eso)... Mendigote, tengo toda la secuencia de su subida (un minuto y medio, en total, lo que tardó) y es muy divertido ver como se va encaramando, agarrapatándose con esa especie de antenas y finalmente sube la caracola. Ya te la pasaré, eh? Ah! Y lo del tronco... Eso quiere decir que no te has metido en la piel del pobre caracol. Tú ponte en su lugar e imagínate que estás a los pies de un fresal. ¿Qué ves? Peaaaaaaazo tronco! :DDD!!
No, veo un tallo. Un peaaaso de tallo, pero tallo al fin y al cabo :p
Así que las fotos son tuyas, es el caracol que me decías...juer, pos lo has sacao muy chulo.
Sí que me metí en la piel del caracol, y por eso me gusta la cancioncita. Para el caracol es toda una gesta.
Y luego, miro las acciones humanas desde la misma distancia que observo al caracol, y me parecen igual de nimias y banales como nos parecen los logros de un caracol.
Relativizar los méritos. Lo verdaderamente grande lo es independientemente de la escala.
Un caracolito
ResponderEliminarvaliente
subía
por el tronco
de un fresal.
Avanza poco a poco.
Resbala, ay, que se cae!
Le falta un duro esfuerzo...
Victoria ya está arriba!
Tralalá lalá!
Cañones tronad!
Sonad, trompetas,
que el caracol tiene el mundo a sus pies!
XDD!
Lo sé, mendiguito, lo sé... esto no es serio.
Pero es que tenía muchas ganas...
Podré decir al menos que lo he borrado yo, no??
:p
Juas!
ResponderEliminar¡Hemos publicado a la vez!
No, no, si me encanta. Sobre todo las fotos del caracolcete, son cojonudas. ¿Son tuyas?
Por cierto...¿qué tal va la traducción de la cancioncita?
ResponderEliminarAh! Yo nunca he visto un fresal con tronco. A lo mejor es que en Polonia del Sur si, y los tomates cuelgan de los Sequoias...
:pppp
Lo dicho, me encanta. Me recuerda a algo...ya se de qué va a ir la siguiente entrada, me has dado una idea.
Será por asociación de ideas y aunque no tenga mucho que ver, me recuerda a la furgo, nuestra casita, y aunque es ella la que nos lleva, cuando nos movemos siento que llevamos la casita a cuestas.
ResponderEliminarBueno, más bien al reves: es la casita la que nos lleva a cuestas a nosotros...
ResponderEliminarSí, sí, sí es cierto. Si es que la furgonetita lo tiene tó! Jeje! Y además se mueve! Tiene algo de caracol, sí (vaya, un caracolito que va a toda leche, cuando lo lleva el nene, por eso)...
ResponderEliminarMendigote, tengo toda la secuencia de su subida (un minuto y medio, en total, lo que tardó) y es muy divertido ver como se va encaramando, agarrapatándose con esa especie de antenas y finalmente sube la caracola. Ya te la pasaré, eh?
Ah! Y lo del tronco... Eso quiere decir que no te has metido en la piel del pobre caracol. Tú ponte en su lugar e imagínate que estás a los pies de un fresal. ¿Qué ves? Peaaaaaaazo tronco!
:DDD!!
No, veo un tallo. Un peaaaso de tallo, pero tallo al fin y al cabo :p
ResponderEliminarAsí que las fotos son tuyas, es el caracol que me decías...juer, pos lo has sacao muy chulo.
Sí que me metí en la piel del caracol, y por eso me gusta la cancioncita. Para el caracol es toda una gesta.
Y luego, miro las acciones humanas desde la misma distancia que observo al caracol, y me parecen igual de nimias y banales como nos parecen los logros de un caracol.
Relativizar los méritos. Lo verdaderamente grande lo es independientemente de la escala.
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